La oscuridad, se alza..

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-¿Tu hermano, Sidarth?¿Crees que está vivo? Pero los maestros y el canciller dijeron que falleció- respondió suavemente pero desconcertada, no sabía plenamente de lo que los separatistas eran capaces, pero si que ellos no conservaban prisioneros si estos no les eran útiles... Los asesinaban -se lo que dijeron... pero, desde que llegué al templo de niña, ambos formamos un vínculo que se fortaleció al paso de los años- mencionó a la vez que sujetaba sus piernas con melancolía, eran agradables recuerdos que ahora se veían ensombresidos por la distancia y el solos -cuando se lo llevaron, este se debilitó, como si alguien tratará de ocultarnos de él, pero ahora... lo siento con la misma intensidad a cuando ambos estábamos en el templo- dijo reanimada, con cautelosa esperanza; aún estaba intrigada por lo que vió, y por lo que pudieron haber hecho a su amigo -Hay que avisarle a nuestros maestros Ahsoka, podría ser la oportunidad de recuperarlo a él y al holocron- respondió la miriliana con más emoción, deseaba ayudarla a reunirse con su amigo y había cierto compañerismo implicado, entre los Jedi se veían como hermanos y jamás dejarían sufrir a uno de los suyos.

Los relámpagos se dispararon contra el nativo de Moraband, quien obstruyó su paso arrancando una de las placas metálicas del suelo a modo de barrera, mientras levitaba los cuerpos de los droides y los arrojó contra del anciano.

Dooku apagó la hoja escarlata y enfocó su concentración en frenar las piezas mecánicas, sin retirar sus relámpagos de la placa metálica. En un instante el muchacho removió su escudo a la espera de la corriente eléctrica; y cuando está tocó su cuerpo no la rechazó, la adoptó como propia, canalizándola por sus extremidades hasta emanarla por su brazo hacia los droides suspendidos por la mano del conde.

Los cuerpos de metal explotaron simultáneamente lanzando Tyranus lejos de su sitio, y distorsionando la proyección de Sidious -esto no se quedará así muchacho, no estarás seguro con nadie, ni siquiera con los Jedi; jamas te podrás ocultar de mí- amenazo enfadado el señor oscuro mientras su imagen se difuminaba gradualmente hasta desaparecer -no me importa- sentenció subiendo la lanzadera para alejarse del Dreadnought.

-Maestra, General Skywalker, Ahsoka tiene algo que decirles- dijo con suavidad la joven padawan de Luminara con una reverencia ante los dos caballeros -¿Qué sucede sabionda?- respondió burlón, Ahsoka se sentía agobiada no solo por decirles a los maestros, sentía destellos del lado oscuro, algo muy malo estaba creciendo -maestro, maestra Onduli, creo que Sidarth está vivo- esas simples palabras los dejaron a ambos consternados -padawan Tano, se que eras muy unida a Sidarth, pero debemos aceptar que se ha ido- respondió Luminara con pesar, ella al igual que todos en el templo lo habían visto crecer, les dolió saber que este había sido asesinado -no maestra no lo está, pude sentirlo, Dooku lo tenía prisionero junto con el Lord Sith- la mención de ese desconocido individuo oscuro junto con el niño nacido en Moraband era mucho para ser coincidencia, Luminara comenzó a tener más interés sobre ese descubrimiento -Maestro Skywalker, espero que me permita a su padawan, me gustaría escuchar más al respecto- declaró a la espera de una respuesta -mi padawan puede ir con usted, aunque me gustaría acompañarla maestra Onduli- respondió cordial Anakin, pero en negativa la Jedi miriliana levanto la mano -lo lamento Skywalker, pero alguien tiene que estar al pendiente de la situación en Geonosis, ambos no podemos estar sin cuidado del avance de la batalla- sentenció la maestra, avanzando lenta pero firmemente hacia una puerta cerrada, a la espera de que la togruta la siguiera.

Para su buena o mala fortuna, la nave del conde estaba en las inmediaciones de Saleucamai, por lo que programó la navi computadora hacia Nal Hutta, en el espacio Hutt no había lugar ni para las tropas de la República o de los separatistas. El lugar idóneo para pasar desapercibido.

Estaban en posición de meditación en la habitación de Luminara, habían estado así casi por diez minutos —maestra Onduli disculpe pero, ¿de qué quería hablar conmigo?— la paciencia no era una virtud particularmente innata en Ahsoka, y esa era la particular manera me Luminara —necesito que me ayudes a contactar con Sidarth—

El Sith'ari- Una Historia De Star Wars Donde viven las historias. Descúbrelo ahora