Tobirama y Izuna pasaron casi toda tarde en el parque, mayormente hablando de sus videojuegos favoritos, música, familias y de lo Idiota que era Ashura, y como estaba obsesionado con un tal Indra, a lo que Izuna respondió que Indra en realidad era su primo. Después de esa confesión ambos se dieron cuenta, que han estado demasiado cerca el uno del uno del otro. Así como habian cosas en las que chocaban, también había muchas similitudes.
Conforme las horas pasaron Tobirama propuso ir a su casa, a comer o ver películas. Izuna aceptó. Caminaron de regreso, el parque no estaba tan lejos de la residencia Senju.Cuando llegaron, Tobirama tocó la puerta, por que había salido sin sus llaves y Izuna sólo esperaba no ver a su futura suegra abrir.
-Joven Tobirama, sus padres han salido, si necesita que le prepare algo de comer dígame, igual si quiere pedir algo de comida.- dijo la ama de llaves, Izuna se sintió aliviado, no habría suegros castrosos.
-Esta bien, gracias, yo te aviso. Vamos Izuna- la ama de llaves asintió, y Tobirama hizo un movimiento para que Izuna lo siguiera adentro.
Izuna lo siguió, observando meticulosamente cada rincón de la casa de su amor. La casa del Senju era grande, bonita y por supuesto, demasiado limpia. A diferencia de la casa donde se estaba quedando con toda su familia, era terriblemente un desastre, cortesía de Obito. Era un alivio que Tobirama, lo invitase a su casa.
Cuando entraron a su habitación, Izuna se intimido, la habitación estaba obsesamente limpia, incluso más que la casa, bueno, al menos cuando se casara con Tobirama alguien limpiaría su habitación por el.
-¿Qué quieres hacer?- preguntó Tobirama, mientras se sentaba en la cama.
-Tal vez jugar COD?- Izuna se sentó a su lado, esperaba el momento para empezar las clases de seducción de Indra.
Tobirama asintió, para buscar ambos controles, una vez en mano dejó a Izuna sólo, y bajó para ir a ordenar un pizza.
Ambos comieron, mientras jugaron por algunas horas, al final Izuna se fastidio por que no tenía ningún avance, pensando en cómo salvar su fatídica salida, tuvo una idea, demasiado gentil para lo que Indra había sugerido.
Mientras Tobirama seguía jugando, cuidadosamente Izuna bostezo superficialmente mientras levantaba sus brazos, el albino lo miró de reojo. Decidió ignorarlo hasta que sintió como Izuna se recargo en su hombro, se congeló por un momento.
Cuando salió de su shock mental, volvió su mirada hacia Izuna, creyendo que dormía y sin poder evitarlo tomó un largo mechón de su coleta baja, era demasiado suave. Se exaltó un poco cuando sintió la mirada fija de Izuna sobre él.
Sin poder negar lo obvio, se abstuvo a decir una completa excusa de porque estaba tomando su cabello -Me gusta mucho tu cabello, siempre me ha gustado.
Izuna sonrió mientras abrazaba el antebrazo de Tobirama, fingiendo tener sueño. -¿Tienes sueño?- otro asentamiento - ¿Y si... Te quedas a dormir...?
-No es mala idea...
Mientras tanto en la entrada de él restaurante más lujuso de la ciudad de Konoha, Indra arrastraba a dos chibis irritados Madara y Obito, a su mesa.
-¿Por qué vinimos aquí?- Preguntó Madara, mirando con desagrado a todas las personas a su alrededor, si no dormía todo el mundo le parecía una molestia. Se había desvelado toda la noche anterior, Hashirama había insistido en que fueran a una de las montañas en la frontera de la ciudad, se quedaron toda la noche viendo las estrellas, hablando de cosas triviales, disfrutando de la vista y compañía del otro. En algún momento empezaron a hablar de el futuro y se sintió enormemente feliz cuando Hashirama lo incluyo en el. Fue hermoso, pero ahora estaba pagando las consecuencias.