drabbles; mayuaka

flaps

Chihiro observó la videollamada entrante en su laptop con extrañeza mientras masticaba un bocado de ramen. No se esperaba la llamada hasta más tarde en la noche. Hizo click en el botón de aceptar.

--Hey.

--Hola, Chihiro.

Akashi Seijūrõ le sonrió desde el otro lado de la pantalla y Chihiro suspiró acomodandose mejor en la silla para continuar con su cena. Se tomó un momento para observar la escena alrededor del pelirrojo y frunció el ceño.

--¿Sigues en la oficina? --le preguntó.

--Sí. Tengo una cena corporativa en cuarenta minutos y, puesto que no estoy seguro de a qué hora volveré al hotel, me pareció apropiado llamarte ahora.

Chihiro asintió. --Yo también estoy en medio de una cena corporativa.

Volteando su laptop a la derecha, le enseñó a Akashi el gato sentado junto a él en la mesa, el cual observaba la pantalla con curiosidad y atención. Akashi soltó una risita.

--Ya veo. ¿Discuten temas importantes?

--Intento negociar el horario de despertar en las mañanas para retrasarlo una hora y poder descansar mejor --una pausa para mirar al felino --. No parece que lleguemos a un acuerdo.

El pelirrojo sonrió divertido. Le dijo que los echaba de menos y que, la próxima vez, le encantaría participar de una cena corporativa con ellos. Chihiro se encogió de hombros mientras se terminaba su tazón de ramen, pensando en cuántos días faltaban para que Akashi regresara de su viaje de negocios.

--¿Qué tal tu día, Chihiro?

Ahí estaba. La pregunta que hacía que Chihiro reviviera todos los traumas ocasionados por aquel día tan nefasto. De por sí no inició de la mejor manera, con su café enfriandose y el tren atrasandose diez minutos, había llegado a la oficina con la mitad de su energía agotada. Y aún le esperaba más estrés.

La mueca de cansancio en su rostro fue toda la respuesta que Akashi necesitó.

--Hablame de ello.

Y lo hizo. Akashi era bueno escuchando, no interrumpía y las reacciones que obtenía de su parte eran movimientos variados de sus cejas y ojos.

--Entonces tuvimos una reunión para presentar la maquetación del proyecto y el autor quiere que la cubierta tenga unas malditas solapas --murmuró con indignación, apretando los dientes al recordar lo acontecido --. Diez centímetros. ¿Tienes una idea...? Uhg. En fin. Eso acabó por arruinarme el día por completo.

Akashi asintió.

--Odias las solapas.

--Odio las solapas. ¿Con qué necesidad?

--Pero lucen bonitas --dijo tomando un libro del escritorio y abriendolo para enseñarle las solapas de la cubierta.

--Lo sé --gruñó Chihiro.

--¿Le comentaron la posibilidad de una sobrecubierta?

--Pues claro, pero la rechazó. El diseñador me miró mal cuando le envié la maquetación. ¿Qué quiere de mí? --bufó --. El editor en jefe lo aprobó. No hay más que hacer.

--Ah, recuerdame no pedir una cubierta con solapas si llego a querer publicar un libro.

Chihiro sacudió la cabeza. Sabía que intentaba bromear con él.

--Rompería contigo de inmediato.

No era la primera vez que Chihiro se quejaba de las solapas, sin embargo Akashi lo escuchaba atentamente cada vez y era algo que apreciaba. Era reconfortante saber que podía hablar sobre algo una y otra vez y que existía alguien que no se cansaría de oírlo.

--Oh, entonces somos novios.

Chihiro apretó los labios.

--¿Quién lo dice?

--Tú. Dijiste que romperás conmigo, lo que significa que estamos juntos ahora.

El gato comenzó a pasearse delante de la cámara. Akashi le hablaba en murmullos y éste restregaba su cabeza contra la pantalla.

--Estás desviando el tema --acabó respondiendo Chihiro.

--Esa es mi intención, distraerte --le sonrió otra vez --. Lamento que hayas tenido un día difícil y que no pueda estar allí para consolarte, sin embargo lo poco que pueda hacer por ti en este momento, daré lo mejor.

El corazón de Chihiro dio un vuelco y mordió el interior de su mejilla para retener una sonrisa. De repente todo el cansancio del día se evaporó y sus pensamientos se concentraron en ese instante, en esa boca y en esos ojos.

Era ridículo pero sabía que si tenía a Akashi Seijūrõ para él al final de la jornada, todo habría valido la pena.