Nerd [kookv-🌺]

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—Que casualidad, ruborcito.

Ruedo los ojos ante la mención de ese odioso apodo y continuo con mi búsqueda en los estantes de la biblioteca.

Como era de esperarse, no puedo ignorar por completo la presencia de Jungkook detrás mía, pero trato lo que puedo para hacerlo parecer como que no me fastidia, cuando en realidad me encanta en demasía.

Siento sus brazos enredarse en mi cintura y un jadeo de sorpresa se escucha. Giro mi cabeza en dirección a donde provino el ruido y me encuentro con Gina, una chica de tercer año que está colada hasta los huesos por Jungkook. Parece haber algo de rencor y envidia en su mirada, pero decido ignorarla como mejor me sale y seguir con lo que vine a hacer.

La respiración del pelinegro choca directo con mi nuca y me causa escalofríos. Los vellos se me erizan, por lo que trato de separarme, pero lo único que consigo es que apriete más su agarre a mi alrededor.

—Ya, Jungkook. Al menos si vas a estar pegado como garrapata ayúdame a buscar.—me quejo.

Su pecho vibra contra mi espalda en una risa y se separa solo un poco, manteniendo sus brazos en mi cintura.

Para esta altura sigo sin acostumbrarme a la presencia de Jungkook y a su no tan defensiva actitud. Por más que quiera ocultar que me encanta tenerlo así conmigo, no puedo evitar que mis acciones digan todo lo contrario a lo que siento. Aunque, pensándolo bien, él ya debe saber que me trae muy mal desde ya un año.

—Yo tengo el libro en mi casa.

Me giro en sus brazos, enfrentandolo cara a cara y lo único que veo es su expresión divertida.

—¿Masticas vidrio o simplemente eres así de idiota? Te dije que el libro lo necesitaba para apuntes de Literatura Clásica, Jeon. Tengo examen la semana entrante.

—Nunca preguntaste.

Lo miro como si le hubiera salido otra cabeza. Realmente pienso como es que empecé a interesarme en él. Pero, cuando me trata con tanta dulzura, aunque a veces se dedica a hacerme la vida imposible, es que entiendo que es lo que tanto me encanta de él.

—Me viste buscando el libro como un tonto.—me separo y cruzo los brazos sobre mi pecho. Jungkook se apoya de costado contra la estantería.—¿Te divierte?

Una sonrisa de lado aparece en sus labios.

—Me encanta, Kim.

Mis mejillas se encienden ante sus palabras y salgo de la biblioteca con paso apresurado. Pero se que todavía me sigue al escuchar las pisadas detrás de mí.

Idiota, murmuro y trato de esconder una sonrisa mientras sigo mi camino hasta el estacionamiento, donde la moto de Jungkook nos espera para ir a su casa.

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