Capítulo IX Ojos Abiertos

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Taehyung POV.-

Toma es para el dolor

Mi cerebro comenzó a reaccionar y mis ojos, aunque con algo de dificultad lograron abrirse.

Por unos minutos esperé para intentar escuchar la voz de mi alfa, su aroma aún rodeaba mi cuerpo, lo último que recordaba era que mi alfa me había dado algo para el dolor, pues había tenido mi primera vez con él, recuerdo que el sabor de esa cosa fue asqueroso y luego me sentí mal... Y luego... Nada, no recordaba nada y este punzante dolor de cabeza no me dejaba pensar con claridad. Lentamente me senté, todo a mi alrededor estaba vacío, paredes blancas, la ventana tenía rejas ¿Rejas? En esta habitación sólo había la cama en la que estaba sentado ahora.

—¿Hoseok? —llamé mirando a mi alrededor, sabía que no iba a encontrarlo aquí, porque en la habitación sólo estaba yo, pero él era mi alfs, no podía estar lejos.

La idea de estar en un lugar desconocido y sin mí alfa envió un mensaje de alerta a mi cerebro, por algún motivo mi lobo se encontraba triste, demasiado, enrollado sobre sí mismo, lloriqueando como un cachorro asustado.

—¿Alfa? —volví a llamar, mis ojos se llenaron de lágrimas al no obtener respuesta alguna, intenté ponerme de pie pero algo tiró de mi muñeca izquierda y fue recién que noté la esposa que me mantenía pegado a la cama, negué aterrado ¿Dónde estaba mi alfa? ¿Qué había sucedido después de que bebí lo que él me dio?

—¿A-alfa? —llamé elevando la voz tanto como mis sollozos me permitían. Comencé a tirar de la esposa, cerré los ojos, haciendo que mi lobo llamara por su alfa, pero recibiendo sólo silencio y soledad a cambio... La habitación tampoco olía a él, me había abandonado ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Porque no pude satisfacerlo? ¿No fui lo suficientemente bueno para él?

—Hoseok —volví a llamar llevando las rodillas al pecho y abrazando mis rodillas comencé a sollozar.

Repasando mi alrededor una y otra vez mi cerebro comenzó a funcionar correctamente, aunque el dolor no amainaba, con una punzada en el pecho reconocí la habitación tan impersonal en la que me encontraba. Miré mi cuerpo, llevaba una vestimenta que no me pertenecía, unos pantalones deportivos anchos y una polera manga corta demasiado ajustada. Mi cuello no llevaba marca alguna, no era posible.

Eres mío ahora, vienes conmigo.

Mi mano libre rápidamente se posó en mi vientre, apretando los párpados comencé a sollozar más fuerte, la idea de haber sios abandonado hiriendo terriblemente a mi lobo... Un Omega rechazado por su alfa ¿Había algo más vergonzoso? Recuerdos de lo ocurrido llenaron mi mente a modo de flashes de cámara.

¿Tomas supresores?

Alfa tómame.

Si esto es un truco date por acabado.

Recordaba que al salir de la ducha un terrible dolor aquejó mi vientre y aunque intenté salir del cuarto de baño el dolor era tan intenso que solamente pude ponerme la camisa que tenía a mano y doblarme sobre mí mismo para intentar soportar el dolor. Era el primer celo que pasaba sin supresores, el calor comenzaba a nublar mi mente y esa terrible necesidad de mi alfa... Minho no me había comprado supresores porque dijo que no los necesitaría. Pero poco después mi raciocinio se nubló y mi lobo tomó el control y hasta ahí llegaban mis recuerdos.

Mi celo, había pasado mi celo con Hoseok, lo que me hacía doler el pecho al saber abandonado aquí ¿Porque era un omega varón? Cielo santo yo le había dicho que tomaba supresores y no era verdad ¿Cómo pude mentir?

—Alfs, vuelve por favor —susurré apretando mi vientre.

Probablemente en estos momentos yo ya tenía a sus cachorros en mi interior y no entendía por qué no nos estaba cuidando, dónde...

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