𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐬𝐞́𝐢𝐬

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-¡Madara Uchiha! ¡ABRE LA JODIDA PUERTA!-. Fuertes golpes fueron los que despertaron a un somnoliento azabache, que yacía acostado sobre el pecho de un dormido y exhausto Hashirama. Los golpes eran tan fuertes que Madara pensó que rompería la puerta.

-Hashirama... Despierta-. Susurró bajito mientras intentaba separarse de él poderoso abrazo del moreno. Si su madre derribaba la puerta, que Madara podía jurar que lo haría.

Encontrarlos en esta posición no le gustara mucho. -Maddy te prometo que cuando despierte lo volveremos a hacer... Solo déjame dormir ahora...- Hablo igual de bajo y sin más se volvió a dormir, sujetando aún más fuerte a Madara.

-¡Imbécil no es eso! ¡Despierta!-. Madara se sonrojó hasta las orejas por el comentario. Con mucho esfuerzo se separó del abrazo de oso, del mayor y lo sacudió un poco para que despertará, pero este solo lo ignoraba y se volvía a acomodar. Rendido le metió un zape, y un chibi Hashirama prácticamente salto de la cama.

-Maddy te dije que lo haríamos lue...

-¡Madara, te lo repetiré por última vez, Ábreme!

Madara y Hashirama se miraron con pánico, entendiendo perfectamente lo que el otro estaba pensando, estaban jodidos. Hashirama se levantó rápido de la cama y empezó a buscar su ropa que estaba regada por todo el cuarto. Madara hizo lo mismo, con mucho esfuerzo. Se dirigió al espejo intentando arreglar un poco su cabello desordenado, pero cuando miró su reflejo en este, abrió grande los ojos. Esto no le podía estar pasando. No ahora. Sin poder evitarlo soltó un grito un poco alto, que alertó a Hashirama.

-¡Aaaaah! ¡¿Cómo diablos llegó eso allí?! - Tomó cualquier cosa y empezó a quitarse los restos de semen que tenía en el cabello, algo que lo sorprendió. Demasiado. Hashirama, que empezaba a abrocharse su camiseta torpemente, por lo rápido que lo hacía, no pudo evitar reír por cómo su novio perdía la cabeza en el transcurso de apenas el inicio de esta mañana.

-Te hace ver aún más erótico-. Bromeó Hashirama.

-¡Cierra la boca!-. Madara le dirigió una mirada molesta, antes de empezar a empujar de él en dirección a la ventana. -Espero que sepas caer de pie Senju...

-Ayer era Hashi, ¿Y ahora Senju?-. Hashirama hizo un pequeño puchero mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.

Madara lo ignoro, y en cambio abrió la ventana y Hashirama lo miró incrédulo.

-¿Qué haces Maddy?

-Asegurándome qué mi madre no te corte tu varonil y lindo cuello.

Hashirama rio y luego analizó la situación ¿Madara en serio no esperaba que lo hiciera, o si?. -Vamos Hashi... Es eso, o esconderte bajo la cama y esperar a que mi madre te encuentre...

-¿No estás hablando en serio, o si?, ¿No lo haces verdad? ¡¿Verdad?!

-¿Crees que estoy para bromas?-. Hashirama se asustó aún más ante la mirada seria de Madara. Este viendo como su novio, ahora era el quien perdía la cabeza decidió tranquilizarlo. -No pasa nada, yo lo he hecho millones de veces, solo, asegúrate de saltar primero al tejado ¿Fácil, verdad?-. Aprovechando la confusión del otro empezó a empujar, para que Hashirama entrará en la ventana. -Nos vemos en la noche Hashi...- Le dio un beso en la mejilla y cuando escucho como la manija de su puerta giraba lo empujó con fuerza, afuera.

-¿Maddy?

-Adiós Hashirama, no mueras en mi patio. -. Y sin mas el moreno apenas se pudo sostener con el barandal de la ventana. - Yo también te quiero mi amor-. Susurró para el mismo con visible sarcasmo mientras trataba de equilibrarse en el tejado. Una vez esto hecho, con mucho, mucho pánico, salto. Recordándose así mismo que, de ahora en adelante, Madara siempre iría a su departamento. Nada de la casa de sus suegros. Solo esperaba que ningún chófer o jardinero lo viera.

Tras esto Madara cerró la ventana rápido, en el momento exacto. Su madre entró, con las llaves de cada cuarto de la casa en manos. Seguido de un Izuna bebiendo de una cajita de jugo de naranja. Inmediatamente abrio el guarda ropa, reviso el baño, bajo la cama, tras las cortinas, buscando un responsable. Se decepcionó cuando no encontró a nadie, ya no tenía con quien descargar su ira. Cuando por fin su madre dejó de buscar, miró a Madara seriamente, estuvo a punto de reclamar y quejarse, pero un olor exagerado invadió sus fosas nasales. -¡¿No fue suficiente mi cama?! ¡Apesta a Sexo Madara!

Madara se sonrojó, empezando a recordar a detalle los eventos de la noche anterior. Los cuales detuvo rápido. No podía pensar en algo tan, tan, extasiante. En medio de un regaño. -No se de que hablas mamá, creo que te refieres a las velas aromáticas que puse anoche...

Mentalmente Madoka, estaba contando hasta diez, veinte , treinta, lo que putas necesitará para asegurarse de no perder los estribos ahora mismo. Izuna por otro lado miraba la escena divertido, quería ayudar a su Nii-san, pero estaba molesto, al igual que sus padres. El respaldo de la cama no paro de golpear la pared en toda la noche, y lamentablemente la recamara de Izuna está aún lado. Prácticamente durmió lo mismo que Madara y Hashirama. Y no dormir lo ponía de mal humor -Uhh ¿Y por qué cojeas Nii-san? -. Dijo Izuna divertido volviendo a beber de su jugo. Sin importarle la mirada que le lanzó Madara, que claramente le decía "¿De qué lado estas?". Era obvio que estaba del lado de dormir sus ocho horas diarias.

Madoka miró al azabache mayor sombría, al escuchar la broma de Izuna ¡Oh claro que lo noto! ¡Más tarde, le sacaría todo a su bebé grande!. Tomó a Madara por la oreja, haciéndose sorda a todas sus quejas. Pero lo soltó confundida cuando sintió algo extraño en su oreja, cuando confirmó lo que era, rápidamente se enfureció de nuevo. Esto fue suficiente, ahora sí, había perdido todos sus estribos. -¡No sólo en mí Cama Madara! ¡Como diablos tienes semen en tu oreja!-. Una enfurecida Madoka salió tirando de la oreja de un chibi Madara rojo como un tomate -Mentalmente, Madara culpaba a Hashirama ¡Nada de esto pasaría si no lo hubiera puesto en... Esa posición, la noche anterior! - Gritando algo sobre lavar todas las sábanas de la casa.

–––––

-Solo serán mis padres Maddy, y mis hermanos, ya conoces a Ashura, será fácil. -. En la entrada de la residencia Senju, Hashirama trataba de tranquilizar el pánico de su novio. Madara se sentía indefenso ¡Rodeado de tantos Senjus! ¡Por qué no arrastró a Indra con él!. Tal vez aún podía llamarlo y escapar con él, de este lugar.

-Yo...-. Madara, no sabía que decir y su mente sólo gritaba una cosa. -Necesito a Indra...

Hashirama lo miró un poco celoso, no eran celos de infidelidad, no, eran por atención. Lo comprendía, o al menos trata - Lo tolera por obligación- pero el vínculo extraño que tiene con Indra a veces le molesta ¡Acaparaba su atención, que el debería recibir!. Hashirama agitó su cabeza, atrayendo la vista de Madara. Sus pensamientos se empezaban a tornar posesivos, y por experiencia, sabía muy bien que a Madara le molestaban. Tal vez, solo debería seguir el consejo de Ashura, acercarse a quienes ama, a la mejor así, solo así, sus celos disminuirán. -Yo estaré contigo, Maddy. No necesitas a Indra. -Internamente se dio una facepalm ¡Mierda Hashirama! ¡Contradijiste todo lo que acabas de decirte!

Madara se hizo el oído sordo, Hashirama indirectamente ya le había protestado sobre Indra y Obito, lo cual fue ridículo, son familia. Y a mucha diferencia que, ciertos familiares no le agradan, Indra y Obito son especiales. Suspiró rendido. En algún momento tendría que entrar. -Ya entremos... Se hace tarde y no quiero que me odien por impuntual.

-Todo estará tranquilo, lo juro-. Hashirama abrió la puerta y tomó la mano de Madara, se preguntaba, si cuando el conociera a sus suegros, se sentiría igual. Probablemente. Más que con Tajima, no la tiene para nada fácil.

Cuando entraron en la casa, Hashirama quiso atarse una soga en el cuello, esto no podía estar pasándole. Madara lo miró irritado -Solo tus padres ¿Eh?.

-Maddy, yo no, de verdad, que no...

-¡Hashirama, hijo! -. Lo interrumpió su madre, cuando estaba a punto de dar sus mil explicaciones, que se le lanzó en brazos prácticamente, para seguir con Madara, el azabache se quedó congelado por el gesto. -Y tu debes ser Madara.

-Si, yo...

-¡Awws eres tan lindo! Hashirama tenía razón. Vamos, vamos, quiero que me des tu gusto bueno, en algo Madara. Dime ¿Te gustan los roles de miel? -. Madara la miro con ojos brillantes ante esto, y Hagane empezó a hablar, mientras colgaba a Madara de su brazo izquierdo y a Hashirama del otro, para adentrarlos en la casa. Hashirama se repetía constantemente, que sería una noche tranquila, o eso quería creer.

sé mi uchiha ; hashimadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora