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Estoy nervioso.

¿Nervioso? Me estoy cagando en los pantalones.

Seguro se preguntarán porqué y bueno les voy a contar. Es el jodido cumpleaños de Taehyung. Y no, no me enteré de último momento. Lo supe en nuestra primer cita, así que puedo decir que tuve el tiempo suficiente para pensar en su regalo.

Debo admitir que no fue tarea fácil. Todo lo que había pensado nunca llegaba a concluir, porque soy un jodido indeciso que no sabe ni siquiera si  que quiere tomar si jugo natural o el de envase. Así de indeciso soy. Más que temer por mis ideas cursis y románticas, temía porque a mi novio no le gustaran. Taehyung, para mi suerte, tenía gustos específicos y por lo tanto, según me contó él mismo en otra de nuestras tantas citas, sus regalos eran los más fáciles de hacer.

Bueno, querido amor mío, no es tan fácil como lo hiciste parecer. Porque al ser una limitada capacidad de imaginación para el regalo, se reducen las chances de conseguirlo. ¿Se entiende? Si a alguien solo le gustan las joyas, en algún momento la joya va a repetirse. Aparte de que puede agotarse de manera más rápido al no ser tan diverso. No sé si me explico bien, pero espero hacerlo por el bien de los lectores.

Retomando con mi nerviosismo del 30 de diciembre, tengo a mi mejor amigo al lado mío tratando de no reírse mientras graba un video para su propia diversión más tarde. En estos momentos es en los que me arrepiento de llamar a mi amigo, porque lo único que hacer es que quiera tirarme frente al primer camión que cruce la estúpida, maldita y jodida calle.

—Ese niño va a salir corriendo si sigues mirándolo así.—escucho su voz cerca.

Me despabilo y me doy cuenta que, sin malas intenciones, estuve observando como un niño estaba usando uno de los juegos del parque de mala manera.

—A todo esto, ¿qué estamos haciendo en la fuente? —pregunta mientras saca una bolsa de papas fritas.

Lo miro algo extrañado, no sabiendo cuando fue a comprarla o si directamente vino con esa bolsa escondida desde su casa. Porque Yoongi vive con hermanos menores y aunque yo no tenga, puedo entender el dolor que tiene cada vez que su madre le pide que comparta algunas cosas con ellos. Me parece que su madre no está en todo lo cierto, pero no soy nadie para meterme en eso y no pienso hacerlo si con eso perjudico a mi amigo.

—Estoy esperando mi pedido de UberEats, tarado.—le golpeo la nuca.—Acá va a ser donde sorprenda a Taehyung. Te lo dije mil veces.

Se queja en voz baja mientras lanza otra de las papas a su boca. De repente, mi estómago ruge llamando su atención y, conteniendo una sonrisa, alcanza la bolsa cerca de mí y algo a regañadientes meto una papa a mi boca.

Siento mi celular vibrar y lo saco de inmediato, logrando que en el transcurso se me resbale de las manos. Logro agarrarlo antes de que toque el suelo y el alma vuelve a mi cuerpo.

Reviso que sea de Hoseok el mensaje y cuando confirmo que es un mensaje de él y dice lo que le conté a Yoongi momentos antes, me levanto y empiezo mi camino hasta donde está la fuente de agua con mi mejor amigo pisando mis talones. Mientras voy acercándome las manos comienzan a sudarme el triple. Pero no voy a impedir que mi nerviosismo arruine lo que estuve planeando los últimos meses con extrema dedicación y atención.

Una vez estoy frente a frente con la fuente comienzo a prepararme mentalmente y repaso todo con detalle. Cuando escucho el sonido de un auto acercándose, mis nervios se disipan y lo único que muestro es una sonrisa cuando Hoseok y Taehyung entran en mi campo de visión. Cuando se bajan del auto, Taehyung está entre sorprendido y emocionado de verme parado allí y Hoseok se para a un lado de su pareja.

Aclaro mi garganta. Por el rabillo del ojo veo el movimiento de alguien para donde está el parque, pero lo ignoro y me concentro en la persona frente a mí.

—Hola, bebé.—veo directo a sus ojo y la seguridad  que estaba guardada en algún rincón, sale a flote con tan solo ya verlo con emoción.—Seguro te estarás preguntando que hago parado aquí o directamente que hacemos los dos en este lugar.

—Los cuatro querrás decir.—interrumpe Yoongi, recibiendo así un fuerte golpe de Hoseok.

—Voy a ignorar eso.—le digo sin mirarlo.—Como decía, seguro te preguntarás que estamos haciendo aquí.—dejo escapar un suspiro.—Hoy es tu cumpleaños. Es tu día especial, cariño, y no podía pensar en otra cosa que no sea en este día desde que me contaste. Sabía, desde el primer momento, que quería sorprenderte y hacerte el mejor de los regalos. Sé que seguramente no sea nada comparado con algún regalo de tu familia, pero también sé con certeza que va a encantarte.

Sostengo sus manos en las mías, viendo de reojo que Yoongi esté cerca y no se haya ido. Aliviado de verlo, continuo.

—Todos los días junto a ti son los mejores. Me encanta la manera tan fácil que tienes de reír y de hacerme reír, de las sonrisas que me dedicas en los días tristes, de las salidas que se nos ocurren en el momento debido a él aburrimiento. Me encanta la forma en que tus mejilla se ponen coloradas cuando digo lo mucho que te quiero. Lo mucho que te amo, Taehyung. Porque te amo, más de lo que imaginé amar alguna vez a alguien.—sus ojos se llenan de lágrimas sin derramar mientras mantiene una leve sonrisa.—En el momento en que mis ojos se posaron en ti, supe que ibas a ser mi perdición. Sabía que junto a ti me esperaban grandiosas, increíble cosas. Y no me equivoqué. Todo lo que hacer por mí, es más de lo que hubiera podido pedir en la persona que amo.

Miro a mi amigo, dándole la señal para que me traiga la caja de regalo. Los ojos de mi novio se abren en grande cuando ven la pequeña, pero gran caja de regalo.

—Feliz cumpleaños, amor mío.

Sostiene la caja con manos temblorosas y se sienta en el banco más cercano a la fuente. Cuando abre la caja, su mirada se levanta y tiene la boca abierta. Saca la cámara con extremo cuidado, viéndola con adoración. La gira, como si no fuera real y en algún momento desapareciera de sus manos. Muerde su labio, tratando de no soltar fuertes sollozos, pero eso no lo ayuda y deja escapar unos cuantos. Las lágrimas ya bajan con total libertad por sus mejillas.

—Hay más.—es lo que digo cuando esta por dejar la caja de lado.

Frunce el ceño, dejando la cámara a su lado con total cuidado. Cuando inspecciona más la caja, un jadeo resuena y muere en el aire. Agarra el sobre y lo abre, sacando dos boletos de avión.

—Sé que vas a decirme que no tuve que haberlo hecho. Que no tuve porque tomarme la molestia de pensar en algo así, pero si tuve. Porque desde comenzamos a salir sueño con cumplir todos los sueño que tengas por delante, con vivir contigo todas aquellas cosas con las que sueñas. Sé que te encanta la fotografía. Lo supe cuando de vez en cuando te encontraba agarrando mi cámara y sacando fotos de manera disimulada.—río, intentado que las lágrimas no me impidan hablar.—Y sé que soñabas con viajar a Francia. Lo dijiste en alguna de nuestras charlas de medianoche, lo recuerdo muy bien. No es todo lo que quiero darte, pero si es una considerable parte.

Me acerco unos pasos, pero sin irrumpir en su espacio.

—Te amo, Taehyung. Haría cualquier cosa por ti. En esta y en las siguientes vidas.

Deja a un lado el sobre y se lanza encima de mí, enrollando sus piernas en mi cintura y sujetando mi cuello en un fuerte abrazo. Le devuelvo el abrazo, apretando fuerte. Acaricio su espalda, sintiendo como llora en mi hombro.

Se separa de mí y logró ver su rostro. Su carita algo hinchada por el reciente llanto y los labios en un tierno puchero.

—Te amo tanto, Jungkook.

—Yo te amo muchísimo más, mi amor.

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Nerd [kookv-🌺]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora