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Yoongi


Un edificio con 9 pisos, 31 residentes, 5 niñeras, un guardia de seguridad, y nadie sabe nada, nadie vio o escucho nada. Ni en las cámaras del edificio, ni en el registro publico, o las cámaras peatonales. Ni los vecinos o los cuidadores del parque. Se esfumo, se perdió y fue olvidado.

Al principio, cuando lo comenzaron a buscar era solo la cuestión "¿Has visto a Taehyung?" y eran todas las mismas respuestas, variaban de un simple no hasta una monótona silaba y falsa preocupación.

Yoongi volvía temprano del trabajo, el cielo era una mezcolanza de tonos rojos, naranjas y purpuras que ardían en sus ojos, quería llegar a casa, quitarse los zapatos y recostarse en el sofá mientras escuchaba las anécdotas del día, oler pintura fresca, perro mojado o repostería. 

No importaba si se iba todo el día, su hogar siempre estaba lleno de vida, luz, sonido, de olores exquisitos, colores y una energía tan cargada de todo, emociones, recuerdos y sueños. No podía negarlo, también había melancolía, nostalgia, vergüenza, odio, rabia y tristeza. Raras eran las ocasiones donde podías verlo con claridad pero ahí estaba, entre los frasquitos de hierbas aromáticas y pizcas sazonadoras, entre los pinceles trozados, húmedos y sucios, entre los libros marcados y doblados en paginas especificas, entre los zapatos y ropa amontonados, entre las sabanas, las almohadas, entre sus huesos y debajo del pellejo. Si prestabas la suficiente atención, ahí estaba, el enorme elefante en la habitación.

Pero era mas fácil ignorarlo. Dejar que Taehyung lo olvidara y continuar con sus vidas.

Llego a casa y todo lo que esperaba no estaba. Hacia frió, estaba oscuro, y silencio que fue roto por el sonido de patitas que venían desde el fondo de la casa. 

Yoongi conocía al derecho y al revés su casa, sabia donde estaba la alfombra, las repisas, los floreros, las cajoneras y las fotografías aun así todo se sintió fuera de lugar, se tropezó varias veces en la negrura del lugar  y tanteando con las manos las paredes hizo su camino al lugar donde Yeontan lo esperaba. Lo llamo varias veces pero el perro no hacia ningún ruido mas que el de sus patas. 

De ante mano ya sabia que Taehyung no estaba, no podía oler su perfume, ni escuchar su visita, ni sentir su presencia. Y la verdad tenia un poco de miedo sobre lo que iba a encontrar al final del pasillo. 

Cuando llego tomo un profundo suspiro y empujo con la punta de sus dedos la puerta, tan lento, retrasando lo evidente; la madera agonizo hasta que fue puesta en apertura total. Encendió la luz y ...

Nada.

Todo estaba tan limpio, tan ordenado. Pulcro. Perfecto.

Las sabanas dobladas, el cesto de ropa vació, el armario apenas y tenia la mitad de ropa. Era solo su ropa, en el estante solo sus zapatos, en la repisa solo sus fotos. Y Yeontan lo miraba desde el suelo, acostado en su cama tan inmóvil que parecía una estatua.

Hizo el regreso a la sala y encendió ahí también la luz. El librero tenia ocupado solo 2 de los 10 espacios, no estaban los estuches de pintura, ni el cabestrillo. En la cocina apenas y había despensa, los menús, las recetas y las notas románicas habían desaparecido de la superficie del frigorífico.

No había un rastro, ni una pizca de esencia de Taehyung en el lugar. Debió de haber estado asustado, debió de estar llamando a la policía. Lo único que lo hizo reaccionar fue notar, escondido entre los tallos de las flores en el jarrón de cristal, en el fondo lleno de agua, sumergido, un anillo de compromiso.

Después de buscar pistas, testigos y evidencia. Sin conseguir nada. Se había esfumado, perdido, fue olvidado.

Nadie tenia una remota idea de quien era Kim Taehyung. Lo llamaban loco, lo miraban despectivamente y ya nadie convivía con el, ni siquiera la señora Mowchong que era tan buena con Tae, que le enseñaba sobre plantas, sobre sabores y música.

Y se creyó lo que la gente dijo. Tal vez solo estaba teniendo delirios, tal vez estaba demasiado tenso y su mente monto un escenario de felicidad. Tal vez solo estaba equivocado y también olvido.

Olvido lo mucho que amaba, lo mucho que dolía y lo muy enojado que estaba.

Se mantuvo tan aislado, incrédulo y en shock. Tardo semanas en salir del trance, de reventar la burbuja de su rutina. De darse cuenta realmente de que algo había ocurrido con el rubio quien si existía y había existido con el. Tuvo un ataque de pánico, rememorando el pasado que tanto habían buscado enterrar y que después de tanto tiempo los alcanzo con una mordida eficaz que arranco no sus brazos o sus cabezas, si no su corazones. Y a el amor de su vida de su lado.

He hizo lo único que mejor sabia hacer, llamando al mejor aliado que tenia, Min Yoongi se metió en problemas.


CON SOLO RECORDARTE  TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora