「15」

241 52 33
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Apretó el plato que tenía en las manos, sintiéndose mareado. Había mirado los platos a la ancho y largo, pensando que podría ingerir. Había hablado con su tío materno de lo que estaba ingiriendo en estos días en su estado, recibiendo tanto regaños por parte del mayor, que por un momento y no se echó a llorar entre ellos. Sus emociones eran altibajos, un revoltijo de comidas de días. A veces se sentía muy feliz, a veces, se sentía muy triste y tenía ganas de llorar. Pero en otras, como en este caso, se sentía tan mareado que las ganas de sollozar fueron inmensas.


–Siéntate aquí.


Atendió una voz ronca, pero muy gentil. El desconocido agarró su antebrazo, guiando sus pasos torpes a una silla que apareció de la nada a un extremo.


–Gracias. —murmuró. Llevándose una mano a la frente. El mareo seguía latente.


–No es nada.


Lan JingYi respiró lento, incluso sentía la necesidad de vomitar.


–Cariño, ¿sigues sintiéndote mareado?


Surgió otra voz, pero esta fue más tenue y con toque materno. JingYi asintió.


–¿Vienes solo?


–A-Niang.


Oyó el reproche de la voz ronca.


–Calla. Estoy tratando de distraerlo. Tú Fuqin hacía lo mismo.


Lan JingYi sonrió, moviendo la cabeza.


–¿Estás solo?


De nuevo el desconocido.


–No... él está en las mesas de la terraza. —habló muellemente.


–¿Pero cómo puede permitirte bajar con tal estado? —escucho esa voz materna enfadada.


Solo entonces, entrecerró los ojos, divisó los rostros de estas dos personas que lo ayudaban. Quien iba a decir que, quienes lo ayudaban no era otro que Yue QingYuan y su madre Yue Chunhua.*

9/Meses | WY/LJY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora