Tuve que llamar a mi madre para explicarle que me iba a quedar todo el fin de semana con Dany. Nunca me habían incluido en la cuarentena del club de los Jinetes, pero según parecía, las cosas habían cambiado un poco. No tuve la ocasión de quejarme, antes de que me hubiera dado cuenta, las puertas del club se habían cerrado y no podríamos salir de allí en un par de días. Por eso me ví obligada a conformarme y a pedir un momento a solas a Dany para poder explicarle a mamá porqué no estaría en casa estos días. Obviamente no iba a contarle la verdad, no podía explicarle que la delincuente família de mi amiga estaba en problemas y que nos habían encerrado a todos para que no nos atacaran, fuesen quienes fuesen los que nos querían herir.
Para mis padres, Deuce West tenía un taller de motocicletas y un historial impecable. No era ningún secreto que los jinetes fueran un grupo de maleantes, pero si mis padres se enterase no podría ir jamás con mi amiga. Eran demasiado sobre protectores.
Dany me dejó en una de las habitaciones llenas de camas que había en el club, donde procedía con mi llamada. No fué difícil razonar con mamá, después de lo de Cage, creía que en realidad pasaría la noche en su habitación. Tuve que convencerle de que, no solo no salía con Cage, sino que tampoco me gustaba ni una pizca.
-¿No me mientes? -preguntó por séptima vez- Si me mientes me enteraré de todas formas.
-Claro que no, mamá -aseguré recpstandome contra la pared-, no hay ningún modo de que me enamore de alguién así. Ese chico debe estar contagiado por lo menos de treinta enfermedades venéreas y no hay modo que pueda enamorarme de tal troglodita. Créeme, no hay ninguna posibilidad que salte a sus brazos, a su cama menos.
Mamá suspiró.
-Bueno -dijo finalmente-. Tu padre no parece muy de acuerdo, pero te damos nuestro voto de confianza. Quédate con los West, peró ten en cuenta mis advertencias. No te quiero cerca de ese chico, por muy hermano de Dany que sea.
Cerré los ojos cansada. Yo tampoco me quería cerca de ese chico, por muy hermano de Dany que fuese.
-Tranquila mamá -le aseguré-. Nos vemos el domingo.
Colgué antes de que se le ocurriera cambiar de opinión, y estuve tentada a apagar mi teléfono para evitar las constantes llamadas que sufriría durante todo el fin de semana. Pero a esas alturas, incluso mi madre sería una buena excusa para apartarme del motorista.
-¿Es que aún no has caído en la cama de Cage?
La insoportable voz de Roxy, la nueva chica de compañía del club, me sorprendía de la forma menos agradable posible. Me la encontré en la puerta de la habitación, vestida con lo mínimo y con una gruesa capa de maquillaje encima. Incluso llevaba una peca falsa justo encima del labio. Creía que aquella moda había sido superada en los ochenta, incluso antes.
- Claro que no -dije frunciendo el ceño-. ¿Es que él te ha dicho lo contrario?
Porque le iba a enseñar lo que és bueno.
- Que va, el nunca me ha hablado de tí -empezó a caminar hacía la cama donde me había sentado para llamar a mi madre-. Pero algunas veces a gritado tu nombre en vez del mío mientras follábamos.
Me alarmé. Quizás Roxy era de esas mujeres que finjían no importarles los sentimientos de sus amantes pero que en realidad anhelaban que les pusieran un anillo en el dedo. En ese caso estaba jodida, las uñas postizas de Roxy parecían vastante más letales que mis puños.
-¿Y eso a ti te preocupa? -pregunté cautelosa una vez se hubo sentado a mi lado.
La chica sacó un cigarrillo que tenia escondido vete tu a saber donde y se lo puso en la boca, par luego rebuscar entre su escote hasta encontrar un mechero.
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Cycling my world
Teen FictionLivy no es tipo de chica que Cage West miraría más de dos veces. La mejor amiga de su hermana no le ha despertado nunca ningún tipo de interés en el guapo motorista, o eso es lo que él intenta creer. Livy es inocente, tímida y tiene su propio mundo...