VIII. El principio del Fin.

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Hoseok POV.-

La cita con el omega de cabellos turquesas fue todo un éxito, pero había algo que me molestaba, no sé si era la forma en la que los ojos del omega me miraban o por su maldito alfa.

Sin embargo, esa molestia no iba a durar mucho, ya que pronto estaría iniciando la última fase de mi plan, una que tanto el omega de cabellos azulados como yo disfrutemos íntimamente.

Por supuesto, después de saber por sus propios labios la verdad sobre la cual se aferraba a ese alfa, tirando sus nefastas mentiras sobre destinados. Esperaba que aceptara esa relación libre de compromisos que le plantearía para llevar conmigo en unas semanas o tal vez unos meses, para posterior devolverlo con su querido padre. No es que estuviera de acuerdo en el señor Kim, se podría decir que tenía poca paciencia para esa clase de tipos que se creían dueños del mundo cuando no lo eran, es más ni siquiera se comparaban con una simple cucaracha. Pero si ese hombre pondría a su lindo hijo en el buen camino no me opondría, es decir no creo que sea cruel con su propio hijo, quizás solo le nieguen una parte de la herencia o lo pongan a trabajar; Taehyung debería de entender que la vida no era fácil y debería asumir su castigo.

Tal vez dentro de unos años nos encontremos y retomemos lo que dejamos. Pero por ahora, tanto él como yo solo podíamos tomar este poco.

Mi celular personal encendió las luces reflejando el nombre de Yoongi, por supuesto con una "Y", tomé la llamada esperando su motivo. —Está hecho, JH. Lo hice. —escuché su voz sonriente, casi divertido de poder atrapar a su jefe y meterlo detrás de las rejas. No sabía el motivo exacto por lo que le tenía tanto odio a ese hombre. Sin embargo, poco me importaba, nunca había sido un problema. No obstante, quería ayudar a Yoongi, aceptaría sus planes para que en un futuro pudiera controlar a ese vejestorio.

—Muy bien, agente Min ¿Estás seguro que quieres hundir a tu jefe? —sonreí mostrando mis dientes —Todo esto me causa gracia, ya que has estado encima de él por muchos años y no has logrado atraparlo o encontrar algo que lo incrimine. Ni siquiera mucho antes que te convirtieras en el jefe de la NIS. También los malditos documentos que me enviaste no dicen nada de ese tipo, solo que tiene preferencias por las omegas de los bares y gastar montón de dinero en clubes... —escuché el chasqueó de sus labios y un insulto.

—Cállate, hago lo que quiero. Mi intuición nunca me falla, solo necesito pruebas y más pruebas. No me importa si hago un trato con el demonio. Sé que con tu ayuda puedo bajarle la cara de mierda que tiene —una vez más me carcajeé. Quizás estaba juzgando mal a este hombre y quería que ese alfa incompetente saliera de un cargo muy grande que él podría hacer mejor. Pero una vez más no era mi problema, solo que esa rata estaba en mi camino, precisamente en el camino de Taehyung. —Has tu parte, JH. —me exigió.

Ronroneé en el teléfono por esa voz desafiante y sin ir por las ramas. Yoongi resultó un buen confidente para los negocios y me había ayudado muchas veces para librarme de los agentes de seguridad, la policía y todas esas basuras, por eso, esto sería nada para mí. —Bien, tomaré las grabaciones que colocaste y le pediré a mi ingeniero que me tenga todos los datos sobre ese idiota. Lo tendrás más o menos en unas semanas. A menos que Cheng este de humor... Pero te recuerdo que no voy detrás de la rata, sino de Kim Ryowook.

—¿Ryowook? Ese tipo es un sucio. Ha estado incriminado en varios negocios de estafa, donde mayormente se libra legalmente. Todos dicen que es un tiburón, pero para mí es un simple cobarde estafador. Prefiere mantenerse alejado, es un maldito paranoico pensando que alguien quiere asesinarlo. Por eso mantiene sus manos lejos del fuego hasta ha ocultado a su hijo y lo ha protegido con varios agentes alrededor de su casa, por cierto, lo vi hace unos momentos...

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