𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

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-¿De verdad crees que funcionará?- Madara asintió por novena vez en la tarde, mirando a Hashirama que seguía dando vueltas sin parar por la sala. Cansado de ver al Senju perder la cabeza, se levantó para tomarlo por los hombros y tambalearlo levemente.

-¡Hashirama! -. Casi grito perdiendo la paciencia, él había ido a la casa de Hashirama con su padre lunático, la ex loca de Ashura y la desquiciada de Mito. Hashirama podía hacer algo tan simple como esto, por él. -¡Calma!

Hashirama se dejó tambalear, su cabeza no dejaba de reproducir cada posible consecuencia. Todo iba a valer desde el punto de vista de Tajima. -¿E-en tu graduación dijiste Maddy?-. Genial, Tajima lo mandaría al diablo frente a cientos de personas. Vaya ambiente.

-No se podrá negar hablar contigo frente a todos-. Madara movió su mano en señal de calma mientras lo decía simplemente. Eso es lo que tú crees, pensó Hashirama. No estaba preparado, se había preparado para hacerlo al menos en un año. Las cosas no siempre salen como uno las piensa. -Puedes hacerlo... Indra era más difícil, y le agradaste... casi-. Dijo lo último en un susurro. Que Hashirama escucho perfectamente bien. -Además yo estaré contigo, Hashirama. Al menos cuando se termine la ceremonia.

Hashirama se relajo por unos segundos y le sonrió. Los nervios y miedos podrían estar comiéndose, pero no desperdiciaría esta oportunidad de estar con Madara. Al menos no la oportunidad legal. -Te amo Madara. Trataré de que tu padre no me escupa en la cara-. Se acercó para besarle la frente, derritiéndose de ternura cuando él rostro y orejas de Madara se tiñeron de rojo a más no poder. El Uchiha al notar la mirada de este, escondió su cabeza en su pecho y lo abrazo fuertemente. Era su forma de decirle que también lo amaba.

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-Ya, perdoname-. Hablo mientras intentaba acercar su mano hacia el Otsutsuki pero este gruñó, e intento arrancarle un dedo con los dientes. -¡No me muerdas! ¡Intento desatarse! -. Estiró su mano de nuevo cuando estuvo seguro que Indra no lo atacaría. Bajando con lentitud el listón que lo negaba hablar.

-¡SUELTAMEEEEEEEEE! -. Grito fuertemente, empezando a removerse se en la cama. Aquel grito había alertado a todos en la casa. Madara que hasta ahorita no les había estado prestando suficiente atención. Se volvió a ellos. -¿Qué sucede... Ay, demonios... - Los miro espantado, en el momento que vio a Indra atado de pies y manos. Cuando escucho a Obito diciendo "Lo atare". No creyó que fuera tan literal. Observó como lo había atado, no pudo evitar mirar con recelo al Uchiha mayor. Que fetichista. -¡AYUDAMEEEE! ¡MADARA!

El mencionado se acercó a ellos. Sin embargo no lo desató. -Lo siento Indra. No quiero que mates a Obito en mi habitación-. El Otsutsuki entró en pánico.

-¡SUELTAMEEEEEEEEE! -. Repitió mirando con ojos suplicantes a Obito. -Te juro que no lo asesinare. Ni a ti...

-Lo siento, no quiero morir tan pronto. Aún debo tener hijos con Kakashi y asegurarme que no se case con Yamato-. Hablo seriamente, logrando que el Otsutsuki refuñara y se volviera a remover tratando de soltarse. -Sobre lo otro, no quiero que cometas homicidio. Porque si lo haces, estoy seguro que te ayudare y no quiero ir a la cárcel. Bueno, no aún... Es por tu bien, y el mío.

-Ya mejor desatalo, y ninguno de los dos irá a la cárcel. Si lo hiciesen, sobornaría al fiscal-. Hablo Madara tratando de detener el dramatismo de esta hermosa reunión familiar. Miles de corazones rodearon alrededor de Obito e Indra. Era la forma más hermosa de decirles que los amaba. El amor de la familia Uchiha destilada por los aires.

Indra intento volver a morder a Obito cuando se distrajo. Pero este se separó rápidamente. -¡Suéltame, solo quiero hablar con él! -. El Uchiha negó con la cabeza en señal que no le creía. Indra frunció su ceño. Cuando el menor les habló sobre la noche que discutió con su padre. Inmediatamente Obito se le lanzó encima, comenzando una lucha. Que obviamente perdió y todo pasó mientras el Uchiha gritaba "¡No quiero ir a la cárcel!". Y él solo quería hablar con Toneri. Quería comprobar que no tenía nada que ver. O quería creer que no tenía nada que ver... Indirectamente miró hacia otro lado, espantándose cuando sintió unos brazos rodearle. -¡Lo lamento! -. Decía Obito en su hombro, el rostro de Indra cambió rápidamente a una mirada aburrida. El tonto había creído que fue por su secuestro. Bueno, tal vez un poco.

-Ya... - Trató de calmarlo, normalmente era él quien los consolaba, no al revés. Aún amarrado y en brazos de Obito, se volvió hacia Madara. -¿Qué harás mi bebé?

-Dormir...- Madara se recostó al lado de ambos, cerrando ligeramente sus ojos. No había dormido completamente bien este último fin de semana. Hashirama era una máquina completa de energía. -Tu también duerme, pero no asesines a Obito mientras esté durmiendo, por favor-. Palmeo ligeramente la almohada donde estaba recostado (Y amarrado) indicándole que lo hiciera.

El Otsutsuki hizo un leve puchero. Con sus manos amarradas empujó a Obito. Moviendo sus manos en señal que lo desatará. Este jugueteo un rato
Irritando a Indra. Hasta que al final lo hizo. Cuando estuvo completamente seguro que no lo mataría.

Horas más tarde, Indra bajaba de su propia habitación. Dirigiéndose al despacho de Toneri. Parándose y observando por una abertura de la puerta si se encontraba. Se adentro cunado lo confirmó. Sentándose frente a él y mirándolo con una sonrisa.

-¿Indra? -. El mayor levantó la mirada de los papeles que leía. -Es tarde, mañana iras a la preparatoria.

-Ya lo sé, no soy un niño-. Frunció sus labios. -Cómo sea, quería hacerte una pregunta...

-¿Qué sería? -. Conocía perfectamente la pregunta. Lo anticipo desde el primer momento en que empezó a moverse.

-Tú... No tienes nada que ver ¿O sí? Ya sabes, con la decisión de Tajima-. Pregunto con cuidado, mientras jugueteaba con un bolígrafo, no quería que sonara como una acusación.

Le miró directamente a los ojos, frunciendo levemente su ceño. -No, no he hablado con Tajima desde las fiestas. Y ciertamente, cuando hablamos, es solo por negocios-. Sonrió satisfecho, cuando vio cómo el rostro del menor se relajo. -¿Es tu única pregunta?

-Si-. Se levantó de la silla para dirigirse hacia la salida. -Cómo dijiste, mañana tengo que levantarme temprano. Buenas noches-. Le sonrió levemente y salió de la habitación. Sintiendo una oleada de satisfacción y alivio al confirmar que no tenía nada que ver.

Ashura se encontraba recostado sobre la cama de su novio con las manos bajo su cabeza. Hasta que rápidamente rodó sobre la cama, casi cayéndose para meterse bajo ella, cuando escucho como la manija se movía con lentitud. Sabía que podía ser Indra, pero había posibilidad de que fuera Toneri, o ambos. Por si acaso, era mejor tener precauciones.

-Soy yo-. Hablo bajo el castaño cuando no lo encontró a simple vista. Se acercó para tomar el control remoto de la pantalla, abriendo spotify, y colocando cualquier canción lo suficientemente alto, para que no se escucharán ni si quiera los murmuros de ambos. Ashura salió sonriente bajo la cama, y se le abalanzó para tirarlo sobre la cama, posicionándose arriba.

-Tardaste mucho... - Beso sus labios, descendiendo hacia su mandíbula hasta bajar completamente, hacia su cuello. Besando y chupando mientras el Otsutsuki jadeaba.

-Fueron sólo unos minutos-. Ahogo un gemido cuando el Senju mordió fuertemente su clavícula. Indra envolvió sus brazos sobre el cuello del Ashura y levantó su rodilla rozando juguetonamente la polla cubierta de este, quien silencio su gemido cuando volvieron a conectar sus labios.

-Me pareció una eternidad-. Respondió entre jadeos, mirando lujuriosamente al hombre bajo él.

-Pero ya estoy aquí... Hay que ser silenciosos, se supone que estoy durmiendo...

-Esta noche harás de todo menos dormir-. Indra sonrio ladino, dirigiendo su mano hacia los bolsillos de sus pantalones sacando una cuerda mediana. Que anteriormente había comprado. Y se la tendió a Ashura. -Ahora, Atame...

-Será un placer-. Sin perder tiempo, la tomó, separándose para atarlo de brazos y piernas con la misma cuerda.

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En este momento te das cuenta, que Obito no era el fetichista. Bueno poquito.

sé mi uchiha ; hashimadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora