Aquella mañana me desperté algo confundida. La gran cama de matrimonio donde me encontraba no me resultaba nada familiar, ni las paredes blancas y negras, ni el moderno mobiliario. No fué hasta que noté el cuerpo que yacía acurrucado contra mí que no reparé en donde estaba. La famosa, codiciada y llena de ETSs cama de Cage.
La forma en que acunaba mi cuerpo me hizo recordar en la noche anterior, cuando, prácticamente suplicando, me havía pedido que me quedase. Fué algo... inesperado.Tenía entendido que Cage no dormía con mujeres. Bueno, sí, pero cuando lo hacía, no solo dormía. Hacía bastantes más cosas.
¿Cómo era posible que algo que havía anhelado tanto tiempo se me presentara justo cuando lo evitaba? A los quince años hubiera pagado por estar en una situación parecida. Con el brazo de Cage por encima de mi cintura y su cabeza cerca de la mía, tanto, que podía notar su respiración. Por no hablar de la forma en que su cuerpo se moldeaba al mío, cómo si fuera una capa protectora. Resultaba tan cálido, tan familiar, que sólo quería quedarme allí por... ¿toda la eternidad?
Sonreí y me sacudí un poco apretándome aún más contra él.
-Yo de tí no lo haría.
La voz de Cage recién levantado me sorprendió tanto que pegué un salto y me aparté de golpe, justo antes de tumbarme boca arriba y girar la cabeza para mirarlo. Estaba aún estirado de lado, mirando cada uno de mis movimientos. Tenía el pelo despeinado y aún no había abierto del tdo los ojos, pero por lo general su aspecto de recién levantado no era mucho peor que el mío. Cuando me había apartado, había arrastrado conmigo la manta, dejando la mitad de su cuerpo al descubierto.
La camiseta que llevaba se le había levantado un poquito y dormía en boxers. Hacía tiempo que no me fijaba en ella, pero durante la inspección del cuerpo de Cage, la ví. Era una marca grande y rosada,llena de blanquecinas cicatrices que la rodeaban por completo. Era el único desperfecto grave e el cuerpo de Cage causado por su conexión con el mundo de los jinetes.
Dany me contó que se la había hecho. Había sido cuando ambos eran pequeños, el motorista no tenía ni trece años y su hermana acababa de cumplir los nueve. Una banda de delincuentes enemiga de los Jinetes del Infierno entró en su casa buscando a Deuce. Cage escondió a Dany y el iba a hacer lo mismo cuando lo encontraron. Lo ataron a una silla y lo torturaron, masacrándole la pierna en el proceso. Fué el único lugar que tocaron, pero el futuro jinete tuvo que estar postrado en cama durante semanas, y al enterarse Deuce, mandó a acabar con aquella banda.
La cicatriz de Cage era claramente horrible. No quería imaginarme cómo era la herida cuando aún estaba abierta, para dejar algo así después de casi diez años. Por lo general se la tapaba a menudo, o con el tiempo nadie se fijaba en ella, pero no dejaba de ser... estrambótica.
Alargué la mano para tocarla. Era rugosa y no tenía el mismo tacto que la piel. No diría que me daba asco, porqué al fin y al cabo si quería ser médico necesitaba tener un buen estomago, pero si que impresionaba bastante.
-No muerde -dijo Cage tranquilamente al ver cómo solo pasaba las lemas de mis dedos por su desgastada piel-. No me importa si la tocas.
Cage no veí aquello cómo algo horrible o por lo que se tuviera que pensar demasiado. No acarreaba ningún rencor, ningún trauma, sólo representaba los gajes del oficio que era ser motorista. Gajes con los que no podía vivir.
-No se cómo lo haces.
-¿El que? -preguntó algo más despierto.
-Salir allí después de esto, de todo lo que has visto.
-Soy un orgulloso jinete del infierno, no puedo tener miedo de nimiedades cómo ésta.
-Yo no podría hacerlo de esta forma -reflexioné, dejando la cicatriz y tumbándome de lado para verlo bien-, sabiendo que pueden acabar con mi vida y con la de mis amigos, en cualquier momento. Y tampoco podría convivir con alguien así.
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Cycling my world
Novela JuvenilLivy no es tipo de chica que Cage West miraría más de dos veces. La mejor amiga de su hermana no le ha despertado nunca ningún tipo de interés en el guapo motorista, o eso es lo que él intenta creer. Livy es inocente, tímida y tiene su propio mundo...