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Jungkook

¿Por qué? ¿Por qué tenia que amarlo tanto? ¿Por qué no pudo ser alguien más? Quien sea, no importaba, todos menos Taehyung. Se lamentaba tanto, tanto que le quemaba vivir, las entrañas se incendiaban en un odio contenido. Dolía, le roía en el pecho lo que le quedaba de corazón, el resto estaba siendo castigado por su remordimiento, ese trozo de corazón que se negaba a dejar ir su enamoramiento.

Ardía estar ahí, tan cerca y simplemente no ser nada, ser un extraño, ser un dígito en la población, un componente en la existencia.

Y lo extrañaba, extrañaba tanto que tomara su mano cuando estaba triste o que le acunara el rostro cuando enfermaba, extrañaba su voz diciéndole lo muy importante que era en su vida y lo mucho que adoraba pasar tiempo con él, que nunca se iban a separar. Extrañaba tanto a su Taehyung, al chico del que se había enamorado, el que aún no lo abandonaba, el que lo miraba con cúmulos de constelaciones en sus ojos, con algo más que cariño, con...

-Así que...

Parpadeo, regresando al mundo donde el reloj avanzaba tan rápido y sin pesar, un mundo donde cometió el peor de los errores y Taehyung no tenia memoria. Se recargo en sus rodillas, muy consciente de la presencia del rubio. Sus ojos azules se paseaban por la habitación, pero terriblemente lo evitaban. "Así es mejor, si me mira; si me mira voy a..."

-Ugh.

Alzo las cejas. Bueno, no tenia que ser tan grosero.

- ¿Como le pregunto?, ¿Esta enojado? Bueno, a ver. Gracias, no se quien eres, tampoco se quien soy, pero pareces buena persona, ¿te conozco de algo o...? UGH, NO. ¿Cómo? ¿Cómo? Mira, no tengo ni la menor idea de porque estas aquí, será mejor que me sueltes la sopa si no quieres que...

-Jungkook.

No iba a decirle quien era, el plan consistía en mantenerse en anonimato, pero estaba tan hecho mierda cuando llego al hospital que verlo dormir lo tranquilizo, lo relajo tanto que se quedo dormido en el sofá, su error. Él ni siquiera debía estar ahí, su Hyung estaba cuidando la puerta y le iba avisar si alguien venia, pero entonces, se despertó y llegaron los doctores, Taehyung comenzó a llorar y eso lo hizo añicos. Lo abrazo. Echaba tanto de menos su calor, su olor, incluso su flojo llanto. No pudo resistirse, lo amaba tanto. Se quedo, debió haberse ido con los doctores, hacer como si nada, pero no. Se quedo y dijo su nombre, ¿Cómo más podía joderlo?

Los bonitos ojos azules lo estaban viendo, unos bellísimos índigos decorados de un rosa pálido; no pudo evitarlo, se resbalo en sus labios como hielo en brecha, una sonrisa encantada. Se sintió tan mal, tan equivocado ser signo de su atención. Y suspiro, una lenta exhalación que dejo salir un poco de su rabia contenida.

-Estabas pensando en voz alta y, uh..., tu estabas, ah – ¿podía humillarse aún más? -Sip. Jungkook

Había olvidado lo bien que se sentía ser alguien para Kim Taehyung. La sensación de burbujeo que le inquietaba el estómago, que rugía hasta su garganta y se atascaba, se quedaba ahí contenido de decir "Te amor". Todo fue un papel en blanco cuando noto que el rubio le estaba devolviendo la sonrisa, su ser se evaporaba en la más sublime sensación de felicidad, en una rítmica carrera hacia su alma gemela.

- ¿Y yo?

¿Cómo más podía joderlo? Así podía joderlo. quedándose y sintiéndose tan rebosante solo porque Taehyung no lo miraba con odio, disfrutando de estar en la misma habitación.

- ¿Yo como me llamo?

Por su arrebato se había metido en ese embrollo y por su estúpido y desinhibido cerebro dopado estaba arruinando la movida. ¿Por qué tenia que ser tan débil ante el? ¿Por qué era tan débil a èl?

-Taehyung.

El solo decir su nombre le hormiguea la lengua. "Jesús". Estaba siendo tanto, no iba a resistir tanto, tenia que decir algo, lo que fuera, hablar del clima, del hospital, de lo guapo que se veía despeinado, de lo mucho que quería besarle, de lo muy enamorado que estaba y lamentaba tanto las circunstancias, de...

-Taehyung, ¿Taehyung?

De lo tan aterrado que estaba de amarlo. Vio como se movía en la camilla, aislado en su propio mundo, reduciéndose a una pequeña forma sobre las sabanas, temblaba y respiraba tan rápido.

- ¿Taehyung?¿Necesitas que llame a la...

Con una mano en alto lo callo. Ese tipo de poder tenia en él. Si él quería que Jungkook ladrara como perro lo único que necesitaba hacer era tronar los dedos, eso y quizá, decírselo con un tono un tanto seductor o demasiado infantil, con que se lo dijera, Jungkook daría la vida por él.

-Taehyung.

El rubio continuaba reduciéndose en su lugar y el azabache se puso de pie. Murmuraba cosas inentendibles y no saber que hacer le ponía los pelos de punta.

- ¿Me estas escuchando?

Un regalo del cielo, no pensó escucharlo nunca, de nuevo. Fue como si hubiera vuelto a nacer, su corazón se detuvo en el presente y acelero en el futuro. Ya no importaba nada mas que lo que ocurría ahora, en ese instante, es esa habitación, con ellos.

-Jungkook.

- ¿Llamo a la enfermera? De repente te fuiste muy lejos.

-Jungkook, ¿Quién eres?

¿Por qué? ¿Por qué amarlo se sentía tan pleno, tan armonioso y al mismo tiempo tan blasfemo? Ojos azules, inocentes, brillando en la espera. ¿Quién era? Y ocurrió, joderlo era una cosa, arruinarlo totalmente sin remedio alguno era otra.

Jungkook podía ser quien quisiera, podía ser un héroe, un salvador, un dios, un fenómeno de la naturaleza, pero el solo quería ser una única cosa.

-Soy tu esposo.

CON SOLO RECORDARTE  TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora