𝐝𝐢𝐞𝐬𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

648 82 190
                                    

-Konoha, me parece agradable, además, vine aquí, con esperanza de encontrar el amor-. La pelirroja dio unos pasos adelante y se acercó más a Hashirama.

Madara la fulmino con la mirada. -Si vienes a buscar un esposo en Konoha, descárgate Tinder. Tal vez y si no te conocen en persona primero, te funcione.

Mito frunció sus cejas ante lo dicho por Madara. Pero aún así, se hizo de oídos sordos. Y decidió cambiar de tema. Después de todo, estaba aquí para acercarse a Hashirama, no para pelear con el Uchiha. -Es un buen lugar para vivir ¿No crees?

-No sabía que se conocían... - Dijo inocentemente el mayor.

-En el pasado fuimos... "Amigos" se podría decir-. Dijo Mito y le sonrió gentil, mientras enrollaba su propio brazo en el de Hashirama, restregándole descaradamente los senos en él. Madara ardió en ira. Un campo de toxicidad y posesión rodeo su cuerpo ¡Promiscua, puta, golfa, ramera barata, zorra! ¡¡Prostipirugolfa!! ¡¡¡Hashirama es mío!!! Pensó.

Hashirama, rápidamente apartó el brazo de Mito, poniendo su distancia entre ambos. No queriendo que hubiese mal entendidos entre Madara y él. La pelirroja lo miró decepcionada.

Hashirama, ignoró lo anterior y prosiguió con la conversación. -¡Oh, eso suena genial! -. Madara se enfureció y lo miró molesto, y un poco celoso ¡Hashirama era tan idiota!

La mujer asintió y se volví de nuevo a Madara. -De todos modos ¿Qué haces aquí Madara? ¿Eres un amigo de Hashirama?-. Pregunto Mito, le parecía extraño verlo aquí, si sus recuerdos no le fallaban, Tajima Uchiha y Butsuma Senju, se detestaban. Tal era la situación, que inclusive en una de las tantas fiestas de negocios, se insultaron frente cientos de ojos, y paparazzi. Así que, ¿Qué razón podía tener Madara para estar aquí?

-No te impor...- Hashirama lo corto antes de que terminará. Y casi grito con una inmensa alegría, que sonrojó en extremo al azabache. -¡Es mi novio!-. Dijo y lo abrazo por la cintura. En otra ocasión, Madara lo hubiese apartado, no porque le disgustara. Al contrario, secretamente, le encantaban este tipo de acciones del Senju. Hashirama no tenía problemas para demostrarle su cariño y amor frente a otros. Se preguntaba si algún día el también podría demostrar sus sentimientos como él. Sin embargo esta vez, Madara se acercó al cuello del moreno, y por supuesto que le dijo que sí con un ronroneo en esté, procediendo a enrollar su propio brazo, en el fuerte antebrazo de Hashirama. Cosa que él podía hacer. Hashirama era suyo. Y se lo dejaría muy claro a la resbalosa.

Mentalmente, Mito, se regañaba por no poder recordar cuantas veces había sonreído hipócritamente este día. ¿Madara y Hashirama? No terminaba de asimilarlo, menos de creerlo. Había venido a Konoha solo por el posible compromiso con el hijo mayor de Butsuma. No lo conocía, básicamente, si se contraía un compromiso entre ambos, se comprometería sin conocerle. Por eso se encargo de investigarlo antes. Y Hashirama le pareció encantador, era el marido que toda mujer podía desear. Y él marido que ella deseaba. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz del Uchiha.

-Apuesto, a que Indra le gustara saber que estas en la ciudad-. Aún del brazo de Hashirama, él azabache sonrió sínicamente viendo el pánico invadir el rostro de la pelirroja. Mito tembló de miedo, el simple nombre la aterrorizaba. Recordaba con horror, aquellos miserables años, después de conocer a Otsutsuki Indra.

-¿Indra? -. Pregunto Hashirama tratando de no sonar celoso, sin embargo resultó todo lo contrario. Habló como una esposa, que mantenía una relación de dieciséis años con su marido, y se enteraba que su marido le era infiel. ¡Porque siempre tenían que mencionar al Otsutsuki! Oh no, la llaga sobre la atención del azabache aún no sanaba.

Madara respondió con simpleza, evadiendo el tono acusatorio que uso Hashirama. -Mito e Indra son muy buenos amigos ¿No es así?

-In-Indra... Sí -. Apenas y pudo responder entrecortadamente la pelirroja, mientras con ojos temerosos miraba la sínica sonrisa del azabache. Cuando vino a Konoha se olvidó de un gran, gran, gran detalle. Indra.

sé mi uchiha ; hashimadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora