Miré la despensa medio vacía de casa de Cage. Ni unos malditos cereales. No había té, no había fruta, no había pan y tampoco había bollería industrial. Las otras veces que me había ido a su casa o bien me había tenido que marchar antes de desayunar o bien Cage había salido a comprar algo a la panadería antes de que yo me despertara. Otras nos habíamos despertado tarde, o nos habíamos estado hasta tarde en la cama y Cage había sugerido que directamente pidiéramos algo para comer.
En aquel momento entendí el porqué.
Aquel día me había despertado antes que el motorista y quería devolverle lo de haberme despertado un par de días con el desayuno en la cama, y por eso había ido silenciosamente a la cocina para preparar algo.
Suspiré aún mirando las estanterías vacías. Supongo que me tocaría acercarme en un momento a la panadería que había un par de calles mas a bajo. Estaba a punto de girarme cuando sentí como unas manos rodeaban mi cintura y los labios de Cage depositando una beso en mi espalda.
-A la mierda mi sorpresa -dije girándome para enfrentarlo-. ¿Cómo es posible que no tengas ni una misera magdalena?
Él sonríe y me besa.
-No suelo comer mucho en casa y no tengo casi nada -explicó justo después-. Peró dado que insistes en prácticamente quedarte a vivir aquí, tendré que llenar la nevera -bromea.
Fingí una mueca y le golpeé en el pecho justo ante de que sonriera y me levantase para sentarme justo en la encimera.
-¡Oye...! -grité antes de que me callase con un beso que poco a poco se hizo más intenso.
Recorrió mi cuerpo con las manos hasta llegar a mi trasero que apretó con fuerza sacándome un gemido. Poco a poco noté como su miembro algo preparado por una erección matutina empezaba a hincharse, más aún cuando me levantó la camiseta vieja que me había dejado ayer por la noche y devoró mis pezones con avidez. Gemí más fuerte.
-¿De verdad vamos a tener sexo mañanero en la cocina? -pregunté con la voz ronca.
Cage dejó de prestarle atención a mis senos por un momento y me mira con las pupilas dilatadas. Dios realmente era guapísimo.
-Realmente tenía pensado llevarte a la habitación pero me gusta más tu idea -y estrelló su boca con la mía.
A duras penas logró bajarme las bragas sin bajar de la encimera, se bajó los pantalones con los calzoncillos a la vez y rápidamente entró en mí. Gemí, le tomé del pelo y bajé la cabeza para besar a mi motorista en el cuello. Era algo carnal, ni siquiera me había sacado la camiseta del todo, estaba enrollada por encima de mis pechos. Los pantalones de Cage estaban en sus rodillas y tenía el torso desnudo porqué simplemente estaba vestido así.
-¡Cage! -grité agarrándome más fuerte a él-. ¡No pares Cage!
Con una mano empezó a frotar mi clítoris mientras con la otra me aguantaba. Sudábamos, nos besábamos y tocábamos. Mordisqueé su cuello y él gimió y aumentó el ritmo.
-Joder Livy -suspiró-, así nena.
Noté como mi orgasmo empezaba a crecer rápidamente hasta que exploté alrededor de Cage. El gimió y apretó la mandíbula, y cuando ya no pudo más, salió de mí y obtuvo el suyo. No fui consciente de lo que había pasado hasta que no pensé en porqué mi estomago y muslos estaban recubiertos con su semilla.
-¿No has usado condón? -pregunté empezando a alterarme.
El me miró con cara de culpabilidad.
-He caído en ello cuando te estabas a punto de correr -dijo avergonzado-. Por suerte me he salido a tiempo.
Abrí los ojos ¿cómo en ocasiones podía ser tan estúpido?
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Cycling my world
Teen FictionLivy no es tipo de chica que Cage West miraría más de dos veces. La mejor amiga de su hermana no le ha despertado nunca ningún tipo de interés en el guapo motorista, o eso es lo que él intenta creer. Livy es inocente, tímida y tiene su propio mundo...