No había visto a Livy en tres días, y cuando al fin pudo posar sus ojos en ella, no se alegró precisamente por ello. No por verla, Livy alegraba la vista a cualquiera, sinó por su compañía.
Cage se encontraba apoyado en su moto, con las manos metidas en los bolsillos trasero de Anabelle. Habían quedado el día anterior que iría a buscarla y... bueno, luego harían otras cosas. En aquellos momentos tenía la lengua metida hasta la garganta de la chica, disfrutando de un largo e intenso beso. Y aún así, el sonido de la voz de Livy logró desconcentrarlo.
La chica sonreía y charlaba animadamente con otra persona. De lejos pensó que era otro pringado de esos que se juntaban con ella, pero rápidamente logró distinguir una chupa de cuero negra con una distintiva insignia en la espalda. La silueta de un cuervo.
A partó de golpe a Anabelle.
-¿Que se cree que esta haciendo? -murmuró antes de salir corriendo hacia Livy.
La chica pareció no darse cuenta de su presencia, incluso tomó del brazo al mindundi que la acompañaba, presionándose contra él mientras reía. Ella nunca había echo algo así con él. Y eso le molestó, de modo que logró alcanzarla en poco tiempo. Rápidamente, tiró de ella hacia atrás, separándola de aquel chico.
-¿Que crees que estás haciendo? -preguntó acercándola a él.
-Eh, tío, cálmate -intervino el cuervo, metiéndose en medio.
¿Tenía que entrometerse?
-Callate -le espetó bruscamente, antes de volverse a centrar en Liy-. Te lo voy a repetir, ¿que crees que estas haciendo? ¿Se trata de una estúpida jugarreta para darme celos? ¿O simplemente quieres llamar mi atención metiéndote de lleno en peligro?
Por la cara de la chica supo que no debió gustarle demasiado sus palabras. Él probablemente no la habría acusado de algo así en otra ocasión. Podría haberle dicho cualquier cosa, pero de acechadora tenía muy poco.
-Es mi amigo, idiota -contestó ella zafandose de su agarre-. Y no creo que deba darte explicaciones de nada, así que a mi no me exijas cosas.
Iba a decir algo cuando el chico se metió de nuevo entre ellos y le barró el paso.
-Mira tío, déjalo. Tuviste tu oportunidad con ella y la has dejado escapar. Échate a un lado y no incordies.
Cage sintó el fuerte impulso de apartarlo de un empujón y mandarlo a la mierda para poder hablar con calma con Livy.
-Mira niñato, yo... -empezó, cogiéndole de la parte delantera de la chaqueta.
No pudo seguir, ya que Livy lo apartó de un empujón. La chica era lo suficientemente fuerte como para tirar de él, ni mucho menos, pero la impresión de ver a Livy a la defensiva permitió que, ante su estupor, fuera capaz de moverlo.
-¡Cage basta! -gritó, en ese tono tan suyo que usaba cuando perdía los papeles-. No me vengas con chorradas de batallas de gallitos, porque esto yo lo arreglo rápido. Vuelve a besuquearte con Anabelle y déjame en paz.
Y con eso, Livy tomó la mano del chico y se fué. Cage tuvo el impulso de separarlos y llevarse a la joven a rastras hasta el club, además de gritarle al chico que no se acercase a ella si no quería tener problemas con los Jinetes del Infierno. Peró no podía, no si, como decía la siempre correcta y algo anticuada Livy, se había estado "besuqueando" con Anabelle. Sin embargo, tendría que hablar con la chica, y pronto.
Cage fué muy cuidadoso seleccionando el momento en que debía ir a casa de Livy, por eso, cuando Greg le abrió la puerta, estaba seguro que sus padres no estaban en casa.
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Cycling my world
Teen FictionLivy no es tipo de chica que Cage West miraría más de dos veces. La mejor amiga de su hermana no le ha despertado nunca ningún tipo de interés en el guapo motorista, o eso es lo que él intenta creer. Livy es inocente, tímida y tiene su propio mundo...