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Sábado por la mañana y me acababa de despertar, al menos había dormido lo suficiente para sobrevivir durante el día. Ahora estaba en el sillón desayunando, cuando el timbre de la casa comenzó a sonar repetidamente haciendo que me sobresaltara.
-Mira, le voy a meter el timbre por el culo a ver si así suena... ¿¡Tío Himura?! -Abrí la puerta sorprendida, viendo su enorme sonrisa y un par de maletas enormes, en serio, eran gigantes.-
-¡Aw, mi pequeña sobrina! -Me abrazó fuerte y yo abrí la boca en busca de oxígeno.- ¡Te he echado tanto de menos!
-¡Deja de ahogarme, coño! -Se separó de mi manteniendo esa sonrisa que tanto me ponía nerviosa.- Te dije que no tenías que venir.
-Pero quería verte, además, no es bueno que a tu edad te quedes sola en casa, puedes quemarla o algo así. -Entró como si fuera su propia casa y yo rodé los ojos molesta, cerrando la puerta tras de mi.-
-Hay más probabilidades que acabes quemándola tú. -Mi tío rió inocentemente.-
-Tan arisca como siempre... -Murmuró divertido, aunque después suspiró.- Pronto pediré tu custodia, tu madre está a la espera del juicio.
-¿Juicio?
-La he denunciado. -Lo miré sorprendida y él se encogió de hombros.- Lo debería haber hecho antes, lo siento por tardar tanto, ______.
Mi tío siempre había sido muy bueno conmigo, aunque lo había visto pocas veces porque a mi madre no le gustaba que me juntara con él.
-Puedes dormir en el cuarto de mamá. -Mi tío me acarició la cabeza con cariño y asintió.-
-De acuerdo, a partir de ahora estaré aquí para cuidarte, no como lo ha hecho mi hermana. -Sonreí levemente y asentí un poco.- Bueno, iré a dejar mis cosas, si quieres luego nos ponemos al día. ¡Hace mucho que no nos veíamos!
Mi tío era maestro de filosofía, y a veces he llegado a pensar que era tan feliz porque se estaba fumado diecisiete porros al día, pero bueno.
Me volví a sentar en el sillón, pensando en lo que pasó el viernes, tenía que hacerle los trabajos a las zorras esas, aunque no me dijeron si debía hacerlos bien o mal, así que voy a optar por lo último y les haré unos bonitos garabatos en los cuadernos.
Un mensaje llegó a mi móvil, era Neil. Sonreí inconscientemente y me fui a mi cuarto para prepararme, me estaba esperando en su coche.
Me despedí de mi tío y salí a la calle en busca de su coche, sinceramente, necesitaba desestresarme y por lo que se veía, Neil también. Tuvimos sexo en su coche, como siempre, cuando acabamos estuvimos un rato intentando calmarnos.
-¿Qué te pasa? -Me preguntó.- Estabas muy nerviosa. -Neil se puso los pantalones y se crujió la espalda estirándose.-
-Las zorras de las hijas del director, me tienen jodida. -Me miró curioso.- Me están chantajeando con la popularidad de Kuroo, solo por juntarse conmigo. Ya sabes lo que me ha pasado en el Nekoma.
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Reina. ||Kuroo Tetsurou.
FanfictionSiempre he sido una persona solitaria, alguien en quien desconfiar plenamente como si de un bicho raro se tratase, pero no culpo a la gente por tratarme de esa manera pues yo misma me había buscado aquella reputación por mi carácter de mierda. Inclu...