Había transcurrido un tiempo considerable desde la caída del Muro María, y la tranquilidad parecía haberse asentado. Aquella mañana, mientras disfrutaba del desayuno, me sorprendió que un soldado se acercara a mi y me informara que el Comandante Erwin deseaba verme.¿Acaso me convocaría para regañarme por el incidente con el Capitán Levi de ayer?
No, no creía que el capitán fuera tan chismoso, no iba con su imagen.
En el último tiempo, el pelinegro y yo habíamos tenido varios desencuentros debido a mi tendencia a expresar lo que pensaba sin pensar las consecuencias. Con dificultad, me tragué el último bocado de pan y me encaminé inmediatamente hacia su oficina.
Al llegar, toqué tímidamente la puerta. Era la primera vez que entraba allí, y me sentía nerviosa.
—Adelante—escuché decir desde el otro lado de la puerta. Respiré profundamente y entré con la mejor postura que pude adoptar, manteniendo mi dignidad.
Apenas crucé el umbral, mis ojos se posaron inmediatamente en el imponente escritorio del Comandante. Para mi desgracia, el Capitán estaba de pie a su derecha. Sonreí forzadamente, consciente de que era obvio que el pelinegro le había comentado algo acerca de mí. Caminé lentamente hasta estar frente a él.
—Buenos días, Comandante—saludé con la mano sobre el corazón, consciente de que estaba frente a una figura de autoridad.—Me dijeron que me estaba buscando...
Tragué con fuerza. Quizás de verdad se había enterado los problemas que tenía con el capitán, y era la hora del regaño.
El Comandante me respondió el saludo seriamente, y cerré los ojos anticipando lo que vendría a continuación. Sin embargo, su tono cambió y mencionó que Mike junto con Hange elogiaron mis habilidades y experiencia en el Cuerpo de Exploración, así como mi entusiasmo por las misiones fuera de los muros.
Y me felicitó por ello.
Reí nerviosa, consciente de que tendría una seria charla con Mike sobre sus comentarios de mi hacia los superiores. No sabía muy bien, pero cualquier tipo de elogios me daban pena, como si inconscientemente no sintiera merecedora.
—G-gracias... —contesté nerviosa .
— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó ahora con una sonrisa. Me sorprendí, sintiendo que, por fin, estaba siendo considerada, aunque esa no fuera mi intención. Con confianza le dije mi nombre.
— Bien, entonces necesito pedirte una tarea — dijo mientras revisaba unos archivos en su escritorio—. Quiero que vayas ahora al campo de entrenamiento a supervisar un ejercicio especial con los reclutas que se están preparando. Con el resultado de ese ejercicio, quiero que realices un informe sobre las capacidades especiales que observes en alguno de ellos. — El Comandante quedó pensativo por un momento antes de continuar—. Originalmente, le había encomendado esta tarea a Levi, pero...
—Tch, no estoy hecho para trabajar con niñatos — contestó el pelinegro terminando la frase del comandante.
Lo quede observando perpleja. Además de destrozar mi puerta, ahora parecía que el capitán me estaba traspasando tareas que claramente no eran de su agrado, que bien.
—Entendido — Dije mientras retiraba la mirada del capitán y la dirigía al rubio— apenas tenga el informe, se lo enviaré.
Luego de una pequeña inclinación y una fugaz mirada al pelinegro, me retiré del lugar a cumplir con la misión que se me había encomendado.
Durante el trayecto no dejaba de maldecir a la vida. No me había alistado en el servicio para pasar tiempo dentro de los muros, yo quería salir de ellos siempre, no quedarme en lugares que me recordaran la vida que ya no tenía y que quizás, nunca volvería a tener.
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La razón del viento [Levi x Lectora] [En curso]
أدب الهواةTu padre falleció revelándote un inquietante secreto junto con la frase "Protege a Eren Jeager" no entendiendo el significado de sus palabras en esos momentos. Años mas tarde, te uniste al cuerpo de exploración para sentirte viva y útil a la socieda...