Acercamiento

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Chris despojó al aparato de su cobertura y botó el mantel hacia un costado con cierta cautela.

La pantalla inactiva del televisor reflejaba el rostro conmocionado del joven y un vago borrón a su lado que era obviamente el fantasma que lo acompañaba esa noche. Tras compartir una mirada cautelosa, ambos se arrodillaron frente al aparato con sumo cuidado, como quien no quiere alterar a una bestia salvaje.

El peliverde aunque no lo mostrara, se sentia nervioso a pesar de no percibir nada fuera de lugar, el solo veia un televisor común y corriente, nada mas y nada menos. Sin embargo seguia sin descartar que lo de las manos espectrales era una señal de que algo estaba terriblemente mal.

Y le parecia que esto solo iria a peor.

El rubio por su parte trataba de calmarse a si mismo convenciendose que en esos momentos no habia nada allí, porque era cierto, aparte de su respiracion y el sonido de unos cuantos grillos asi como el ocasional silbido de alguna ventizca del exterior de la casa, no parecian haber otros sonidos que acompañasen el ambiente. Ni siquiera en la calle, la cual estaba terriblemente silenciosa a esas horas de la madrugada.

Solo eran su presencia y la del otro chico.

Luego de un minuto en silencio, Chris volteó a ver a Ted rogandole con la mirada que termine con aquella tranquilidad. Pues empezaba a inquietarle.

—Pues, en mi opinión... es un televisor. —observó muy inteligentemente, buscando en realidad distraer al adolescente.

Este cambio su expresión de incertidumbre a molestia por aquel comentario tan soso.

—Ah... Dijiste que unas manos salieron de la pantalla, no? —indagó luego de unos segundos, incomodandose ante la falta de respuesta.

—...Si, un par de traslucidas manos. —confirmó, aún no acostumbrado a hablar libremente con el fantasma. —Aiden no pudo quitarselas de encima, las atravesaba como agua pero... —se quedó mirando sus propias manos. —Creó que cometí un error bastante tonto. -

Ted asintió con vehemencia.

—Concuerdo, hubieras dejado que la cosa del televisor se lo tragué.—

Chris le dió un golpe en el brazo que el espectro ciertamente no se esperaba, en parte porque no estaba acostumbrado a que nada lo toque nunca y tambien porque, que bruto!

El rubio lo miró furibundo y Ted le devolvió una mirada de desconcierto mientras se sobaba el brazo.

-Ay. -dijo pero el otro ignoró eso.

—Tú tienes un problema muy grande con Aiden, dime a qué viene tú obsesión con mi hermanito?! —

El peliverde bufó molesto ante la acusación y se cruzó de piernas para acomodarse en una posición más comoda y vaga en el suelo mientras desviaba la vista lejos de aquella mirada desdeñosa. -No es una obsesión... -rodó los ojos.

Pero el otro no se lo creyó.

—Oh vamos, desde que llegamos lo has molestado mayormente solo a él, porque...? —fue interrumpido.

—Cuándo intentaba asustarte nunca obtuve ningún tipo de reacción de tu parte, tu siempre... Te lo esperabas. —frotó las yemas de los dedos por sobre la alfombra. —Aunque ahora entiendo el porque. —

Chris parpadeó intrigado.

—Tu hermano por otra parte tiene reacciones muy divertidas... Ademas es molesto. No lo soporto. Pensaba que quizas necesitaba una lección... O varias. —añadio satisfecho con su respuesta.

Pues si, los alaridos espantados del menor de los hermanos era lo más divertido que habia experimentado en mucho tiempo, nunca se cansaba de ponerle los pelos de punta a aquel niño grosero.

ImperceptibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora