Capítulo veinticuatro

73 14 0
                                    

CAPÍTULO VEINTICUATRO

Llegamos al coche, nos montamos, salimos a la carretera y Jasper conduce sin apartar la vista. Solo se mueve para poner la radio. Yo seguía un poco en shock, no sabía a dónde íbamos ni que íbamos a hacer. Pero le pedí un rato de tranquilidad y me lo estaba dando. Así que me limite a disfrutar. Cerré los ojos y baje la ventana. Sentí el aire golpeando mi rostro y sentí como Jasper apoyaba su mano sobre mi muslo. Abrí los ojos acto seguido, mire hacia él y le sonreí. Agarre su mano y la apreté muy fuerte. Extendí mi brazo hasta su cara y acaricié su rostro, entrelacé mis dedos en su pelo, toque su frente, le hice algunas cosquillas en su oreja mientras que el movía su cabeza por culpa de los escalofríos.

Llegamos a un mirador. Podían verse todas las luces de los pueblos de alrededor. Jasper era el único que sabía acertar en los sitios a los que llevarme. Tenía una personalidad tan distinta, pero a la vez tan igual a mí, que sabía lo que me gustaba sin apenas esforzarse.

— Este sitio es espectacular, Jasper. — Bajo del coche rápidamente y me siento en el capó.

— Sabía que iba a gustarte. — Sale del coche y se apoya en él, muy cerca de mí.

Yo me inclino hacia delante y le abrazo. Rozo mi mejilla con la suya. Me aterroriza el hecho de poder llegar a sentir amor por él. Quizá ya lo haga, pero siempre me inclino a pensar que es algo más pasional y físico. Pero cada vez siento como mi corazón late un poco más fuerte, como sonrío cuando le miro a los ojos, como me gusta rozarle aunque sea con un pelo de mi cabeza, pero todos mis pensamientos lo incluyen a él. Pese al daño que todo esto me puede hacer. Por momentos como este, vale la pena.

— Sé que estás preocupada. — Me mira. — Te prometo que mañana te llevaré a tu casa.

— No te preocupes... Supongo que no pasará nada por estas un par de días más aquí. — Sonrió. — Aún no tengo que estudiar mucho.

Jasper se ríe. Su teléfono suena.

— ¿Quién es? — Me intereso.

— Espera. — Se levanta y se aleja un poco para hablar.

Me quedo mirando las vistas e intentando agudizar mi oído lo máximo posible. No quiero que me oculte más cosas. Si estoy aquí es por algo.

A los diez minutos cuelga el teléfono. El apenas había hablado. Parecía que estaba escuchando algo importante.

— Tengo una buena noticia. — Sonríe mientras guarda su móvil.

— ¿Ah, sí? — Me extraño. — ¿Qué significa una buena noticia para ti?

— Estaremos completamente libres de sospechas muy pronto.

— ¿Y cómo puede ser eso? — Necesito más información.

— Gasym nos va a ayudar. Te dije que no todo era malo.

— Teniendo en cuenta de que todo está relacionado con muertes... Todo es malo. — Digo sarcásticamente.

— ¡Qué graciosa! — Pega mi cintura a la suya. — Para la gente como nosotros, hacer esto con la tranquilidad con la que lo hacemos, es una maravilla. Pertenecer a Gasym es lo que muchos querrían.

— ¡Somos tan afortunados! — Me río.

— En el fondo te pica la curiosidad, y lo sabes. — Me muerde el labio.

— ¿De qué exactamente? — Le devuelvo el mordisco.

— De sentir lo que es agarrar un cuchillo en tus manos y ver como la sangre te salpica por todos lados y no tener que hacer absolutamente nada para librarte del asesinato. — Jasper cierra los ojos gozando del placer que le produce escuchar sus propias palabras. — La gente mata por venganza, por placer, por defensa, pero siempre, ¡siempre!, tienes que tener una coartada, o planificar algo grandioso para que la policía no de contigo. Yo no tengo ese problema. Por eso soy feliz haciendo lo que hago. Todo se lo debo a Gasym.

— Aunque me parece que superas el nivel de locura humana, y soy consciente de todo lo que puedo perder estando cerca de ti... — Resoplo. — Yo tengo claro que quiero estar contigo, Jasper. — Acarició su rostro. — Sin mentiras.

— Tú y yo, Paige. Fusionados. — Ríe.

— ¿Te acuerdas cuando me dijiste que yo iba a saber de ti, todo lo que estuviera dispuesta a soportar? — Le miró fijamente.

— Sí. ¿Y bien? — Me clava aún más fuerte su mirada.

— Estoy dispuesta a soportarlo todo. — Sonrió. — Por ti, Jasper. — Dos segundos más tarde, se abalanza sobre mi boca mientras yo paso mis brazos alrededor de su cuello, el me agarra la cintura y la aprieta fuertemente.

Mi teléfono suena. Apenas atiendo para él, la ocasión es más importante.

Jasper me tumba sobre el capó del coche y desabrocha los botones de mi camisa. Me la quita. Besa mi cuello. Yo extiendo mis manos hacia atrás en busca de cualquier punto de apoyo para no caer en un terremoto de placer incontrolable. Desabrocha mis pantalones, y me los baja de un tirón. Tira de mis piernas hacia delante y me quedo sentada en el borde del coche, levanto su camiseta, y la tiro al suelo, mientras nos besamos de la manera más erótica que he experimentado en mi vida, me coge en cuello y me tira suavemente en el suelo, primero posa mi espalda, y poco a poco mi cabeza, sujetándomela con su mano.

— Está vez, será con amor. — Mi cuerpo se paraliza cuando escuchó su voz en mi oído. Sentí que esta vez estábamos más unidos que nunca, que ahora sí que sí, nada podía ir mal entre él y yo.

¿Qué ilusa, verdad?

Disfruté de ese momento como nunca había disfrutado nada antes. Olvidé toda mi existencia por completo. Tan sólo recordaba mi vida después de haberlo conocido a él. Estaba hechizada. Sentía que me moriría sin él. Y que él se moriría sin mí.

Me penetro de una manera tan suave, tan dulce, que no asimilaba mi felicidad, no podía moverme de tanto placer, placer en el corazón. Porque en ese momento mi corazón iba a salirse de mi pecho y estallaba de felicidad. Y qué poco duró.











Jasper y yo estábamos tumbados en el suelo, semi desnudos, se nos había hecho de noche, así que, decidí levantarme y meterme en el coche a mirar mi teléfono.

[GASYM: Hola, Paige. Has sido seleccionada para comenzar el periodo de prueba. Ante todo, necesito saber que puedo confiar en ti, al igual que tu querrás saber si puedes confiar en mí. ¿Empezamos? Responde con tu confirmación.]

Empiezo a temblar de nerviosismo, en ese momento me di cuenta de que ya no había marcha atrás. Sabía mi nombre, mi apellido, así qué seguramente sabría mi dirección. Me até una coleta y mi pierna empezó a moverse rápidamente. Tuve una gran tentación a morderme las uñas, pero me resistí.

— ¡Jasper!

Entre dos mundos [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora