𝐨𝐜𝐡𝐨

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Todos dormían, demasiado temprano en su opinión. Hace unos días cuando Obito llegó de su cena, su madre le hizo un drama por ignorar sus cien mensajes, que por cierto la mitad de ellos eran emoticones, Indra e Izuna como buenos primos revoltosos se unieron a la carrilla, unas horas después de la llegada de Obito todos se quedaron dormidos en la residencia donde pasarían juntos hasta el término de las fiestas. Desde ese día todos tomaron la misma hora para dormir.

Madara como buen adolescente revoltoso espero a que todos durmieran y se escapó de la casa, necesitaba pensar. Con unos pantalones deportivos holgados, y una capucha gris, Madara escapó por la ventana, tenía buena práctica. Salto y salto sigilosamente sobre el techo como un fantasma de la noche, corrió fuera de la casa y se adentro a las calles.

Se sentía libre caminando sin rumbo por la ciudad, las calles estaban realmente iluminadas. Demasiada gente nocturna, no en exceso como en día pero una considerable cantidad, sentir la ligera brisa de la noche lo hacía temblar. Debió haberse puesto una capucha más caliente.

Su mente se iluminó, recordaba que había una cafetería cerca del centro de la ciudad, una que cerraba antes de la una, faltaba una hora y media para ello, era un buen lugar para acudir.

Por otro lado dos morenos yacían sentados en un bar peleando -¡Ya tomaste demasiado!- Hashirama intentaba quitarle una botella de vodka a Ashura, la casa de sus padres estaba más cerca que la de él, tendría que llevarlo ahí, y claro evitarlos, le daba tanta vergüenza por lo que pasó hace unos días ¡Se había puesto a pelear con un adolescente en medio de una cena importante!, decir que su padre estaba molesto era muy poco.

-¡Es que Indra!- espetó Ashura -No me responde todos los dm que le envié.- Tomo un gran trago directo de la botella -¡No lo he visto en semanas Hashirama!.

-Créeme, se lo que sientes- Hashirama pensaba en cómo controlar a su hermano, tal vez golpeándolo en la cabeza y luego cargarlo hasta su casa, nah, se iba a cansar. -Vámonos- puso un brazo bajo sus hombros y lo ayudó a levantarse, torpemente caminaban, por las calles oscuras, creyendo que sólo saldrían a beber poco, dejó su auto estacionado en la casa de sus padres. No estaba tan lejos. Pero claro con su hermano no aplicaba el "Beber poco".

Después de alrededor de unos veinte minutos llegaron. El menor se había caído al menos unas tres veces y de vez en cuando lloriqueo sobre el rechazo de Indra.

Llegaron a su casa y se aseguró de entrar rápido y sin hacer ruido. Todas las luces estaban apagadas, al parecer todos dormían.

Dirigiéndose a la antigua habitación de Ashura, se cayeron ambos casi por el segundo escalón, Ashura se tambaleó demasiado. A rastras llegaron a la planta alta, entraron a la habitación y Ashura se lanzó a su cama, mientras el mayor le ayudaba a sacarse los zapatos.

-Sabes, Hashi... extraño al viejo tu- dijo Ashura medio dormido -Es como si no fueras tu... No deberías... no deberías tratar de complacer a padre en todo, te esta cambiando... y te extrañamos, sacrificaste tu adolescencia para que papá no nos presionara como a ti... Lo lamento- Hashirama sentía como su garganta se cerraba, como si miles de espinas estuvieran alrededor de su cuello. -Solo quiero que seas feliz, inclusive si algún día te ahoga tanto esta familia que querrás desacerté de ella, hazlo, haz dado tu vida por complacer a todos, por ayudarnos a nosotros... vuelve a ser tu y consigue a alguien que te ame por eso...

Hashirama se sintió expuesto. -Ashura, no me desharía de esta familia, tengo que proteger de Tobirama y de ti.- Ashura le sonrió medio dormido, Hashirama lo abrigo bien como cuando eran niños y espero a que se durmiera completamente para irse.

Quería irse de esa casa, se sentía enjaulado, no tenía ánimos para conducir, así que camino sin rumbo durante al menos media hora, salió esperando tranquilidad pero estaba casi en el centro de la ciudad, por primera vez ver gente lo hostigo, por lo cerca que estaban las fiestas había mucha gente, sentía que en cualquier momento dejaría de respirar, su vista vislumbró una cafetería casi completamente vacía, era su mejor opción por ahora. Era tarde, le extrañaba que estuviera abierto aún, normalmente los pequeños locales cierran temprano.

sé mi uchiha ; hashimadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora