MAKE ME FEEL SICK - SakuAtsu. Haikyuu!!

Make me feel destined.

Sakusa Kiyoomi había besado a alguien... Lo había echo realmente...  

Besó a alguien enfermo, pero a la mañana siguiente cuando despertó, luego de las escasas horas de sueño que habían sido interrumpidas por los nervios, se dio cuenta que se encontraba perfectamente normal y sano. 

No se sentía mal, no había malestar, no había enfermedad, no estaba muriendo. Sólo estaba esa sensación de nervios en el estómago, que si era sincero no le molestaba. 

Fue revelador... Como si hubiese vivido encerrado toda su vida en una habitación aislada y salido a descubrir un mundo que no conocía. Como si aquel fantasma que lo asustaba todas las noches hubiese revelado que no era más que una mera sábana blanca y sus miedos no era tan grandes como creía. Como tomar un fuerte respiro por primera vez. 

Desde ese día muchas cosas cambiaron. De repente, convivir con las demás personas no era tan difícil, porque ya no les daban tanto asco. Salir de vez en cuando a sitios con un máximo de 20 personas no era tan estresante, respirar unos minutos sin la mascarilla le era agradable. Limpiar sus manos constantemente, desinfectar cada superficie y objeto que tocaba... Bueno, eso sí no lo dejó de hacer. No era tan cursi, sólo había sido un beso, no el deseo echo realidad a un hada madrina o años de terapia llevados a cabo con éxito...  

Pero, todo ese coraje que desarrolló repentinamente, no lo tuvo para volver a buscar a aquel chico. Se fue de Hyogo sin siquiera saber su nombre. La vergüenza, el pánico y ansiedad no le habían dejado salir de la habitación y atravesar ese pasillo. Después de todo, no se conocían de nada y él había cometido el atrevimiento de haberlo besado cuando simplemente había sido amable. 

Ese chico debía de odiarlo y mucho más después de que se marchase y dejase de aquella manera. Lo último que escuchó de él fue su voz atontada y escandalosa por el pasillo junto a la de otra persona. 

"Nos vamos a la casa de una vez" 

Gruñeron. 

"Cárgame hermano... " 

Canturreó.

"Ojalá el medicamento haga efecto rápido antes de que la fiebre te queme más neuronas. Te vuelves un super idiota fuera de sí cuando te enfermas"... 

"...Olía a suavizante de bebé..."

Rió. 

"¿De qué demonios hablas?"

Como le hubiese gustado saber su nombre, hablar un poco más con él, molestarlo incluso. Decirle "Gracias"... "Gracias por haberme echo dar aquel paso tan importante para cambiar mi vida"...

Bien podría decirle a Komori que le preguntara a Akagi quién era el dueño de esos dulces labios, conocerlo en verdad y apropiadamente, pero no lo hizo. Debía de odiarlo... No era tonto, siempre había sido realista y maduro para su edad, tal vez un poco pesimista también, ya no había nada que hacer. Si había algo que en verdad tenía que decirle era "perdón por malinterpretarlo todo".

Kiyoomi prometió, que la relación con ese chico que inesperadamente fue bueno escuchando, sería la última que permitiría que aquella fobia le arruinase. Muchas noches, antes de dormir, revivió aquel recuerdo a través de esos cortos años. Creció y evolucionó.