Desenchufó la lámpara de rana reposando en una hoja de porcelana al presenciar la luminiscencia en la habitación. Se desperezó estirando los músculos de su cuerpo y caminó al cuarto de baño. No tardó en escoger una camisa negra amplia con un estampado de gato con anteojos y un jersey gris. Calcetines blancos y unas sandalias azules.
Atasco la puerta detrás de su espalda, pasando a la sala, apreciando el ligero aroma de un buen desayuno recién preparado, revolviendo su estómago.
–Buenos días. —saludo, acercándose a la despensa para conseguir una caja de jugo.
–Buenos días, JingYi. —reintegró el saludo, tomando dos platos y dos tazas. –¿Con hambre?
El ambiente que rodeaba la cocina era sombrío, no creyendo que estos dos cónyuges se habían sonreído en la celebración.
–Por supuesto, ¿te has levantado antes? —averiguó. Observando sin cautela las ojeras de Wen Yuan.
–Si, casi no dormí. —dijo. dejando las ollas bajo el lavamanos. –¿No es malo que tomes café... o cosas heladas antes del desayuno?
–En estos momentos es donde convendría poner en práctica mi profesión. —murmuró.
–¿Un nutricionista puede recomendarle a una persona en gestación una dieta? —curiosea para menguar ese chocante ambiente.
–Una pregunta larga para una respuesta tan corta: sí. Aunque la mayoría de las personas se apoyan con lo que dice el ginecólogo. Son pocos los que visitan a un nutricionista en estos meses de afán. —refutó, sentándose en uno de los bancos, seguido de Wen Yuan. –Hay un porcentaje que impone que las personas en estado de gestación consuman lo que se les venga en gana, sin visitar al ginecólogo o la ginecóloga que frecuentan. Pero hay un porcentaje que requiere una dieta juiciosa cuando el peso es un problema.
–Ya veo. —respondió, consumiendo un poco de la comida que cocinó para los dos. Oyendo con cuidado a JingYi.
–Una vez tuve una cita en la clínica con un chico que rozaba los diecinueve... Él me explicó que por un descuido quedó en cinta, y que para no incrementar sospechas en sus padres deseaba hacer una dieta precisa, en la que su vientre no engordara con el paso de los meses. Esa cita me dejó un poco enredado... Soy nutricionista que ayuda a las personas a tratar con su metabolismo. No a desaparecer estómagos...—dijo, comiendo y agarrando el vaso con jugo.
–Aun así, ¿se puede ocultar? —dijo. Mirando la expresión de JingYi que forma un mohín en las cejas.
–No, lo dudo. Pero habría riesgos si así fuera —suspiró–, Cuando hay una mala alimentación por parte de la madre o el padre que carga la criatura en su vientre, se puede evitar un estómago corpulento a causa de una bulimia. Sin embargo, hay casos en los que el vientre no pierde el bulto normal de los nueve meses. —quitó el mohín, y lo suplió con un ceño fruncido. —El estado emocional de la madre o el padre pueden afectar también los cambios en el feto. Pero... Este ya es otro tema, siento que debería de estudiar unos libros extras para responder cualquier duda que quieras. —abultó su labio inferior.
–Tus respuestas me son suficientes, ¿Quieres comer más? —dibujó una sonrisa en los labios .
–Claro...
Pero no logro terminar la oración cuando la primera arcada trepó por su esófago hasta su faringe, haciendo que en un dos por tres se levantara del banco y corriera al baño de la casa.
Esto es ficticio, pueda que si o no de lo que se hable pase.
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9/Meses | WY/LJY.
Fanfiction•Hiatus temporal• ❮ No hay necesidad de sentimientos en una ceremonia que sólo se lleva acabo por un desliz de una noche. Y no es como que necesiten 280 días para convivir en casa en sus tiempos libres para saber si fue o no error dar un gran...