7

44 5 1
                                    

Jungkook

Jimin lo estaba viendo desde su sitio en la sala con los brazos cruzados, el ceño fruncido, los labios planos. ¿Quien diría que esa pequeña personita daba tanto miedo?

-¿Estas idiota o que?

-Hyung...

-No.

Y vuelve a comenzar el ritual. Camina con la alfombra absorbiendo el eco de sus pasos, los brazos frotándose contra sus costados conteniendo la frustración. Y estruja su cabello, Jungkook se imagina que debe estar reprochándose el haber huido cuando vio a su padre -Seokdul- en la puerta, probablemente el también hubiera salido despavorido de no ser por Taehyung.

-¡Maldita sea Kook! Al fin tenias el control sobre esta mierda y tenias que ir y joderlo todo.

-Hyung, lo siento.

-No va a resolver nada que te disculpes. Deja de hacerlo. Ya no tienes 10 años y eso no funciona conmigo.

-Si, lo siento.

Otro suspiro sale de sus bocas. 

-Solo, deja de hacerlo. Ya lo hecho, hecho esta. Ademas, tenemos que arreglar este nuevo asunto con tu padre.

-¿Ya hablaste con el?

Jimin se acerca al ventanal y abre apenas unas pulgadas, saca un compartimiento donde obtiene un fino tuvo bien sellado, enciende veloz y como el profesional -aunque no orgulloso- consumidor que es, se fuma el porro. El humo se escurre por el cristal hacia el viento que lo aleja, ambos ven como desaparece entre los rayos de luz que entran en la fúnebre habitación de Jeon Jungkook.

-No, quiere verte primero. Ya sabes como es el.

-Pense que lo habías dejado - menciona antes de arrebatarlo del propietario; manteniendo el cilindro casero a contra luz,  analizando la apariencia hosca y rellena. El pelirosa lo obtiene de vuelta con cuidado de no rajar el papel que recubre - ¿Porque fumas otra vez?

-Sabes que cuando estoy ansioso los dolores vienen mas fuerte.

-Lo siento.

-Ya, Kook. Eso si que no fue tu culpa. -Hay un brillo peculiarmente melancólico que lo llena de vergüenza, casi va a caer una lagrima rebelde cuando Jimin la limpia fingiendo remover polvo invisible. - Si no te detienes tendré que golpearte con mis pequeñas pero poderosas manos. 

Rien como si nunca bromearan acerca de las veces que han peleado con otros para defenderse, de las veces que entrenan hasta que los músculos arden y su piel se derrite por el calor y cansancio, como si no necesitaran un poco mas de humor ácido sobre sus pesadumbres para vivir un poco mas, para sentirse un poco mas humanos, un poco mas ellos - o quizá llore y los dos somos muy consciente de cuanto te duele eso.

-Si, claro. Ni siquiera podrias moverme un centimetro.

-No me retes Jeon.

Mantiene la carcajada hasta que resuena en sus huesos como un cumulo de anterioridad, de estimada añoranza. Pasan largos segundos antes de que el mayor se derrumbe de verdad. Jungkook esta ahí para atraparlo cuando se resbala por el vitral. Acaricia la frente que se arruga en energética emoción. Los dedos van y vienen sobre la piel como queriendo llevarse los malos recuerdos, mas de 3 veces. Pierde la cuenta cuando el tictac del reloj es tan confuso que no sabe si es el tiempo el que mitiga o es su corazón afligido.

Guarda silencio porque sabe que aun no llegan a la parte mas difícil, se dio cuenta en el brillo. El tipo de auge que eclipsa los espejos, vio ahí lo mismo que temió en su madre antes de morir, lo mismo que vio en Taehyung esa mañana.

-¿Cuanto falta?

-Quizá no llegue ni a la primavera.

Jungkook llora, se aferra al desmedrado cuerpo que contiene la vasija medio a medio llenar. Vuelve a doler. Se asoma como si siempre hubiera estado ahí, entre las sombras que daban sus sonrisas, sus chistes, su apoyo y su mordaz personalidad motivada. Quizá ni siquiera sabia que estaba oculta hasta que noto las diferencias entre lo que es "ahora" y lo que fue "antes".

Jungkook lloraba porque el sabia, se notaba en las hojas arrugadas del calendario y en los colores ocres de los arboles en las afueras, que la primavera hace mucho los había dejado.


CON SOLO RECORDARTE  TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora