this thing

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Chihiro realmente no entendía la razón por la que debía de asistir a estos eventos aburridísimos y tortuosos. Noches como esta se desperdiciaban tristemente cuando podría aprovecharlas de otra manera; abandonó el clímax de su novela para ser arrastrado al lujoso hotel donde se llevaría a cabo la velada por nadie mas que su novio.

La razón de sus tormentos. En más de un sentido.

--Akashi --se quejó Chihiro por decima vez desde que subieron al coche --, no tenemos que ir. Inventemos una excusa y ya, apuesto a que tu padre puede perfectamente fingir que aun te aprecia sin tu presencia.

El pelirrojo volteó a verlo con una ceja arqueada y Chihiro se removió en el asiento. Sabía que a Akashi no le hacia mucha gracia que hablase así de su progenitor pero no podía evitarlo. El tipo era un idiota. Punto.

--¿Cuánto tiempo estaremos allí? --preguntó esta vez.

--Dos horas, quizás. Si te comportas, claro.

--Ya tengo una madre que me regaña, sabes.

--Por supuesto --sonrió --. Nunca esta de más recordártelo, sin embargo.

Chihiro puso los ojos en blanco y con un suspiro observó la vestimenta que se vio obligado a utilizar para la ocasión. No era un chico de trajes, incluso en el trabajo le permitían utilizar hoodies y camisetas, así que por momentos sentía como si se estuviese asfixiando o no pudiese moverse con facilidad. 

--No puedo creer que estoy saliendo con esta cosa ridícula --murmuró entre dientes aguantándose los deseos de arrancarse la corbata de un tirón.

--¡Hey!

Akashi le dio un empujón y Chihiro se giró topándose con su ceño fruncido, brazos cruzados y ¿labio inferior abultado? ¿Estaba molesto? 

Oh. 

Oh, ya. 

--No me refiero a ti, Sei --habló con una inusual dulzura en la voz --. Quise decir "No puedo creer que estoy fuera de casa con esta cosa ridícula" --señaló su traje.

El pelirrojo lo ignoró clavando sus ojos en la ventana junto a él. Chihiro gruñó y sacudió su cabello en señal de frustración. Era un verdadero fastidio cuando su novio decidía castigarlo con su silencio y fingiendo que no existía. Todo el mundo hacia eso cada maldito día de su vida, lo último que quería era que Akashi lo hiciese también.

--Sei.

Nada.

Bueno, mierda.

Inclinándose en el asiento, besó rápidamente la mejilla del pelirrojo y se devolvió a su posición dirigiendo su entera atención a la ventanilla. Unos segundos después tenía la mano de su novio entrelazada con la suya.

drabbles; mayuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora