Capítulo treinta y ocho

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CAPÍTULO TREINTA Y OCHO

— ¿A dónde se han ido? — Preguntó Elliott.

— Han dicho que iban a buscar a un amigo. — Álex ya estaba bastante borracho. — Les he dicho que cuántos más mejor. ¡Síiii! — Reía solo. — Aunque no vendría mal que trajesen a alguna chica para Justin.

— ¡Cállate, cabrón! — Golpeó el pecho de su amigo. — Que tú le gustes a Rhonda no está tan claro, a lo mejor te tienen que traer alguna a ti.

— He hablado con ella todo lo que llevamos aquí. ¿Cuánto has hablado tú?

— En cuanto vuelva a entrar por esa puerta, se te acabaron las oportunidades, hermano. — Se reía y se encogía de hombros.

— Es guapísima, ¿a qué si, tío? — Álex se dirigió a Elliott. Que suspiró al mismo tiempo que me miraba.

— Yo me encargo de ellos. — Me dijo. — Aquí nadie va a ligarse a nadie, ¿vale?

— ¿¡Pero por qué no, tío?! ¡Tú ya tienes a la tuya! — Álex empujó a Elliott.

— Tío, estás borracho. Cálmate. — Lo sujetó Elliott.

— ¡Se supone que esto es una fiesta! — Álex se levanta y comienza a hacer el payaso a su bola por el salón. 

— Justin, ¿tú no estás tan borracho, verdad?

— No. — Levantó la vista de su móvil. — Y a este paso, siendo cuatro en un salón, no creo que llegue a estarlo. — Siguió mirando a su móvil.

— Cuida de Álex, Paige y yo tenemos que irnos un momento.

— ¡¿Pero por qué os vais todos, tío?! — Álex se abalanzó a abrazarse a Elliott.

— Tardaremos poco, quédate aquí campeón. — Lo apoyó en el sofá y le dio una palmada en la espalda. — ¿Justin?

— Dime, tío.

— Venimos ahora. — Volvió a avisar Elliott.

— Que sí tío, que os vayáis ya.

— Genial. — Elliott se dirigió a la puerta dónde yo le esperaba, y nos marchamos en busca de Tessa.

Elliott y yo nos miramos. Había llegado el momento. Jasper estaba aquí. Y tramaba algo.

Fuertes gotas de lluvia caían sobre la raíz de mi pelo y mis hombros, mis zapatos estaban húmedos y con una gran mancha de agua en la punta a punto de calar al interior y terminar de congelar mis pies, cubiertos con un fino calcetín. Todo estaba oscuro, Elliott caminaba a mi lado, con sus manos metidas en los bolsillos de su sudadera. Llevaba botas de montaña.

Junto a nosotros, sólo nos acompañaba un gran silencio y estábamos cubiertos de esa desagradable sensación que nos podía llegar a paralizar por completo, llamada miedo.

El bosque no era lo que nos asustaba, ni los posibles animales que tendríamos acechándonos, si no mi ex novio y sus dos aliados, que se habían llevado a nuestra amiga.

Sabíamos que no podían estar lejos, les seguimos la pista gracias a las huellas impregnadas en el barro del suelo. Ellos mismos nos habían trazado el camino a seguir, pero seguramente así lo querían.

Nos estaban esperando.

— ¡Soltarla! — Grité al hallar a Tessa atada por la cintura a un tronco.

Jack y Rhonda aparecieron entre la abrumadora oscuridad, se situaron uno a cada lado de ella.

— ¿Y si no qué? — Contesto sonriente Jack.

Entre dos mundos [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora