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Yoongi
Agustd. Primera parte.

20 años atrás.

Hay miles de destinos peores que el de morir. Eso lo sabía con certeza.

Pero a veces, sólo a veces, desearía simplemente dejar la tierra de los vivos; desechada la idea al instante, pero todavía tenía algunos residuos vagando por ahí.

Min Yoongi o mejor conocido como el fantasma de Daegu, 17 años. Atrapado en su decimosexta pelea, tenía consigo un fajo de billetes, cigarrillos y un papel con varios números telefónicos.

-Celda 4-21-20, expediente 22-7-1 estara aquí hasta que su padre venga y lo reclame.

Pero por supuesto. Su padre nunca venía por él. No importaba que hiciera, jamás ayudaba a su pobre hijo mayor.

Un oficial llegó echando patadas hasta golpear el escritorio donde Yoongi era procesado.

-Maldito hijo de perra.

-Jódete.

Recibió un puñetazo, estando esposado, el estúpido policía que lo arrestó no podía ser atacado nuevamente por el menor.

-Cheng, abstente.

-Este chico me rompió el labio cuando intentó escapar. -se quejó haciendo un mohín mostrando la herida- ¿Cuánto vas a darle?

Con un suspiro el que parecía el "policía bueno" se recargo en su silla y dijo mientras miraba al escuálido y pálido cuerpo.

Con lástima.

-Probablemente se quede una semana y después lo dejemos ir.

Casi siempre sólo se quedaba ese tiempo. La última vez que se quedó demasiado, fue robando un auto. Un mes y trece días habían sido suficiente para cambiar de jugada. Ya no robaba, eso seguro, ahora se metía en peleas clandestinas, apuestas y un tipo estaba negociando su entrada con el "Copo de nieve", el hombre número uno, el puesto para ser buscado por vender drogas.

-De acuerdo, yo lo llevo a su celda.

-No lo golpees más.

-Sólo si no me provoca.

"Policía malo" o Shinawa PekCheng, traído desde China para investigar el tráfico de drogas y la trata de blancas y órganos en el mercado Purhi de Corea del Sur, hombre de honor que llevaba dos años en la estación principal de Seúl, viudo a manos de mafiosos y vengador del tiroteo 13699, tenía un dilema con Min Yoongi.

Siempre era él quien lo arrestaba, la coincidencia, mala suerte o destino, arrogante en su forma de presentarse, ponían a Cheng en el camino del famoso
fantasma de Daegu, quien venido a la ciudad cada cierto tiempo sólo para buscar a su padre y conseguir dinero para su familia, terminaba siendo arrestado, liberado en unos días y golpeado por las pandillas a las que casi expone o estafó.

La primera vez que lo vio, estuvo dispuesto a dejarlo ir, "es sólo un niño" se dijo, pero Yoongi lo arruinó en el instante en que robó su arma y le dio una patada en los bajos. Huyó, por supuesto, y fue encontrado inconsciente en un auto destartalado, dos semanas después, por el mismo Cheng.

CON SOLO RECORDARTE  TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora