Alejandría- El origen de los guerreros {En creación}

La llamada del pasado

El aire era pesado, todo rastro de tranquilidad había sido sustituido por tensión y miedo.

Miedo a lo desconocido.

-O glorioso ser, ¿Cómo puedo llamarte?- pregunto la Reina sumamente sorprendida de su hazaña. Había logrado contactar con un Dios, eso era algo que nunca nadie había logrado entre los suyos.

-¡Como te atreves a preguntarle a un Dios su nombre!- Respondió esa grave voz, parecía furiosa.

-¡Ohhh! ¡Por supuesto que no!- dijo aceleradamente la reina mientras se ponía de rodillas.

Holver junto con los otros allí presentes, al ver como su amada reina se ponía de rodillas. No tuvieron otra opción que postrarse ante esa entidad. Él sabens no entendía porque su querida y hermosa reina se inclinaba tan rápido ante esa voz.

-llámame "mi señor"- ordeno la voz firmemente.

Él pequeño sabens no pudo contenerse y poniéndose de pie pregunta- ¿Cómo sabemos que eres un Dios?

Las risas tan gruesas y fuertes que salían de ese vórtice circular retumbaban por todo el campo trasero del palacio- ¿Quieres ponerme a prueba usuario de la luz?

De repente Holver siente una presión inmensa sobre su pequeño cuerpo. Sus brazos empiezan a temblar al instante, su respiración es cortada por el miedo en varias ocasiones.

Un terror colosal recorre el cuerpo del sabens, de pie a cabeza, mientras tenía los ojos abiertos como hasta más no poder.

-Arrodíllate- ordena secamente esa entidad tan poderosa.

El sabens está perplejo, nunca antes había estado ante un ser tan poderoso. La magnitud de su poder era tremenda, solo su voz tenía un fuerza increíble. Aunque intentara moverse no podía, su cuerpo no le respondía.

-¡Te he dicho que te arrodilles!- ordena nuevamente la voz un poco molesta por repetir lo mismo.

Holver intentaba moverse pero sus piernas no paraban de temblar. Se arrepentía de haber cuestionado a ese Dios. De repente se empieza a arrodillar lentamente, pero no era él. Su cuerpo se movía por cuenta propia, hinco la rodilla derecha al suelo pastoso del campo y bajo la cabeza. En ese instante, sintió como el aire regresaba a sus pulmones y toda la presión que había sentido se esfumaba.

Nunca antes había sentido un poder tan tremendo. ¡Juro que nunca más le llevare la contraria a este Dios! Pensó el sabens mientras que agradecía que esa entidad no lo hubiera matado.

-Perdónelo mi señor- pidió suplicante la reina.

Era la primera vez que Holver escuchaba que su amada reina pedía algo.

-¿Por qué te has contactado conmigo mortal?- pregunta impaciente él Dios.

-Tengo algunas preguntas que hacerle mi señor.

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La noche ya había hecho acto de presencia, sus frías brisas recorrían las calles de la ciudadela como aves en barbadas. Pero el ambiente era todo menos relajante.

La multitud era incontrolable, estaban dispuestos a entrar al palacio. Las palabras ya no los tranquilizaban, la muchedumbre estaba hundida en la furia, terror y miedo.

Empezaron a avanzar hacia las rejas negras donde se encontraban Krall y su compañero el cual repetía el discurso nuevamente.

-Tén- decía el sabens mientras le pasaba su lanza a su compañero y se disponía a ponerse al frente de esa horda enfurecida.