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Se quejó mientras sacudía su mano tratando de no oler su propio aroma, el calor iba y venía y sabía por experiencias anteriores que Puffy se había encargado de todos los supresores, dejándolo con una cantidad mínima para evitar un nuevo accidente como alguna vez paso en años anteriores, se maldijo por ese descuido de su joven yo mientras se dirigía a la cocina, odiaba esos días donde debía pasar en su casa por el odioso celo y pasaba todo el día quejándose de su condición como omega, no lo odiaba, al menos no la mayoría del tiempo, pero justo esa semana estaba odiando su genero y las consecuencias de este mismo.

Se mordió el labio reprimiendo un gruñido, movía sus manos preparándose un emparedado, estaba ocupando todas sus fuerzas ignorando a su omega que le pedía que llamara a alguna persona para calmar sus instintos, nunca tuvo una buena relación con aquella parte de si mismo, la mayoría del tiempo lo ignoraba y aquella era una de las tantas razones del porque odiaba su celo, pues debía convivir con aquella parte tan odiosa de sí.

-¿Podrías callarte? – gruño mientras volvía a su habitación mordiendo el empardado, recibió una respuesta negativa del omega quien lo llamo idiota – Maldito sea el dios que me aferro a ti – suspiro y se recostó en su cama mirando a la pantalla frente a él, había estado viendo algunas series aburridas de comedia española –

Dejo el plato en la mesita a su lado mientras otra fuerte punzada aparecía en su vientre, llevo ambas manos al lugar apretándolo y jadeando ¿Quién fue el que diseño el cuerpo para castigarse a si mismo si no habían bebés? Mierda se acostó sin dejar de presionar su vientre, el calor creciente parecía fuego en su interior que quemaba cada centímetro de su cuerpo, llevo una de sus manos a su frente para remover su cabello, daba bocanadas de aires tratando de tranquilizarse, su omega gruño y volvió a insultarlo.

-No es buen momento para eso – mordió su labio mientras se retorcía en su lugar, minutos después el dolor paso a ser una leve molestia, suspiro con cansancio –

-Si me hicieras caso – habló su vocecita molesta interior –

-Si te hiciera caso terminaría con un idiota o peor aún, terminaría con un niño y créeme que es lo último que queremos – finalizo esa pequeña conversación mientras cerraba sus ojos con fuerza, debía dormir –

Pasaron unos quince minutos y volvió a levantarse, no podía dormir y su cuerpo volvía a pedir atención que obviamente no iba a darle, se levantó de su cama y se encamino a la planta baja nuevamente, se paseaba de aquí para allá y más de una vez le mando mensajes a sus amigos diciendo que estaba aburrido, la mayoría respondió de forma normal y luego estaba Sapnap ni siquiera diría que fue lo que le respondió porque estaba seguro que volvería a sonrojarse y querer golpear a su amigo.

Volvió a suspirar mientras se tiraba en el sofá, su felina amiga llego pocos minutos después haciéndose una bolita encima de su vientre, siempre hacia eso y ronroneaba, no entendía por qué pero le parecía adorable. Llevo una de sus manos al animal mientras acariciaba sus orejas y cabeza, aun mirando su celular buscando algo interesante que pudiera distraerse, miro la hora, esperando el momento para volver a ingerir un supresor y poder despedir aunque sea por un rato los síntomas, maldijo al aire nuevamente al pensar que aún le faltaban dos días más.

[ Happier With You] - Dundy fanfiction-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora