Mente

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—Eh, señor tenemos un problema— sonó la voz de un droide B1 a través —mas vale que valga la pena droide— masculló Bane dándole la espalda a la Padawan esposada —hay un jedi aquí, y no parece contentoooo...— —¿cuál de los dos?— pero no hubo respuesta, el Duros sonrió  y cambio la vista a su prisionera —el lazo entre un maestro y una aprendiz es fuerte, pero necesito uno más aquí— dijo ejecutando una descarga sobre la togruta esposada, dando por sentado que era Skywalker quien iba tras él.

—Eh señor hay otro jedi, ¿qué hacemos con este?— volvió a interrumpir un droide de batalla por el comunicador —señor, el Jedi, está fuera de la puerta pero creo que va a...— y ahí solo se escuchó estática —llego al fin— dijo sonriendo en sus adentros. La puerta no se abrió, fue como si la hubieran arrancado con furia, pero no era el Jedi qué el esperaba, pero no por eso no era bienvenido —casi admiro tu persistencia muchacho, pero me preguntó ¿Acaso no te cansas de que te derrote?— alardeo divertido levantado su característico sombrero de un ligero golpe de sus dedos hacia el joven con mango de espada en mano, pero con el plasma apagado.

—Espero que está vez cooperes para abrir el holocron, me parece que el último Jedi del cual dependió eso no tuvo un grato final— sentenció activando el escudo, separando a Ahsoka de ellos —no creo que nadie aquí quiera ese resultado. Si oprimo el botón, ella será expulsada al vacío del espacio, y es una agonizante muerte sabes— amenazo con la mano sobre el control —eso creo, me preguntó, si lo resistiras— contesto el muchacho dejando ver la espada carmesí.

—Mala elección— sentenció dirigiéndo el dedo al botón, pero por más que intentó no pudo tocarlo —temo que si, pero no de mi parte— dijo alzando la mirada con ojos llenos de irá e inundados por el lado oscuro —droides inútiles, mátenlo— y como ordenó, los droides B2 abrieron fuego, que fue repetido con la hoja carmesí del arma, dejando a ambos mecánicos incapacitados con agujeros humeantes de sus propios disparos.

—Sidarth ¿qué sucede?— dijo Ahsoka al borde del miedo observando a su amigo como nunca antes lo había visto —descansa hermanita, no quiero que veas esto— y en un instante, la togruta cayó dormida. —¿Y que pretendes ahora muchacho? ¿matarme? Creí que la negociación era el camino de los Jedi— apagó el plasma del sable, y puso ambas manos en la cabeza del cazarecompensas —no te mataré, solo te causare mucho sufrimiento mientras te saco lo que necesito—

—¡¡¡Aaaaah!!!— el grito resonó en todos los pasillos de la nave, pero era silencio en un lugar.

—Tienes una mente silenciosa para todo lo que estás gritándo— se burló el humano rodeado por el extenso campo mental del cazarecompensas —quien te contrató para esto sigue aquí, y no te vas a oponer—

Avanzó lentamente, era extraño estar dentro de una mente, pero era aún más extraño tener voces rondando tu mente estando dentro de otra; pero a diferencia de cuando era consciente, las voces finalmente hablaban con coherencia -busca en su memoria- -encuentra al Sith... destruye al impostor... encuentra a tus ancestros-

Claro, no podía faltar la sección misteriosa en todo el parafraseo sombrío, pero ya sabía que su contratista es un Sith y no dudaré en acabarlo en cuanto sepa dónde está —¡Bane!— exclamé para llamar la atención del ensombrerado frente a él —¡¿donde estamos?!— exclamó extrañado y desconcertado el alienígena mientras miraba erraticamente hacia todos lados —donde no existen los secretos, tu solo eres la consciencia, por tanto solo te necesito como guía— y con eso en mente colocó la mano con fuerza sobre la conciencia del Duros —ahora llévame al recuerdo de su último trabajo—

El Sith'ari- Una Historia De Star Wars Donde viven las historias. Descúbrelo ahora