Capítulo 5: Libro (✔️)

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Mi padre, con dificultad, se encontraba recostado en su cama mientras se esforzaba por hablar. Las palabras salían de su boca entrecortadas.

—Escúchame bien... —comenzó a decir—. Busca y encuentra a Eren Jeager... —tosía, y unas pequeñas gotas de sangre brotaron de sus labios.

Yo estaba destrozada, sentada junto a él, viendo cómo se acercaba el inminente final de su vida.

—Prométeme que... —respiraba con cada vez más dificultad— solo leerás mi libro de tapa roja... solo cuando lo hayas encontrado a él...

—Padre, ¿de qué me estás hablando? —pregunté angustiada, creyendo que estaba delirando debido al proceso natural de muerte.

—Te... te convertirás en un titán...tu madre lo sabía... —susurró, y su última revelación me dejó petrificada, especialmente cuando mencionó a mi madre, ya que él siempre evitó hablar de ella desde su fallecimiento.

Mi corazón pareció detenerse por un instante. Comencé a sudar frío.

— ¿A qué te refieres con eso? —grité—. ¡¿Quién diablos es Eren Jeager?! ¡Padre!

Abrí mis ojos de golpe. Una vez más, despertaba de los recuerdos que me perseguían con fuerza, más intensos que nunca. Cuando finalmente logré incorporarme por completo, me di cuenta de que aún estaba en la enfermería.Miré a mi alrededor y note que aún había sol, pero ignoraba por completo que hora o que día era.

Con cuidado, me levanté de la cama y noté que estaba sola en la habitación. Afortunadamente, el dolor en mi costilla ya no era tan agudo, aunque mi torso estaba envuelto en vendas. Rápidamente me puse mi camisa, chaqueta y botas antes de salir sigilosamente al pasillo del lugar.

La escena que se desplegó frente a mí me horrorizó. Soldados de todas las edades, en diferentes estados de gravedad, estaban esparcidos por todos los rincones de la enfermería.

—¡Me duele! —gritó un camarada que, según pude notar, le faltaba una pierna—. ¡Ayúdenme, por favor!

—Por favor, cálmese —respondió fríamente una enfermera mientras le aplicaba un torniquete en su extremidad herida.

El caos se había apoderado del lugar. Las personas corrían de un lado a otro, los gritos eran ensordecedores y las enfermeras luchaban por atender a la mayor cantidad de heridos posible.

Era un escenario horrible, una pesadilla hecha realidad.

Ante tal desorden un solo pensamiento inundó mi mente: TROST. Salí de la enfermería a paso rápido, y debido al caos reinante, nadie pareció notar mi escape. En ese momento, mi presencia pasaba completamente desapercibida.

Cuando finalmente llegué a mi destino, quedé impactada por la magnitud de la devastación que había sobre Trost. La ciudad yacía en ruinas, con daños considerables en su infraestructura. Cada paso que daba me llevaba a cruzar charcos de sangre o trozos de cadáveres mutilados por los titanes. El olor a putrefacción impregnaba el aire de una manera nauseabunda.

Fue entonces cuando una voz conocida me sobresaltó.

— ¿¡Qué haces aquí!? —me volteé y reconocí de inmediato a Hange—. Pensé que estarías en la enfermería —sonrió, aunque su mirada reflejaba preocupación—, pero veo que ya estás mucho mejor.

— ¿Cuántos días han pasado desde el ataque? —pregunté con la misma preocupación que veía en su rostro.

Hange me dio la respuesta que tanto temía escuchar.

— Dos días... —dijo con pesar— Las pérdidas fueron catastróficas... sobre todo las humanas... —suspiró profundamente antes de continuar— Pero al menos pudimos eliminar a todos los titanes que habían invadido la ciudad, y también el agujero está sellado.

La razón del viento [Levi x Lectora] [En curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora