Epilogo

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Era temprano en la mañana cuando los vestigios de los rayos del sol se asomaban indiscretos por la ventana, tratando de disipar sin mucho exito el frío que se hacía más presente en invierno, la pluma de fénix finamente elaborada se movía con gracia y maestría al compás de la mano que, ajeno a él, escribía con duda. Después de un indeterminado tiempo donde dejo la pluma quieta sin saber cómo continuar decidió que su explicación no era lo suficientemente concisa, no lograba encontrar los argumentos exactos para plasmar lo que había sucedido y lo que sucederá sin entrar en detalles innecesarios.

-Sería mejor ir a verle personalmente.

El leve susurro viajó hasta los atentos oídos de su lechuza posada en la ventana, esta dio un graznido enfadada, quizás por haber sido despertada en la madrugada y haber tenido que esperar varias horas observando como su amo se sumergía en el papel sin continuar después de algunos intentos de escritura.

-De acuerdo, de acuerdo. -Pasando su mano por su rubio cabello para lanzarlo hacia atrás en un gesto exasperado, Draco firmó rápidamente la carta a medio terminar, decidiendo que después haría un viaje rápido para verle personalmente, por ahora William tendría suficiente con esa información para saber que recibiría su pronta visita.

Tenía tanto que contarle a su médico personal pero tan poco tiempo para hacerlo. Todo hubiera estado bien si este no hubiera decidido irse a su viaje de exploración sin siquiera consultarles donde se hospedaría, o si incluso habitaría con los muggles o magos y brujas, después de todo era un mago liberal al que no le gustaba contar sobre sus aventuras sino hasta que ya fueron cumplidas, palabras de Theodore.

Alguien toco la puerta de su oficina, sacando a Draco de sus pensamientos. La que estaba parada en el marco de la puerta no era otra que su madre, que con una expresión complicada miraba descontenta el atuendo que vestía su hijo.

-Draco, ¿piensas ir así con los Weasley?

Al divisar a su terca lechuza alejándose en el cielo recordó que, en efecto, casi era la hora para ir a desayunar con los Weasley, estos lo habían invitado a su día en familia puesto que entrada la tarde partirían directo al partido de quidditch, como era ya costumbre en esa temporada del año. Si se atrevía a faltar seguro Harry le recriminaría con esa mirada que lo único que lograba era cautivarlo más.

-Iré a darme un baño madre, después pasaré con la señora Erna por el encargo.

Narcissa permaneció en la entrada, cambiando su peso de un pie al otro, Draco siempre se preguntaba si su madre no se llegaba a cansar por usar tacones tan altos -Tu padre insiste en que vayamos con el congreso de magos como siempre se ha hecho, el piensa que no deben...-indecisa, se interrumpió a si misma mirando a Draco preocupada

-Madre ya hablamos sobre eso -negando divertido Draco se dirigió hasta Narcissa y le dio un ligero abrazo -Recuerda que él es un Gryffindor, no estará contento a menos que vaya yo primero.

Habiendo dicho eso, Draco se alejó de su madre y camino hasta su cuarto para darse un baño, Narcissa mientras tanto lo miro marcharse, sintiéndose orgullosa de su hijo.

Habiendo dicho eso, Draco se alejó de su madre y camino hasta su cuarto para darse un baño, Narcissa mientras tanto lo miro marcharse, sintiéndose orgullosa de su hijo

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Dulce Agonía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora