•Capítulo 14: Estoy solo en esto•

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•NATE•

—¿Podrías quitar esa sonrisa de idiota de tus labios y escucharme por lo menos una vez en el día?

Al oír la voz de Steve me fue imposible no blanquear los ojos. Él estaba de pie frente a mí, con los brazos cruzados y una ceja enarcada. También había cambiado el color de su cabello, lo que hace unos días era morado, ahora estaba gris. Solté un profundo suspiro y sonreí nuevamente, abrazando con fuerza a una de las almohadas de mi cama.

La besé.

Besé a Lane Foster.

Déjame en paz. Además, sí te estoy escuchando —Gruñí— ¿No es hermoso estar feliz?

—¿Qué bicho te picó? —Preguntó mi amigo— Pareces... Enamorado.

—Quizá lo estoy —Canturreé, poniéndome de pie y tomando mi guitarra—. ¿Sabes? Creo que acabo de encontrar a la musa que me inspirará para escribir canciones.

Yo, Nathan Hederson, me declaro oficialmente el chico más bobamente enamorado de este mundo.

¿Qué ocurre contigo, Hederson?

Comencé a jugar con las cuerdas de mi guitarra, intentando crear algo nuevo y anotando un par de notas en mi cuaderno. Steve sólo mantenía su expresión de hace unos segundos, me observaba con una ceja enarcada y confundido en su totalidad.

—¿Quién es ella? —Cuestionó curioso, sentándose junto a mí.

—Alguien.

—Alguien —Repitió—. ¡Genial! ¿Sabes? Estaba pensando, quizá podríamos tener una cita doble, ¿qué dices? Tú con tu chica y yo con Lane.

Al instante dejé de jugar con las cuerdas de la guitarra y observé a mi amigo, frunciendo las cejas, ¿acaso bromeaba? Su rostro no me mostró ninguna expresión y tampoco rio, él definitivamente hablaba en serio. Dejé la guitarra sobre la cama y me puse de pie, rascando mi nuca con nerviosismo y comenzando a dar vueltas alrededor de toda la habitación.

A ver, ¿cómo mierda se lo explico?

—Wow, parece que viste un fantasma —Bromeó él— ¿Te parece mañana? Prometo comportarme como el buen chico que soy y no avergonzarte.

—Steve, escucha...

—No seas tímido, soy tu mejor amigo —Alzó las cejas con picardía y luego cambió su expresión, formando una gran "o" con su boca—. Oh, mierda, déjame adivinar.

¡Sí!

—Sí... —Suspiré aliviado, acercándome a él— Yo... Creí que no lo entenderías y—

—¡¿Estás con Camille?! —Me interrumpió en un grito— Bro, ¿me estás jodiendo? O quizá sea Jade, de ti no se puede esperar nada.

Carajo.

—Steve... —Intenté hablar.

—Tarde o temprano sucedería, dime, ¿quién de las dos es? —Me miró con desaprobación—. O quizá sea la pelirroja de la fiesta, ¿es ella? Dios mío, Hederson, dijiste que no comenzarías algo serio con ninguna de ellas para evitar problemas y confusiones.

—¡Por la mierda, Steve! ¡Déjame hablar! —Le Interrumpí, cruzándome de brazos— ¿Quieres escucharme?

—¡Está bien, pero no me grites!

Piensa bien antes de hablar, Nathan, piensa bien antes de hablar.

—Bien... —Comencé.

Un Dulce InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora