Capítulo 49: Una charla sincera

1.2K 58 0
                                    


– ¿Martín está en el cuarto?– le pregunta a Matamoros.

– Salió doña.

– ¿Salió?– pregunta extrañada– ¿Dónde?

– No lo sé doña, pero me pidió que me dijera que no lo esperara.

– Que extraño, pero bueno, así dormiré sola– le sonríe.

– ¿Cómo le fue con el señor Navarrete?– dice acompañándola al cuarto.

– Bien, muy bien– se sienta sobre la cama– La verdad es que me siento bien con el.

– Me gusta que se esté abriendo más a querer otra vez– le sonríe.

– Tengo miedo Matamoros, pero ya no puedo evitarlo. José Luis se ha vuelto mi debilidad.

– Mientras la haga sentir bien doña, usted disfrute. Usted sabe que yo la apoyo en todo.

– Lo sé Matamoros– le sonríe– Gracias por estar conmigo.

– No es nada doña– camina hacia la puerta– Que tenga una buena noche.

– Igual tu Matamoros.

La doña se dispone a quitarse la ropa quedando en ropa interior sobre la cama. Se recuesta pensando en cuánto le habría encantado tener a José Luis en su cama en ese momento. Que quizás si lo hubiese hecho pasar habrían podido hecho el amor sin el temor de que Martín los sorprendiera. Se pasa un largo rato pensando en eso cuando de pronto, su teléfono suena y como si se hubiese tratado de telepatía, ve el nombre de José Luis en la pantalla.

– ¿Cómo le haces para saber cuándo te necesito?– dice con una sonrisa en el rostro.

¿Estabas pensando en mi?

– Siempre...– se muerde el labio al oír su voz– ¿Tu dónde estás?

Me vine a otra habitación para hablar contigo. Necesitaba oírte ¿Y tú?

– Estoy en mi cama en ropa interior– dice provocandolo.

Uff mi amor– dice como si la pudiera observar– ¿Y Martín?

– No está, pero no hablemos de él ahora amor...

¿Y qué quieres hacer?

– ¿Qué quieres hacer tu?

No te imaginas lo que deseo hacerte a ti ahora.

– Me lo imagino, pero tendrás que esperar a que tengamos la oportunidad.

Eso si que es perverso Altagracia– ríe– Me provocas y luego me sales con eso.

– Lo siento, pero no voy a tocarme contigo al teléfono– ríe.

¿Por qué no?

– Porque nunca he hecho eso José Luis.

Mm ya veremos– dice con seguridad– Por ahora déjame decirte que mañana no te me vas a escapar. Donde sea me voy a apoderar de tu cuerpo.

– Uy que salvaje señor Navarrete.

Tu me pones así Sandoval.

– Bueno, te espero mañana entonces– dice provocandolo una vez más– Espero que si cumplas.

¡Óyeme!– ríe– Yo siempre te cumplo– ambos ríen.

– Siempre amor– ríe.

Ya verás, vas a pedirme "¡Más José Luis!"– la remeda y ríe.

– Oye yo no te digo así– ríe.

Infielmente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora