•3 días para el final de las vacaciones•
NATE
—A ver, mueve el cuello.
Me fue imposible no rodar los ojos ante el estúpido comentario burlón proveniente de Steve, quien se encontraba del otro lado de la pantalla. El chico dejó escapar una sonora carcajada al aire al ver mi expresión y después me sonrió, fingiendo inocencia.
—Muy gracioso, eh —ironicé, frunciendo las cejas— ¿Acaso quieres que me quede sin cabeza?
—No seas tonto, no se te puede salir... —respondió. Luego, sus ojos se abrieron de par en par con terror— ¿O sí?
Reí.
Llevábamos un par de horas en videollamada y agradecía eternamente aquello, porque de no ser así, ya habría muerto del aburrimiento. Todos en casa parecían estar bastante ocupados como para notar mi existencia —incluyendo a mis pequeños hermanos—, Lane no se había asomado a mi habitación durante toda la mañana y ni siquiera Thomas se me había acercado para darme una de sus filosóficas charlas.
El tema de mi brazo derecho era lo que más me frustraba, no podía hacer ningún jodido movimiento además de los ejercicios que me habían recomendado para trabajar la movilidad o todo se iría al carajo. No podía escribir, no podía tomar mi guitarra y mucho menos tocar.
La vida me estaba arrebatando una de las cosas que más amaba hacer, y no estaba dispuesto a perderlo todo, no ahora. El doctor dijo que la movilidad en mi mano podría mejorar si seguía sus instrucciones al pie de la letra y prometió que muy pronto volvería a tocar la guitarra, tal y como solía hacerlo antes.
—Por cierto, ¿cómo va todo con Lane?
La pregunta de Steve me hizo volver a la realidad y parpadeé un par de veces, dirigiendo mi mirada a él.
—Bien, muy bien... —asentí, notando como una boba sonrisa se hacía presente en mis labios— Oficialmente somos novios.
Somos novios.
Lane Foster es mi novia.
Demonios, eso suena jodidamente bien.
—¡¿Ya?! —exclamó mi amigo, abriendo los ojos de par en par— ¿Y cuándo pensabas decírmelo? ¿Eh? Claro, si no te pregunto no me dices nada, creí que éramos mejores amigos. Me dueles, Nate, me dueles... Pido nuestro divorcio, desde ahora no eres papa casada.
—Un dramático, eso eres.
—¿Así estamos? Bien —soltó él, poniéndose una mano en el pecho de manera exagerada— Cuando tenga novia tampoco te diré y mantendré todo en secreto.
—Como quieras —reí.
—No, Nate, no «como quieras», ¿ves? Ya la estás cagando de nuevo. Esta es la parte donde me pides perdón y dices que me amas, ¿no te aprendiste tu guion? —continuó, negando con desaprobación—. Ahora, dejando mi drama de lado, te voy a extrañar, estúpido —un suspiro escapó de sus labios— No puedo creer que te vayas a una universidad a casi tres horas de aquí, ¡ya no podré verte todos los días!
—Intentaré venir seguido y visitarte, lo prometo —respondí, regalándole una pequeña sonrisa.
—Más te vale, pobre de ti que no, porque nos divorciamos.
—¡Hace unos minutos dijiste que ya no soy papa casada!
—Bueno, la gente cambia de opinión, hermano —se defendió.
Sí, definitivamente extrañaría las estupideces de mi mejor amigo.
Steve había sido un gran apoyo para mí durante estas últimas semanas... en realidad, durante todos estos años, desde el día en que lo conocí. Él era más que mi mejor amigo; era mi confidente, mi hermano, el chico que me apoyaba siempre e intentaba corregirme cuando hacía alguna estupidez. Es el que estuvo para mí en mis peores días, el que me ayudó y animó cuando nadie más lo hizo... Steve era excepcional y no podía estar más agradecido de tenerlo en mi vida, de que tuviese el honor de poder llamarlo mi mejor amigo. Estaba seguro de que nunca nadie jamás podría reemplazarlo, él era mi compañero de vida, y estaba dispuesto a ser el suyo también.
![](https://img.wattpad.com/cover/208986503-288-k619219.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Un Dulce Invierno
Roman d'amourLo que para Lane serían las mejores vacaciones de su vida, terminan convirtiéndose en un completo vaivén lleno de emociones ante la propuesta de su madre. Lane Foster y Nathan Hederson se conocen desde pequeños, podría decirse desde que nacieron. Un...