baby

134 10 13
                                    

--¡Hey Mayuzumi!

El peliplata se detuvo en seco y volteó a ver a su amigo que se acercaba sonriendo.

--Hideo. ¿Qué haces por aquí? --preguntó.

--Iba camino a tu dormitorio --respondió Hideo balanceándose sobre sus talones --. Ya sabes, te pedí prestado ese libro del que me hablaste, te dije que lo buscaría hoy.

--Oh, cierto. Lo olvidé --hizo una pequeña mueca a modo de disculpas que su amigo rápidamente aceptó de buena gana.

--Descuida --dijo y acto seguido analizó la vestimenta del peliplata --. ¿Vas a salir?

Mayuzumi rodó los ojos ante el ligero tono burlón. Era cierto que no salía mucho y Hideo era quien normalmente se encargaba de arrastrarlo al exterior para que tomase algo de sol porque "estaba demasiado pálido". Aunque no es como si pudiese hacer algo al respecto, la piel pálida es parte de su genética. Suspiró.

--Sí, hay un juego de baloncesto y...

--¡Suena divertido! ¿Puedo ir contigo?

--Uh ¿seguro? ¿No tienes nada que hacer? 

Hideo sonrió en grande pasando confiadamente uno de sus brazos por los hombros de Mayuzumi. 

--Nah, pensaba en leer ese libro pero un partido de baloncesto es más interesante.

El peliplata empujó al chico para quitárselo de encima y comenzó a caminar.

--Si tú lo dices.

--¡Vamos, vamos!

.

.

.

El partido avanzaba fluidamente. Ya estaban en el segundo cuarto y ambos equipos iban empatados, lo que lo volvía interesante además de las increíbles jugadas realizadas por cada una de las reconocidas escuelas. 

Hideo era el encargado de vitorear y reaccionar a cada cosa que ocurría mientras que Mayuzumi se mantenía sentado sin mucho entusiasmo, como siempre. 

--¡Wow! Estos chicos no están bromeando. ¿Realmente son estudiantes de preparatoria?

--Difícil de creer, lo se.

--Entonces, hacemos porras para Rakuzan ¿no es así? --sonrió codeando al peliplata quien chasqueó la lengua.

--¿Por qué lo haríamos?

--Es el instituto al que asististe ¿o no? Incluso jugaste en el equipo, si no recuerdo mal.

--Hmm.

Cuando entró a la universidad, Hideo fue el primer y único amigo que logró hacer Mayuzumi. No estudiaban la misma carrera pero compartían algunas clases en las que, debido a trabajos en parejas y tal, se vieron obligados a conversar y, sorprendentemente, se llevaron bien a pesar de no tener casi nada en común. Eran bastante diferentes, de hecho. Y aunque no pensaba admitirlo nunca, Mayuzumi agradecía tener una constante presencia distrayéndolo y haciendo todo un poco mas llevadero. 

Sin embargo, aunque congeniaran muy bien y llevasen casi dos años siendo amigos, había cosas que Hideo no conocía del peliplata. Sí lo superficial de su persona, pero al ser Mayuzumi un chico reservado era raro que el chico se enterase de alguna cosa importante sobre él.

--Por cierto, el número cuatro es extraordinario. Es el Capitán del equipo, ¿no?

--Así es.

--Vaya. ¿Y quien es?

Ninguno de los dos estuvo preparado para la respuesta que salió de los labios del peliplata.

--Mi bebé.

Hubo una pausa de dos segundos.

--Alto. ¿Que-

En ese mismo instante, allá abajo en la cancha, el Capitán de Rakuzan, Akashi Seijuurou, realizaba un ankle break sobre dos jugadores que intentaron marcarlo para luego dribblar pasando a todos los demás y anotar. Aquello dejó con la boca abierta a más de uno, incluyendo a Hideo que no terminaba de procesar nada de lo que sucedía.

--...me refería a su nombre, sabes --murmuró a Mayuzumi sin despegar los ojos de la cancha.

--Ah.

Silencio.

--¿Desde cuando están juntos?

--¿Quién dice que lo estamos?

Giró su cabeza para enfrentar a su amigo y solo entonces pudo apreciar el ligero sonrojo que asomaba a sus mejillas. 

--Acabas de llamarlo "tu bebé", idiota.

--¿Y?

--Solo respóndeme, no es tan difícil --puso los ojos en blanco.

Otro silencio.

--...desde que me gradué de preparatoria.

--Wow, y nunca me lo dijiste.

--Nunca preguntaste.

--¡Sí lo hice!

--¿Ah si?

--Uhg, ¿sabes qué? No me importa.

Mayuzumi sabía que Hideo entendía su forma de ser y comunicarse, por lo que no le preocupaba que se enfadase o perdiese la paciencia con él. Era algo más por lo que estar agradecido.

--Muy bien.

Continuaron observando el partido hasta que acabó el segundo cuarto y los jugadores se retiraron para descansar antes de volver para la segunda mitad.

--Pregunta --dijo Hideo de repente mirando al peliplata con el ceño fruncido --. ¿Qué parte de él es como un bebé? Porque  a simple vista yo diría que es aterrador.

drabbles; mayuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora