Había transcurrido una semana desde el retorno de la expedición marcada por el fracaso y la decepción. La atmósfera estaba impregnada de incertidumbre, y las misiones fuera de las murallas habían sido temporalmente suspendidas, una respuesta lógica ante las dolorosas pérdidas humanas que habíamos sufrido. En medio de este periodo de inactividad, me sumergí en tareas rutinarias dentro del regimiento, intentando apartar de mi mente los eventos traumáticos.Desde aquel incidente repetitivo en la oficina del capitán, no había vuelto a coincidir con él. ¡Había besado al capitán dos veces! Maldición, ¡al capitán! Muchas noches me sumí en conversaciones internas, llegando a la conclusión de que sentía algo por él. Experimentaba una sensación cálida en el pecho cada vez que lo miraba, una señal que me llevaba a esa confusa conclusión. Su mirada, su aroma... desencadenaban emociones que no sabía cómo manejar.
—Buenos días, soldado —escuché mi nombre a mi espalda y me giré. Era el comandante Erwin, con una expresión que erizaba la piel—. Necesito que me acompañes. Tendremos una reunión; por favor, sé discreta.
Asentí de inmediato y fui por mi chaqueta, interpretando por la mirada del comandante que se trataba de algo de suma importancia. Lo seguí en silencio hasta su oficina, notando la presencia de algunos reclutas de la 104. Todos llevaban una expresión seria y eso me inquietó; algo no estaba bien.
—¿Pasa algo? —pregunté, intercambiando miradas con Mikasa.
—Iremos con Eren, tenemos un plan para atrapar a la titán hembra.
Abrí los ojos con sorpresa. ¿Ya sabían quién era? Miré discretamente a Armin quien se le veía bastante afectado. ¿Sería algún amigo suyo?
Dirigí mi mirada de nuevo al comandante. Realmente merecía el puesto que ocupaba, y decir que era una persona inteligente, cautelosa y estratega era quedarse corto.
Sin más preámbulos, nos movimos de inmediato al lugar donde sería la reunión y el trayecto transcurrió en absoluto silencio, como lo exigía la gravedad de la situación. No podía comprender cómo podría haber más individuos como Eren... ¿acaso era algo fácil de lograr? ¿Lo que mis padres hicieron conmigo era tal vez la manera de crearlos? A excepción de aquellos que salieran mal, como yo. Surgieron muchas preguntas y ninguna respuesta. No divisé a Mike, Nanaba o Gelgar, y me resultaba incomprensible el por qué yo debía estar allí.
Al llegar al recinto y abrir la puerta, casi sufro un colapso al ver que Eren estaba presente junto al capitán. Involuntariamente, me puse nerviosa y tropecé con el pie de Jean, quien me miró extrañado por mi torpeza repentina. ¿Qué demonios estaba haciendo?
—¿Por qué están aquí? —preguntó Eren preocupado. —¿Pasa algo?
—Identificamos a la persona que podría ser el Titán Hembra —declaró sin rodeos el comandante—. Esta vez la atraparemos.
Ocupamos nuestros lugares alrededor de la amplia mesa de madera situada en el centro de la estancia, y nos entregaron hojas detallando toda la planificación estratégica para la misión. Sin poder evitarlo miré de reojo al capitán, quien, imperturbable, leía el plan con la misma concentración que yo debería estar leyéndolo. No mostraba ni un poco de nerviosismo... pero ¿que esperaba? Si él nunca ha sido de los que expresa emociones.
Aún así esperaba al menos detectar algún indicio, por último de complicidad. Pero nada.
Quizás simplemente no era algo importante para él.
Quizás yo le estaba dando demasiada importancia a un simple beso.
—La persona detrás del Titán Hembra es Annie Leonhart —anunció el comandante.
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La razón del viento [Levi x Lectora] [En curso]
FanfictionTu padre falleció revelándote un inquietante secreto junto con la frase "Protege a Eren Jeager" no entendiendo el significado de sus palabras en esos momentos. Años mas tarde, te uniste al cuerpo de exploración para sentirte viva y útil a la socieda...