Capítulo tres.

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Un oso panda.

Parecía un putisimo oso panda.

Desde lo que pasó ayer por la tarde no pude pegar ojo, como siempre. Mis ojeras cada día que pasaba se notaban más y parecía que me iban a llegar a la comisura de los labios como siguiera así, el único remedio que me quedaba era dormir en clase.

Pero los profesores son tan subnormales que no me dejan dormir aún sabiendo que mis notas no bajaban por mucho que durmiera. Me tienen que joder la vida de distintas formas, sino, no son felices.

Aún seguía buscando trabajo, pero al paso que iba poco iba a encontrar y eso me frustraba de una forma impresionante.

-¡Hey! -Alguien me sacó un auricular de la oreja y cuando vi que era Kuroo, bajé el volumen de Maroon 5.- Buenos días.

A su lado estaba el chico teñido, jugando con una consola.

-Hola Kuroo. -Respondí neutral, pero su cara me hizo fruncir el ceño confundida.- ¿Qué?

-¿Y esas ojeras? -Preguntó y no pude evitar tensarme un poco, él lo notó.- ¿Ha pasado algo?

-No. -Murmuré volviendo a subir el volumen de la música.-

No dijimos una palabra más hasta que llegamos al Nekoma, el chico que nos acompañaba se adelantó y nos dejó solos. Cuando estaba por irme a clase también, Kuroo me agarró del hombro.

-Sabes que puedes contarme lo que sea, ¿No? Me gustaría ayudarte con lo que pueda. -Hice una mueca, no me gustaría que Kuroo se enterara de lo que pasaba en mi casa.-

-No creo que sea necesaria tu intervención. -Él asintió un poco aunque no muy convencido.- ¿Algo más?

-¿Quedamos en la azotea para almorzar? Como ayer, em... -Suspiré levemente apartando su mano de mi hombro.-

-Nakahara ______.

-¿Eh?

-Me llamo así, idiota. -Kuroo sonrió achinando sus ojos y yo le di la espalda para irme a clase.-

Avicii sonaba ahora en mis preciados auriculares, cuando entré me di cuenta de que el profesor de biología ya estaba dando clases, así que me prohibió la entrada por haber tardado tanto y me quedé en el pasillo sentada, la única cosa que podía hacer era dibujar algo.

También podía dormir, pero no me fiaba de nadie y no me gustaba que me robaran las cosas con la guardia baja.

Mientras dibujaba pude oír unos pasos que venían hacia aquí junto con unas voces, una era de una chica que no conocía y la otra voz era de mi profesor de arte, el único profesor con el que no peleo.

Reina. ||Kuroo Tetsurou.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora