Capítulo veintisiete

65 10 3
                                    

CAPÍTULO VEINTISIETE

"¿Y ahora qué?" Fue mi primer pensamiento tras subir lentamente las escaleras que llegaban a la entrada de mí casa. Acto seguido, mi madre abrió la puerta y dedicándome una mirada agria y tajante, me dirigí hacia mi habitación.

La noche era fría, podía sentir el suave murmullo de los grillos a través de mis ventanas, decidí acercarme al cristal, empañado, y dibujar una J en él.

¿Qué estaría haciendo Jasper ahora mismo? Intentaba recrear su presente en mi cabeza, imaginaba su figura rígida y viril caminando entre las sombras del bosque, pero también imaginaba a un pobre enfermo mental sentado en la butaca de un bar, emborrachándose hasta perder el conocimiento. Hiciese lo que hiciese, yo no tenía manera de saberlo. ¿Qué pasaría si ignorara el aviso del Gran Gasym y le escribiera un mensaje? Esa idea pasó simultáneas veces por mí cerebro durante un rato, pero no tuve otra opción que descartarla ya que podría tener graves consecuencias para mí.

¿Cuándo volveré a recibir noticias de Gasym? Su existencia, me incomodaba. No poder ponerle rostro a un ser que te está dando "órdenes" y qué, te obliga a ganarte su confianza, al mismo tiempo que él quiere ganarse la tuya, me creaba un mar de dudas sobre si realmente el amor que siento por Jasper merecía todo este sacrificio... Pero al final, sabía que ya era tarde para echarse atrás, tan solo me quedaba confiar ciegamente en el chico que había puesto mi mundo patas arriba en cuestión de días y, no del todo segura, en esa "persona" que tenía un gran poder, mínimo, en todo el Estado de Illinois.





Quince de Octubre de 2018

Estos días he dormido demasiado bien, llevo una semana sin aparecer por clase, he engañado a mí madre, porque le hago pensar que sí estoy acudiendo a la Universidad, paseo y paseo durante horas hasta que llegue la hora de regresar a casa, ni siquiera he tenido el valor de reencontrarme con Elliott.

He de reconocer que echo mucho de menos a Jasper. He soñado con él, me acosté pensando en él y me levanto pensando en él.

Realmente estoy convencida de que, de una manera u otra, ha hechizado mi mente. Desde el primer día sus palabras, frías y llenas de secretos, acapararon mi corazón no dejando espacio para nada más. Y así es que, imagino sus ojos enfrente de mí, grandes y expresivos, que me llevaron por completo a esa pasión desenfrenada que hace que no tenga control sobre mí misma. No puedo evitar sonreír y sentir esas famosas mariposas en mi interior, especialmente cuando siento su respiración alinearse con la mía, y es ahí, cuando nuestras almas se conectan y nuestras bocas, deciden finalizar el trabajo conectándonos en un solo ser. Jasper para mi es una droga, de la que no quiero rehabilitarme nunca.

Me doy una ducha y bajo a la cocina a desayunar.

— Buenos días. — Dije con educación.

— Buenos días. — Mi madre le da un sorbo al café. — Hoy yo misma te llevaré a la universidad. — Me mira de reojo.

— ¿Qué? — Asomo la cabeza por detrás de la puerta de la nevera. — ¿Y a qué se debe eso?

— A que quiero asegurarme de que entres a clase.

— No hace falta que me acompañes para saberlo. Fíate de mí. — Dije descaradamente.

— ¿Qué me fíe de ti? — No puede evitar dejar salir una pequeña risa. — No me hagas seguir hablando. A partir de ahora, va a costarte mucho volver a ganarte mi confianza. Eso de hacer lo que te venga en gana, salir y entrar por la puerta como si nada, se acabó. Y lo digo muy en serio.

— Muy bien. — Posé la taza de café en el fregadero. — Que así sea entonces. — Dije mosqueada mientras desaparecí por la puerta y subí a por mí mochila.

Entre dos mundos [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora