「23」

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En su familia, la palabra o el consumo de alcohol era ilícito. Tanto que en las fiestas programadas no había ni una pizca. Lo que las hacía aburridas para él, ya que no podía complacerse en no perder de vista a sus parentelas excedidos en el licor, sacando a flote sus auténticos deseos. Ni leer los periódicos de los escándalos de la estirpe Lan. Y lo mismo ocurrió cuando se enteró de la boda pactada en las dos familias. Rostros sonrientes de conocidos y desconocidos que los felicitaban por la coalición "afectuosa". Ojalá fuera de ese modo. Ese pensamiento caminó por su cabeza, pernoctó, y le dieron ganas de vomitar de solo tenerlo.

Es cierto que era el segundo casorio pactado en dos familias, anteriormente fue de su tío y padrino. La fiesta de prometidos fue, muy cálida. No entendió ni se puso a analizar al instante el ambiente que se daba. Pero ni uno de ellos mostró su descontento, ni hicieron gestos, ni tampoco aparentaron delante de varios llevarse excelente. Fueron naturales, con sus sonrisas, con sus manos enlazadas y los secretos que se decían al oído. Un aura especial los envolvía. ¿De verdad no habían sido tan buenos actores en sus otras vidas?, verlos le hizo sonreír, porque al final, era o no irreal. Esperaba que durará más que el de su madre, ya que este como los anteriores, no fue planeado ni forzoso. Pero si hubo engaños para ella y para él.

De solo pensar las palabras de su tío ante la rematada investigación que realizó de su madre, apolillaba su corazón y sacaba a la luz memorias de su infancia que atribuyeron para trastornar su pequeña mente y ocasionarle una ansiedad con la que batalla aun en la adultez. Aunque no era como antes. Wen Yuan hizo muchas cosas cuando se acostó con él. El claro ejemplo por dejarse llevar le pasó factura cuando los dolores de cuerpo lo atacaron en medio de su trabajo, a pesar de que había tomado analgésicos y un té relajante. Incluso a veces caminar le temblaba el cuerpo, y ZiZhen lo había parado indagando si estaba bien. También por previsión se había realizado exámenes por alguna anomalía en su cuerpo, ya que asistir a esos lugares y dormir con alguien que no conocía plenamente, podía pegarle cualquier ácaro.

¡Pero qué bien que lo gozo! Porque, aunque en su familia existían antecedentes que eran pésimos con el alcohol; él pudo sentir, expresar y hacer consciente el cincuenta y cinco por ciento con claridad los movimientos en el colchón. Y claro, dar la orientación.

–¿Mm? ZiZhen es mi mejor amigo. ¡Ya lo olvidaste! —acuso. –Lo mencioné en una de mis respuestas acerca de la clínica, fue con él que al fin pude abrir, para al final comprar el sitio.

–Lo olvidé. —excuso.

–A-Yuan, dormir tarde a ti te afecta. Mira que ya hablamos acerca de la alimentación que estamos teniendo y compartiendo. Si hay algo que te afecte el sueño, hay que dejarlo de comprar y...

–Lo entiendo, y no es nada. —aseguró. Posando las manos en los hombros del Lan para que lo mirara. –¿Y quieres ver una película o seguir con el sermón?

–Wen Yuan. —cruzo los brazos en su pecho. –Puedo seguir con el sermón.

El mencionado soltó una carcajada, arrancándole una sonrisa en los labios.

–Bien, pero sí vas a seguir, por favor siéntate. Ya estuviste mucho de pie. —dijo mientras lo obligaba graciosamente a dar una vuelta de cuerpo para sentarlo en la silla que precedentemente estaba ocupada.

–¿Qué te mencionaba?

–Que beber café muy tarde es malo.

–Así...

Aunque en un principio noto a Wen Yuan distante el día que regresaron de su supuesta "Luna miel", no lo fue cuando lo invitó a desayunar en la mesa de la cocina. Y si se interesó o no en serio acerca de su carrera, compartieron una larga conversación que no hicieron en las vacaciones. Al pasar de los días y las semanas, también conoció al Wen Yuan que sabe disimular muy mal lo preocupado que es. O más bien paranoico, puesto que desde se interesó en hablar del embarazo y requerir su aquiescencia para tocarlo fue un gran cambio de rutinas. También pasó cuando se enteró de que pertenecía a ese cuarenta y un por ciento de la población en los hombres que lograban conceder, y que tenían tanto útero como dos ovarios. Órganos que hacían que su concepción fuera natural desde que se dejó de cuidar. Como el regaño que lo hizo lagrimear de su tío cuando le explicó-regaño de su cometido por no empezar el método y cuidados antes de su estado.

–... Tienes que hacer caso.

–No prometo nada, pero lo intentaré.

–Bien, me basta que lo intentes. —alargó su brazo y su mano. –Vayamos a ver una película a priori de quedarnos dormidos.

Wen Yuan asintió, y lo ayudó a levantarse con cuidado. Salieron de la oficina, y marcharon por el pasillo de las habitaciones. Otra sorpresa que había advertido y echado un ojo en sus sagrados minutos en la bañera era que, unos caracteres difusos sin entenderse bien que querían transmitir aparecieron arriba de su rodilla. Hallando esto sospechoso y preocupante, puesto que no viene a su mente ninguna ocasión en la que haya visitado a un profesional del arte en los tatuajes. Y menos solicitado uno así de feo.

–¿Cuál quieres ver?

–¿Me dejarás escoger?

–Después de la reprimenda, puede darse un regalo pequeñito.

–Claro —Yuan volcó los ojos, soltando una risa para encender la televisión.  




  

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9/Meses | WY/LJY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora