XV. Decadencia

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Taehyung POV.-

La suave y lejana voz de Hoseok me traen de regreso desde el mundo de los sueños, no logro distinguir o entender lo que dice, lo que sí comienzo a entender es que un punzante dolor va creciendo en mi vientre, mis manos vuelan al mismo para sujetar la zona justo cuando mi cerebro da la orden y abro los ojos asustado.

—Mgh —me quejo doblándome sobre mí mismo.

El calor lentamente va tomando control de mi cuerpo y duele... Duele mucho.

—No, no, no, no se nuevo, santa luna —me pongo de pie de un salto y tomo la primera prenda que veo, es una camisa, me quito el pijama y me pongo la camisa, pero no logro ponerme un pantalón porque el dolor y el calor me obligan a jadear. Intento pensar o descubrir si es una pesadilla, me niego a creer que el destino es tan cruel como para jugarme la misma pasada dos veces. Mi celo ha llegado... Y estoy con Hoseok.

Intento mantener la calma, mientras mi omega rasguña, comenzando a desesperarse por ser atendido por el alfa que ha elegido. Minho... Necesito a Minho.

Abro la ventana, pero no logro mantenerme de pie, siento que me están desgarrando el vientre, los dolores jamás habían sido tan fuertes. Casi siento que intentan voltear mis intestinos hacia afuera. Termino ovillándome en una esquina, febril, asustado y completamente expuesto.

Es cierto que últimamente he visto y conocido a un nuevo Hoseok, pero mi lado racional se niega a creer que este es el verdadero Hoseok y no el cruel y dañino que he estado conociendo todo este tiempo.

Soy consciente de que mi aroma es demasiado fuerte, pero no hay nada que pueda hacer al respecto. Mi corazón se detiene y luego da un vuelco cuando la puerta se abre y ese alfa muestra su imponente y sensual figura, sus ojos se oscurecen y brillan con lujuria, puedo verlo. Tengo que abrazar mis piernas para no correr hacia él como mi omega me pide. Tan sólo atino a correr hacia la cama y cubrirme con las frazadas en un pobre intento por mantenerlo alejado. Soy consciente de las lágrimas que escapan de mis ojos, lo que no logro discernir es si son por el terror que siento... O la necesidad que me está consumiendo.

—Nunca te haría algo para lastimarte Tae. Eres lo más hermoso que podría tener, no tengo permitido tenerte. Son supresores. Toma uno cada día de tu celo... mañana posiblemente ya pondremos fin a todo. No debes de temer. Por fin tendrás lo que quieres Tae.

Sus palabras atraviesan la bruma que comienza a envolverme y se clavan en mi pecho. Duelen, duelen demasiado ¿Es que realmente no nos desea? La vergüenza y la ira me invaden por igual y no soy capaz de evitar que se aleje de nuestro lado. Mi omega reclama inmediatamente su presencia, pero Taehyung está muy herido, demasiado humillado ya.

Como puedo me las arreglo para abrir el frasco que me ha dado, pero al poner una de esas pastillas sobre la palma de mi mano un pensamiento atraviesa mi mente.

¿Cómo puede decir que obtendré lo que quiero y después alejarse? Él no me conoce, él no sabe absolutamente nada, él no sabe lo que quiero ¿Cómo osa decirme que soy lo más hermoso que podría tener y luego darme la espalda?

Yo entendía que no era el más lindo o más agraciado, ni siquiera un omega medianamente sensual... Pero era un omega al fin de cuentas y podía coquetear, podía seducir... No quería que él volviera a rechazarme.

—Espero que tengas razón —susurré a mi omega, quién, apenas tiré el frasco de supresores por la ventana movió la cola frenético, ansioso por ser aplacado por nuestro alfa.

Me puse de pie e ignorando el dolor que nos consumía en calor y necesidad caminé fuera de la habitación, su aroma nos envolvió y embelesó al instante, si bien al principio me vi atorado con palabras y pensamientos poco a poco dejé que mi omega tomara el control y lentamente esa bruma de placer y amor me envolvió entero, sumiendome en una estela de sensaciones nunca antes vividas.

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