6.

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El olor nauseabundo de los químicos muggles que se empeñaban a utilizar para la limpieza en San Mungo llegaron a las fosas nasales de Draco apenas se lo mencionaron. Desde que recordaba, su padre había insistido en que le realizaran varios estudios en el cuerpo, no sabía el porque realmente, pero como sus padres no lucían preocupados entonces el tampoco lo hizo.

Su madre, sin embargo, si que se miraba por demás preocupada en esta ocasión. Se sintió feliz en cuanto la miro cruzar las puertas de la enfermería, sintiéndose reconfortante en sus brazos maternales, pero inmediatamente fue capaz de notar la tensión de su madre a través del abrazo. Su padre aparentaba estar tranquilo, como todo un Malfoy debe hacer, pero le lanzaba miradas preocupadas de tanto en tanto.

Draco mentiría si dijera que no estaba preocupado, después de todo no todos los días te levantas escupiendo pétalos, y ahora volvían al mismo lugar para más estudios laboriosos. Llevaba en la mano el libro que recién habían comprado, sabiendo de ante mano que los estudios serian tardados y que no tendría mucho que hacer más que esperar los resultados.

- Señor Malfoy. Venga por aquí, ya están los materiales para realizar los estudios - hablo cordial una enfermera, claramente sabiendo que debía atender bien a las persona que cada año donaban una considerable cantidad de galeones al hospital.

Lucius asintió y camino hacia el pasillo tan conocido para los tres Malfoy. - Draco, no te preocupes. Nada grave esta pasando. - hablo bajo, dirigiéndose solo a las dos personas a un lado de él, Draco entendía que lo decía mas que nada para tranquilizarse a si mismo.

Draco observo temeroso el cuarto de extracción, ese lugar era el único en el que tenia malos recuerdos. El cuarto no era mas grande que su habitación en Hogwards, en el centro se encontraba una cama grande con sujetaderas a los lados, tanto para los pies como para las manos.

Las enfermeras se encontraban esterilizado el lugar después de que entro solo, como era regularmente. Se desvistio apresurado para ponerse la bata tradicional, no le gustaba mucho exponerse así.

Draco se dirigió dudoso a la cama, y resignándose se recostó en esta para posteriormente estirar cuanto pudo los brazos y piernas, sabiendo mejor que nadie el procedimiento que llevaba. Los grilletes helados tocaron su piel, ciñéndose hasta donde podían, opto por volcar toda su atención en el techo blanco del cuarto, disfrutando los momentos de paz que aun le quedaban.

Los doctores y enfermeras se acercaron a los lados de la cama, sacando sus varitas se dispusieron a recitar el conjuro que sacaría de su sistema la magia que estaba arraigada a su centro mágico, el proceso era tan doloroso para él que lágrimas traicioneras resbalaban por sus blancas mejillas. Sentía como parte de su magia se desprendía lentamente de su cuerpo.

Transcurridos diez minutos que resultaron agónicos para Draco, muestras de magia pura al fin había sido sacada de su cuerpo, el cual estaba agotado por el proceso tan cauteloso de magia ajena siendo intrusa en la suya.

- Listo joven Malfoy, solo queda esperar los resultados. - hablo sonriente una enfermera, desatando los grilletes manualmente y saliendo de la habitación junto con todos los demás, dejando solo a Draco, este no tenia permitido salir hasta pasadas tres horas, por el simple hecho de que su magia se encontraba débil y ante la presencia de la magia de alguien mas, la suya se sentiría agredida y se disiparía de su cuerpo, convirtiendo se en un squip común.

- A esperar entonces. - susurro quedamente en su lugar, la espera no era tan larga pero no por eso era menos aburrida, tenia que aguardar cerca de cinco horas a los resultados inmediatos.

Después de unos minutos Draco decidió que lo mejor seria leer un poco, camino a paso torpe hasta el anaquel donde se había cambiado en busca de sus pertenencias, tomo el libro que había comprado recientemente y se dispuso a acostarse nuevamente para leer el articulo que le había llamado la atención.

Dulce Agonía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora