Siempre he sido una persona solitaria, alguien en quien desconfiar plenamente como si de un bicho raro se tratase, pero no culpo a la gente por tratarme de esa manera pues yo misma me había buscado aquella reputación por mi carácter de mierda.
Inclu...
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(Siento si este gif está repetido, pero es que me encanta.)
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Llegó el último día de clases, al día siguiente comenzarían las vacaciones de verano donde los chicos realizarían una concentración en el Nekoma hasta que llegase el torneo por el que estaban ansiando.
Ya me parecía levantarme pronto para asistir al instituto, era la única cosa que no echaba para nada de menos, no puedo dormir mucho pero me encanta quedarme en la cama despierta hasta tarde. Mi tío, Hiro, Kuroo y yo, llegamos al Nekoma donde las miradas recayeron sobre mi, me miraban confundidos y enfadados, aunque a mi no me importaba mucho.
El director nos tenía que dar la razón sí o sí, las pruebas se notaban que eran verdaderas y si llamábamos a la policía, estaba jodido, lo teníamos agarrado por los huevos, no podía escapar. Me crucé con Akihiko en el pasillo que llegaba al despacho del gordo ese, le guiñé un ojo con una sonrisa burlona y él me miró estupefacto.
Me sentía poderosa.
Picamos a su puerta y los cuatro pasamos, se sorprendió al verme aquí e inmediatamente me mató con la mirada, cuanto odio me tenía ese viejo...
-¿Quería pruebas? -Kuroo miró a Hiro y le hizo una seña para que encendiera el móvil.- Tendrá pruebas.
Él iba a reprochar pero mi tío le hizo callar poniendo un dedo en su propia boca, Hiro puso los audios y yo, disimuladamente, me acerqué a la mesa donde se encendían los megáfonos que sonaban por todo el recinto.
Ya que hacemos algo, lo hacemos bien, ¿No?
Con la palma de mi mano haciendo ver que me apoyaba en la mesa, encendí los megáfonos del instituto, ese botón también encendía el micrófono por el que el director hablaba.
-¿Qué es lo que le has hecho a ______? Ya no la veo por aquí. -Era la voz de Hiro, en eso oí la risa sarcástica de Hitoshi.- ¿Has hecho algo, no?
-Y tanto amigo, esa zorra me caía fatal, los días estaban contados para que se fuera de aquí. -Mi sangre hervía, quería enterrar vivo a Hitoshi.-
-Pero, ¿Qué has hecho?
-Simplemente le he dicho a Misaki que me ayude a entrar a su aula mientras Masami se colaba en el despacho de la vieja de física para robar el examen, lo metimos en su mochila y ya. Expulsada. ¡Ah, me siento tan bien!
