Capítulo dieciocho.

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(Sé que el gif se va a llenar de oyas, pero no me arrepiento de nada)

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(Sé que el gif se va a llenar de oyas, pero no me arrepiento de nada).

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El entrenamiento estaba durando más de lo esperado, esos chicos parecía que tenían energía infinita y sólo de verlos me cansaba. Ese día había hablado con mi tío sobre visitar a mi madre al centro, a él no le hacía mucha gracia ya que aún no se fiaba de ella, pero me permitió verla siempre y cuando haya personal vigilándola. 

Era el último día de la concentración del fin de semana, sabía que iba a haber otra en el Nekoma, me daba pereza ir ya que quería quedarme en mi casa pero era obvio que Kuroo no me lo permitiría.

-¡Balón libre! -El Nekoma y el Fukurodani estaban jugando, esta vez los búhos habían tomado la ventaja del partido mucho antes, pero el Nekoma consiguió igualarlos y ahora estaban en deuce.-

Kuroo me había enseñado algo de Vóley, lo básico.

El balón voló hasta la cancha de los gatos y Yaku la alzó para que Kenma no se moviera mucho, el gamer se cansaba rápido. Al final ganó el Nekoma por muy poco y Bokuto se deprimió tanto que se fue a una esquina del gimnasio y se hizo bolita. Kuroo vino hacia el banquillo donde estaba sentada.

-¿A qué he estado genial? -Sonrió orgulloso, me aguanté un poco la sonrisa y él rió.- Adorable. 

Agarró su botella de agua y se la bebió de un trago. Últimamente, mientras bebía agua, me fijaba mucho en la nuez de su garganta, me parecía tan sexy que se notase. Kuroo me quiso abrazar, pero yo me aparté bruscamente diciéndole que estaba sudado, no quería que me abrazase así, olía a muerto.

Gracias a eso, se fue a la esquina con Bokuto a hacerse bolita, con un aura de depresión alrededor de ellos.

Eran las siete de la tarde, todos ya se habían duchado y Kuroo y yo quedamos en la entrada del Ubugawa para ir al centro a visitarla. Ya habíamos pedido permiso para salir de la institución, por lo que no había ningún problema. 

-¿Estás nerviosa? -Acarició mi espalda lentamente para reconfortarme, yo me mordí el labio y asentí un poco.- Bueno, ya verás como no pasa nada malo.

-No conoces a mi madre, desde que nos dejó nuestro padre, intentó conseguir dinero de todas formas. -Me miró algo sorprendido, yo suspiré y seguí contándoselo.- Se metió a puta y ganó una cantidad razonable durante meses para pagar el alquiler, pero luego cayó en depresión y usó ese mismo dinero para comprar estupefacientes y alcohol. 

No me gustaba recordar esas cosas, varias veces se había descontrolado y yo tenía que calmarla agarrándola de los brazos para que no hiciera nada imprudente, más de una vez me había golpeado confundiéndome con mi padre, según ella, me parecía mucho a él.

Reina. ||Kuroo Tetsurou.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora