Capítulo tres - Desliz

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Mi corazón se aceleró de tal manera, cuando escuché un claxon proveniente del exterior, que el pintalabios color nude que sujetaba se me cayó al suelo. Estaba situada frente al espejo que tengo colocado tras la puerta de mi habitación retocándome una última vez antes de que Elliott viniera a recogerme. Bajé rápidamente las escaleras que dan al "hall" interior, donde mi madre tiene colocadas unas perchas para colgar algunas de nuestras chaquetas y agarré mi cazadora vaquera que me sentaba fenomenal con el vestido de tela negra que había decidido ponerme.
Volví a escuchar el claxon. ¡Qué pesado! ¡Se morirá de ganas de que vea su coche nuevo!

Abrí la puerta, y avancé segura de mí misma observando orgullosa al novio más guapo del mundo que llevaba un pantalón y camiseta color oscuro que cualquiera diría que quería ir en conjuntado conmigo, esperándome sonriente apoyado en su nuevo coche. Me encantaba cuando recién se cortaba el pelo. Si no me equivoco, tenía cita con el peluquero antes de venir aquí.
— ¡Guapa! ¡Tengo la novia más guapa del mundo, señores vecinos!
— ¡Shhh! — Me acelero para intentar callarlo mientras corro hacia él. — ¿Cómo se te ocurre? ¡Qué vergüenza! 
— ¿Qué te parece el coche? — Pregunta impaciente por una respuesta.
— Muy guapo, tonto. Ya lo sabes. — Le sonrío. — Aunque me hubiese gustado más en color rojo.
— No me vaciles, eh. ¡Si tu color favorito es el negro!
— Ah, osea, ¿lo has comprado negro solo porque a mí me gusta?
— No, tonta. Esta joyita da igual del color que sea. Es una puta preciosidad.

De camino a la casa de Tessa, decido apoyar mi mano sobre su pierna, y acariciar su muslo suavemente. No quiero que piense que porque hayan pasado casi tres meses la cosa se ha enfriado. Porque no es así. Mi traviesa mente no me ofrece una mejor idea que ir calentando el ambiente para esta noche: nuestro primer polvo después de varios meses sin vernos. Así que decido ponerlo un poco contento y me inclino hacia el mientras beso su cuello y muerdo el lóbulo de su oreja.

— ¡Paige! — Me dice mientras retuerce su cabeza a causa de los escalofríos que le produce mi lengua acariciándole. — No puedo concentrarme.
— Hoy lo vamos a pasar muy bien. — Le susurro al oído. — ¡Uy! Ya hemos llegado. — Le sonrío, me desabrocho el cinturón y bajo del coche.

Otra cosa no, pero éxito sí que han tenido los carteles. Apenas se podía ver con claridad la puerta de la entrada, todo el jardín delantero, y me imagino que el trasero también, estaban llenos de gente. Conozco a algunas personas de vista, que venían al instituto, pero claramente no tengo ningún tipo de relación con ellas, y a otras, no las he visto en mi vida, directamente.
Elliott camina detrás de mí, conoce a muchísima más gente que yo. Choca una mano por un lado, bebe un trago de alguien por el otro, grita un nombre saludando a alguien desde lejos... Cuando finalmente llegamos a la puerta, debo añadir que parecía que estábamos en un concurso de pruebas contrarreloj, ya que para caminar unos siete metros, nos tomó unos siete minutos, mi novio ya había socializado con más personas que yo en toda mi vida.

— ¿Qué, le gustó el coche?
Tessa nos esperaba en la puerta. Sonriente y despampanante, lucía un vestido azul celeste adornado con unos pequeños brillantes que deslumbraban hasta casi dejarte ciego.
— ¿A quién no le gusta semejante joyita?
— Ya me queda claro que su nombre oficial será "joyita" — Reí.
— ¡Escuchar atentamente! Las bebidas están en la cocina, hay un poco de todo. Los vasos están en el armario y los hielos en el congelador. Fuera tenéis bebidas en botellas de plástico. Dentro está la música disco y fuera un poco más chill. — Comenta Tessa acelerada, en apenas diez segundos. — ¡Ah! ¡Es verdad! Marc ahora mismo está en el salón, o al menos... hace diez minutos. No sé, hace un rato que no le veo, pero tengo que irme que he dejado una conversación a medias, ¡nos vemos chicos! ¡Pasarlo bien!

Entre dos mundos [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora