「22」

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La propuesta de negarse siempre estuvo presente en su cabeza desde la primera vez que escuchó que se crearía al parecer un segundo maridaje concertado en ambas familias. Durante los meses de separación en la relación con el Jin, se encauzó en su trabajo por completo. Era raro que pasara por algún sitio para beber o comer, e incluso no era de los que salían todas las semanas con sus amigos a acudir. Pero como los "ninguna vez" de alguna manera u otra perennemente llegan para bien o para mal, ingresó al edificio de luces refulgente, siendo jalado de la manga por su amiga que se desternillaba y lo llamaba "Aguafiestas".


Tal vez era cierto prurito de él, o simple fisgoneo prestar atención al ambiente de los lugares que visitaba era algo indefectible y extraño. Más si se trataba de un cajón de arenques en donde la música repercutía en las paredes, y las personas que no eran para nada comedidas con los fricciones en cada escondrijo de sus cuerpos. Lo único que sacó a enaltecer de ese sitio fueron las bebidas dipsómanas y los jugos. El resto no pareció tan atrayente hasta que freno en una de las mesas, sentado al lado de un hombre adulto joven que carcajeaba por la charlatanería sin sentido que salía de su boca, disertando de aquí y allá alguna que otra atribución de sus visitas al suelo.


No supo si hubo una especie de clic, o en verdad la bebida había hecho hechicería con la corta inmediación que tenían el uno con el otro, riendo atontadamente cuando el primer roce de sus bocas fue un estampido de nervios y espasmos en todo su cuerpo. Y la terciana coronó después de compartir los siguientes tres... cuatro..., y los que no refirió, o recuerda. Lo que sí recuerda pasajeramente es haber detenido un carro, y a su acompañante haber dado una dirección, las risas de complot en el asiento del taxi. Y el refinado frontispicio del edificio al que ingresaron.


Y si puede recapitular nítidamente algunas cosas que hicieron en la residencia, la eufonía de la cama, la unión de sus cuerpos y los suspiros de su contraparte en lo mejor de la libido.


–Concéntrate. —musitó para sí mismo.


Tan tersos que pareciera que la bebida no hizo muchas destrucciones en su cuerpo como lo imagino. ¿Era una especie de don tolerar cierto grado en el alcohol? Si era o no así, lo abochornaba un poco el retener los recuerdos de una noche de hace meses, mientras trataba de darle soporte a una página caída de la empresa.


Y es que al final no supo si de verdad la sonrisa... Las risas de Lan JingYi fueron la verdadera razón para aceptar la coalición, o, por como el adverso trató de aminorar esa pared inmaterial que levantó después de enterarse que sería papá. Hablándole con educación y la naturalidad que provenía de sus señas y expresiones. Y la cercanía de Wei Ying al querer que ellos comenzarán una amistad, conociéndose y tratando con sus realistas personalidades y carácter. Y era ameno, que al día de hoy, a pesar de los ciertos inconvenientes y los choques de opiniones, aprendieran a conocerse un poquito para lo considerable que les faltaba. Sin embargo, seguía pensando que la idea de la abolición luego de los nueve meses sería lo mejor para ambos.

9/Meses | WY/LJY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora