Capítulo 57: A solas

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– Entonces no vuelvas José Luis– lo mira esta vez con más seriedad– Quédate conmigo y divórciate de la enferma de tu mujer. Quédate para amarme como solo tu sabes hacerlo.

La doña enfrenta con esas palabras a José Luis y lo deja realmente sorprendido, sin embargo, quién termina sorprendiéndola a ella es él con su respuesta.

– Altagracia– la mira– Mañana mismo hablaré con Eleonora y me iré de la casa.

La rubia queda sorprendida ante su respuesta. Creyó que le daría el discurso de todos los hombres infieles a sus amantes de turno.

La voy a dejar cuando sea el momento. Aún no. Es muy complicado.

Pero José Luis estaba realmente decidido a estar con ella y amarla sin terceros impidiendoselo.

– José Luis– se acomoda sobre él y lo mira– No es necesario. Yo no quiero que te quedes sin nada por mi. Nos aguantaremos un tiempo más, hasta que podamos ir recuperando todo a tu nombre ¿bueno?

– Amor, no, yo quiero hacerlo. Quiero estar contigo.

– Estás conmigo, y vas a seguir teniéndome a tu lado– le sonríe y le da un beso delicado– No es necesario que dejes todo– dice apoyando su frente en la de él.

– Está bien– hace una mueca.

Altagracia se acomoda sobre la cama y se gira para darle espacio a su moreno que la abrace. El la toma en sus brazos y la cubre con ellos para darle más seguridad y calor. Le da un beso en el hombro y apoya su cabeza detrás de la de ella para intentar dormir.

– Buenas noches hermosa– le dice en un susurro.

– Buenas noches amor– dice en el mismo tono de voz con una sonrisa en el rostro.

La noche pasa tranquila. José Luis no suelta a Altagracia ni por un segundo durante sus horas de sueño. Amaba sentir su piel, su olor, y parecía ser que a ella no le molestaba eso.

[...]

El empresario despierta lentamente al sentir los besos de su rubia por todo su rostro. Sonríe de inmediato y ella se detiene y mirándolo con una sonrisa.

– Despertaste con muy buen ánimo– dice al verla tan feliz.

– Mm puede ser– le sonríe.

– Me encanta verte así– le acaricia la mejilla.

– Es que estoy en un buen momento en mi vida– le da un beso corto en los labios– Estoy tranquila.

– ¿Y tengo yo algo que ver con eso?

– Muchísimo– le sonríe.

– Yo lo que más quiero es hacerte feliz amor.

– Y lo haces...

José Luis la mira y luego se le acerca para ahora llenarla el de besos. Recorre su cuello, sus hombros, pasa por sus senos y baja hasta su abdomen. Se detiene ahí y le da un beso en las costillas haciéndola estallar en una carcajada.

– Ahí no José Luis– dice riendo.

– ¡Ah! Eres cosquillosa– ríe.

– Un poco.

– ¿Dónde te dan cosquillas?– le da un beso en la cintura– ¿Aquí?

– No, ahí no.

– Es en esta parte entonces– le toca la zona de las costillas otra vez pero ahora con los dedos.

– ¡Ya José Luis!– ríe a carcajadas haciéndolo reír a el también.

– Me encanta verte así– le dice finalmente– Amo tu risa.

Infielmente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora