XII. Es claro como la luz.

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Hoseok POV.-


Tenía un punzante dolor de cabeza que no me dejaba pensar bien en esta noche, así también mi cuerpo tenso se unió a esa tortura corporal. Sin embargo, podría tratarse de la inconformidad de mis pensamientos. Sonreí sin gracia mientras me deslizaba en mi cama después de lo que pudo ser un relajante baño cuando no lo fue. Estaba frustrado y totalmente estresado.

Ni siquiera me había ocupado realmente de mis pendientes, al contrario, me encontraba divagando en mis pensamientos, sin realizar físicamente lo que debía de hacer en muchas ocasiones y regresaba a este lugar, como si hubiera un imán dentro de esta casa. O una bomba que medía los minutos de mi vida diciéndome que debía regresar para ajustarla.

Era algo tonto. Porque sabía el por qué regresaba.

Escuché unos pasos por el pasillo agudizando mis oídos, teniendo que tomar con mis dedos el arma que estaba en la mesa para la persona que quisiera perturbar mi estancia. No obstante, el aroma que llegó a mis fosas nasales no fue de algún enemigo, sino uno suave y tentador. Sabía de quién se trataba al encontrarse a unos cuantos metros de dónde estuviera, si se movía rápidamente lo iba a tomar como una señal que estaba tramando algo en esta noche. Así que esperé a lo que tuviera qué pasar.

Sus largas piernas se detuvieron. Estaba afuera de mi habitación dudando grandes segundos, no sabía si quería tocar la puerta o estaba husmeando afuera de mi cuarto a altas horas de la noche, lo que me hizo sacar una sonrisa, pero esta fue con gracia, casi tentándome a abrir la puerta, atraparlo y tirarlo en mi cama.

Mi mente vagó en ese momento, en la noche que mi celo se presentó y ese omega vino hacía mi por sus propios pies, casi obligándome a tomarlo con esa ropa que no cubría para nada sus tersos muslos, su suave aroma tentarme y esa decisión de que podría librarse de su destino si tenía una noche de pasión en mi cama. De esa manera pensaba que lo tiraría en la calle para que se fuera con el idiota de Lee en cualquier momento. Ni siquiera me conocía; si llegara a tomarlo, él no se libraría de mis objetivos, las cumpliría sin importar nada.

Su supuesto pensamiento me llegó a rabiar tanto en esa noche dándome el impulso de besarlo como un castigo de entregarse a cualquier alfa que este en celo, lo acaricié casi ansiosamente sin pedirle permiso, aunque él hubiera venido a mí. Le dije esas palabras crueles que quería escuchar de mis labios para alejarlo, lo lastimé tanto hasta el punto que sacara sus garras y me diera un golpe en mis partes bajas; así deberían de ser las cosas.

No obstante, esta noche no estaba en celo, entonces...

¿Qué hacía ese joven principito afuera de mi habitación?

Porque últimamente se había empeñado a realizar ese ridículo juego de la ley de hielo, creía que no me había fijado de sus acciones, pero eran terriblemente evidentes cuando me ignoraba cada vez que veía o me hacía presente en cualquier sitio. Es decir, era algo gracioso que se callara la boca cuando me encontraba con su mirada, o se dirigía a mí de manera indirecta, haciendo a una de mis empleadas sus marionetas para que hablaran por él, así de evitarme e irse por otros lugares antes de toparse conmigo.

Era un maldito desastre.

Al principio mi intención fue quitarme de encima y alejar su dulce esencia de mi alrededor. Así también mi propósito es que llegara a dejar ese deprimente pensamiento que lo estaba acabando de a poco, y esa actitud negativa que lo estaba llevando a nada bueno, sino a la muerte al renunciar a la comida de comer, llorar todos los días y vomitar sus alimentos. Por esa razón decidí moverme en cuestión de días para trasladarlo a este lugar, uno cercano a la extensa naturaleza y con más personas con las que pudiera comunicarse. No quería llevarlo en el otro lado del mundo con su estado deteriorado, desnutrido y sin vida; él iría hermoso.

Say Something - HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora