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Taehyung

"Leche, huevo, tomate, cebolla, suavizante, crema, jabón".

Había revisado ya el refrigerador y la alacena, la lista era pequeña. ¿Estaba olvidando algo?
Meh, lo compraría cuando Yoongi volviera del trabajo, por ahora, solo llevaría aquello.
Tomo su chamarra, sus llaves y antes de llegar a la puerta unas patitas lo empujaron en sus pantorrillas.

-Hola, tù. Vuelvo en un rato. – Tomo uno de los juguetes rechinadores y lo lanzo hacia la sala con la esperanza de que su adorable mascota lo siguiera, pero Yeontan permaneció frente a él con su pequeña colita meneándose – Anda, ve. – el perrito solo ladeo su cabeza confundido por lo que sea que su cabecita pensara y Taehyung suspiro, rendido por la ternura de su mascota. Se agacho y acaricio su cabeza, unos mimos aquí, otros allá, la criatura estuvo satisfecha por la atención rápidamente y cuando creyó que su amo ya no se iría fue a por el juguete. Y Taehyung aprovecho para huir. – Papá te ama, Tannie.

Corrió por el largo pasillo y carcajeo al pensar en su tonto truco para escaparse de un perro miniatura, lo compensaría agregando a las compras algunas de esas golosinas para perros que había visto en los comerciales. Saludo a su vecina, la señora Mowchong, como usualmente hacia al tomar las escaleras, se detuvo un momento.

"¿Escaleras u ascensor?".

- ¿Por qué no? Hoy es ascensor.

Esa mañana se había despertado con una extraña sensación de pánico que lo puso alarma muy temprano; intento terminar una pintura que tenía ya casi un mes en su custodia, horneo un poco para el desayuno, empaco el almuerzo para Yoongi y ni siquiera estuvo cerca de ser la hora de levantarse. A las siete de la mañana, Taehyung se halló reorganizando el estante de la biblioteca esperando fuera momento de ir y dar muchos besos a su novio para despertarlo y comenzar el día. En algún momento de su ardua tarea se había quedado dormido, para cuando despertó, tenía un post-it en la frente y sobre la barra de la cocina, una rebanada de panqué a medio comer se notaba.

"Te veo más tarde, Taetae. Gracias por el almuerzo, te amo".

Ah, se perdió el despertar de su gatito.

Eran las once de la mañana de un miércoles cualquiera de marzo, faltaban 3 meses para su quinto aniversario, tenía guardado en su viejo abrigo un pequeño anillo por si acaso se animaba a hacer algo un poco más serio esta vez; todo era normal y tranquilo, pero Taehyung se sintió absurdamente preocupado. El hecho de que casi fuera perfecto, lo hizo sentirse asustado.

Estuvo a punto de tener un ataque de pánico, pensó en hacer las compras para distraerse y como no, darse el lujo de bajar por el ascensor, se sentía muy cansado por la actividad extra-matutina de ese día. El lujo de escuchar las graciosas canciones de la radio no le caerían mal.

Dentro del ascensor, con los ojos cerrados, pensando en lo mucho que todo era común y corriente, tan cotidiano como siempre, todavía su cuerpo se sentía reactivo, un poco de escalofríos. No quería darle importancia, pero algo en el aire se sentía mal.

En la recepción, el silencio cayo de golpe. Por lo general estaba tan ensordecido por el ruido de niños gritando en la lavandería que no escuchar nada, ni siquiera al viejo guardia o autos fuera lo abrumo.

"Todo está bien". Se repitió como un mantra mientras hacia su camino fuera del edificio.

"Nada malo pasa". El sol resplandecía en la existencia azul sobre su cabeza, calentaba su piel, sus huesos, sus pensamientos helados del miedo que se derretían en las cuencas y goteaban hasta la orilla de su rostro. "¿Qué podría suceder?".

Ningún sonido de charlas, ladridos o aves volando. ¿Cómo entonces, iba a pensar que un vehículo aparecería de la nada y lo atropellaría? Y no se crean no miro a los lados, eso fue lo primero que hizo y esa camioneta no estaba cuando hecho el vistazo.

¿Se debía a eso la sensación extraña?, ¿por eso no podía dejar de pensar el pasado?, ¿era cosa del destino? No hubo mucho de donde obtener las respuestas, no cuando estas volando por los aires sorprendido de los azares de la vida. Eficaz y contundente. Casi siete metros lejos del impacto, ningún testigo, un charco de sangre y Yeontan esperaba sentado frente a la puerta el regreso de su amo.

CON SOLO RECORDARTE  TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora